Libros
Barcelona, ciudad de prodigios literarios en permanente renovación
El desembarco de la capital catalana en la FIL de Guadalajara es una excusa inmejorable para rastrear nuevas miradas sobre la ciudad y preguntarse en qué ha quedado todo aquello de la Gran Novela de Barcelona
Barcelona exhibirá músculo literario y cultural en Guadalajara con Eduardo Mendoza, Xavier Bosch y Rigoberta Bandini

Sergio Vila-Sanjuán, Paulina Flores y Carlos Ruiz Zafón, tres escritores que han hecho de Barcelona material literario. / EPC, EFE


David Morán
David MoránPeriodista
Periodista de la sección de cultura.
Sol abrasador en el centro de la ciudad, calor como de fundición de acero en la plaza Sant Felip Neri y un cadáver emparedado en un palacete en ruinas que muy probablemente acabe convertido en exclusivo hotel ‘boutique’. “En este barrio nada es lo que parece. La mitad es auténtica, la otra mitad es una fantasía bien restaurada”, anuncia Sergio Vila-Sanjuán a propósito del empedrado ‘gótico’ del siglo XIX en el que se desarrolla parte de su nueva novela, ‘Misterio en el Barrio Gótico’. A unos pocos metros, en el Saló de Cent del Ayuntamiento, Barcelona detalla el programa de su participación como invitada de honor en la próxima Feria Internacional del Libro de Guadalajara, pero en este rincón de Ciutat Vella, junto a esa fuente “contemporánea de los Beatles”, un grupo de periodistas pasa de la teoría a la práctica para seguir los pasos de la penúltima novela ‘made in’ Barcelona.
Una conjunción astral inmejorable para rastrear nuevas miradas sobre la ciudad, preguntarse en qué ha quedado todo aquello de la Gran Novela de Barcelona y fantasear con las diferentes versiones de la metrópoli que, libros mediante, viajarán a México a finales de año.

Sergio Vila-Sanjuán posa en la Catedral de Barcelona, uno de los escenarios de 'Misterio en el Barrio Gótico' / JAVIER OCAÑA
A pie de calle, se diría que el Ayuntamiento se ha conjurado para homenajear a Eduardo Mendoza, ‘Sant Cristo Gros’ de la expedición literaria, recreando con todo lujo de detalles el laberinto de zanjas que engullía una y otra vez al simpático narrador de ‘Sin noticias de Gurb’, pero no va por ahí los tiros. “Todas las ciudades cambian muchísimo con el tiempo, pero Barcelona muchísimo más. La de mi infancia, por ejemplo, ha desaparecido. No la reconocería nunca. No la reconocería ni su padre”, lamentaba el autor de ‘La verdad sobre el caso Savolta’ al poco de saberse ganador del último Premio Princesa de las Letras.

Paulina Flores y Maria Carme Roca / EPC
Por suerte, para eso están las novelas; para conocer, reconocer y leerse en las páginas de ‘El Quijote’, ‘Diario del ladrón’, ‘Vida privada’, ‘La magnitud de la tragèdia’, ‘La ciudad de los prodigios’ o ‘El día del Watusi’. Barcelona, ya saben, como "archivo de la cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y en belleza, única". ¿Aún hoy? Veamos.
Nuevos temas para los barrios de siempre
A la hora de abrir fuego, Vila-Sanjuán, ganador del último Premio Fernando Lara, barre para casa. “El Barrio Gótico como tal no había sido abordado en ninguna novela, siempre aparece de formas laterales y en capítulos de muchas novelas, pero no en su conjunto y con la intención de interrogarse sobre qué significa», defiende. Para ello, ‘Misterio en el Barrio Gótico’ se viste de intriga clásica y nostalgia periodística (el protagonista, Víctor Balmoral, haría muy buenas migas con su creador) mientras se asoma a la ciudad de los prodigios desde la memoria urbana, la falsificación del pasado y la crítica a la turistificación, nuevos clásicos populares de la novelística barcelonesa.
Es imposible acercarse al género Barcelona sin sentir la presencia de Carlos Ruiz Zafón"
No parece casualidad: en los últimos años, títulos como 'Jo soc l’ultima Plaça’, de Alba Gómez Gabriel: 'Consum preferent', de Andrea Genovart; 'Lectura fácil', de Cristina Morales; ‘La próxima vez que te vea, te mato’, de Paulina Flores; o 'Igual que ayer', de Eduard Palomares, han ayudado a visibilizar nuevas tensiones y abrir plano para encuadrar también la gentrificación, el turismo de masas y las desigualdades sociales. 'Barcelona posa't guapa', sí, pero tampoco demasiado.
La ciudad, relativiza Vila-Sanjuán, "está hecha de todas estas realidades”. También, añade, de las capas de romance gótico y fantasía sobrenatural que fijó en los cimientos su amigo Carlos Ruiz Zafón, fallecido hace ahora cinco años y, aún hoy, el mejor embajador literario de la ciudad. "Es imposible acercarse al género Barcelona sin sentir su presencia, pero venimos de mundos diferentes. Él venía del fantástico, yo del histórico y periodístico", esquiva. Zafón, mientras tanto, sigue siendo el autor en español más leído del mundo y la Barcelona neblinosa y agrisada de ‘La sombra del viento’, la ciudad del vapor y la ceniza, suma nuevos adeptos en países como Mongolia, Etiopía o Kurdistán.

Carlos Ruiz Zafon fotografiado en 2014 en el Palau de la Música / DANNY CAMINAL
De leyendas como esta, 50 millones de libros vendidos y subiendo, se alimenta la mitología de la Gran Novela de Barcelona, ilustre linaje en el que conviven desde tótems literarios como Juan Marsé y Mercè Rodoreda a superventas de largo recorrido como Ildefonso Falcones, y especie en (aparente) peligro de extinción por puro agotamiento: ante lo homérico de acercarse a la ciudad con toneladas de paciencia y ademanes de novelista victoriano, muchos autores han optado por recluirse en un rincón de la ciudad y construir desde ahí un mundo propio. Tampoco esto parece casualidad y abundan los ejemplos recientes, con Maria Roig llenando de literatura y desazón generacional el socavón del Carmel en 'Ama de casa', o Xavier Bosch, 'best-seller' recurrente y gran triunfador de la diada de Sant Jordi, evocando los días de gloria de la calle Tuset y la Barcelona del diseño y la publicidad en 'Diagonal-Manhattan'.
De Horta al Raval
Hay más, claro, y este microcosmos libresco lo mismo caben el Guinardó gris y anticlimático de Carlos Zanón que la zona alta de Gràcia de Juan Pablo Villalobos; el pasaje de Ciutat Vella que le valió a Maria Carme Roca el último premio Santa Eulàlia y el Eixample microscópico que Dioni Porta condensa en 'Empujar el sol'.

Mapa literario publicado por el Ayuntamiento en 2019 / EPC
En 'La quarta noia per la dreta', una de sus últimas novelas, Andreu Martín evoca el Eixample sin pavimentar y el Paral·lel como "paseo del pecado" en la Barcelona de principios del siglo XX, mientras que no muy lejos de ahí, en las Tres Chimeneas de Sant Antoni, Andreu Claret arroja al protagonista de 'La casa de les tres xemeneies', hijo de exiliados republicanos, para que descubra los cambios sociales que empezaban a intuirse tras la rigidez autoritaria del franquismo.
Siguiendo la ruta, parada exprés en Horta para saluda a los jubilados desaparecidos de 'El rol del Roc', novela con la que Màrius Serra se lo pasa en grande en su barrio de toda la vida, y tarde libre para empaparse de las nuevas voces surgidas en el Raval, polo de atracción delincuencial y marginal que el dramaturgo Eduardo Olesti ha convertido en impagable telón de fondo de su primera novela, 'Gossos dempeus'. En el menú, una Barcelona oscura y violenta en la que la sarna corre aún más rápido que la precariedad.
Sin apenas cambiar de acera, Adrià Targa fantasea en 'Arnau' con encuentros delirantes con Jaime Gil de Biedma y Jacint Verdaguer mientras despliega un poema narrativo con paradas en el Corte Inglés de plaza Catalunya y, en fin, en las zonas más incómodas de la Barcelona contemporánea. Salvaje y asfixiante es también 'Hiperràbia', novela con la que Ferran Grau homenajea a 'La naranja mecánica' de Anthony Burgess y, al mismo tiempo, recrea muy libremente el asesinato real de Rosario Endrinal en un cajero automático de Sant Gervasi en 2005.

Algunos de los autores que viajarán a México, durante la presentación del programa de Barcelona para la FIL / JORDI OTIX
Otro barrio, mismos problemas y una nueva muesca en la cartografía de esa Barcelona literaria de la que también hay quien se aleja por voluntad propia. Es el caso de Miqui Otero, a quien después de escribir 'Rayos' y 'Simón' le cayó encima una portavocía no solicitada contra la que se ha querido rebelar en 'Orquesta', su última novela. "Llega un momento en el que me agobia un poco esa sensación de estar haciendo de cronista de la ciudad, que es algo que no pretendo", reconocía el escritor durante las entrevistas promocionales de un libro con el que cambia la Barcelona post borrachera olímpica por un coro de personajes en una aldea gallega.
Un camino perfectamente inverso ha seguido Colm Toíbín, quien ha vuelto a volver, que dirían Mujeres, para recuperar su 'Homenatge a Barcelona', apasionada carta de amor a la ciudad que publicó por primera vez en inglés en 1990 y en catalán en 2003 pero que permanecía inédito en castellano. "La ciudad se ha convertido en un mosaico de enclaves discretos que se sostienen entre sí", escribe el irlandés. Lo mismo podría decirse de las novelas, hermanadas y haciendo piña para acabar dando forma a una gran novela barcelonesa que es realidad la suma de todas las demás.
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