Crónica

Fito Páez, salvaje y refinado, salvado por al amor en su potente inicio de gira en el Palau Sant Jordi

El músico argentino ofreció un concierto frondoso, con banda de ocho músicos, en el que presentó algunas canciones de su reciente ‘Novela’ y recorrió su trayectorio, con énfasis en el álbum ‘El amor después del amor’

El cantante argentino Fito Páez. // José Méndez// EFE

El cantante argentino Fito Páez. // José Méndez// EFE

Jordi Bianciotto

Jordi Bianciotto

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Fito Páez conserva su régimen editorial torrencial y tiene nuevo disco, el doble y concienzudo ‘Novela’ (que viene de lejos: comenzó a elaborarlo en 1988), pero en esta gira, ‘Tecknicolor España ‘25’, que arrancó este sábado en el Palau Sant Jordi, solo lo picotea (cuatro temas) para decantarse por la mirada panorámica a su carrera. Hay cierto foco en la temática sentimental, ya que a ese nuevo cancionero, centrado en la estrafalaria peripecia de una pareja, se suma la fuerte presencia de su álbum más popular, ‘El amor después del amor’ (1992), que en Barcelona aportó ocho de sus 14 piezas.

El rosarino casó su natural actitud expansiva con el refinamiento de su banda (ocho músicos, incluidos tres metales) y una elegancia escénica: blanco y negro sobre las tablas y en las pantallas, en contraste con su largo abrigo rojo. Aunque el Sant Jordi quedó lejos del lleno, se percibió el calor popular (mucho paisano en pista y gradas) desde el arranque, con la introducción del álbum ‘Futurología art’, neoclásica y ‘piazzollesca’, y a través de los rescates de ‘Salir al sol’, ‘Dos días en la vida’ y, yendo más atrás en el tiempo, ‘11 y 6’ (de ‘Giros’, 1985).

En Páez hay actitud rock’n’roll y una gran amplitud de recursos, destellos salvajes y giros armónicos sofisticados para el canon pop. “Todas las músicas me hablan”, cantó en ‘El mundo cabe en una canción’, y montó una secuencia efervescente juntando el tema nuevo ‘Cuando el circo llega al pueblo’ y el clásico ‘Circo beat’. Cánticos populares en el “bla bla bla” de ‘Llueve sobre mojado’ (con mención al enemigo íntimo Sabina) y la exquisitez de ‘Un vestido y un amor’. El Páez ‘piano-man’ en la desesperada ‘Cable a tierra’, otra perla de ‘Giros’, y en la dupla ‘La buena estrella’/‘Alegría’, elevado por el coro de cinco músicos. El vocalista sentido en ‘La canción de las bestias’, flanqueado por dos guitarras acústicas.

Aunque cantara que la vida le ha golpeado duro y que hasta le parece ingenuo el rock’n’roll, Páez es un sentimental, como dieron a entender las otras canciones nuevas: ‘Superextraño’ (con su escapista romance interestelar y sus citas a Charly García, Spinetta y “Sir John Lennon”, ya que “hay una música horrible hoy”), la rockera ‘Maldivina y Turbialuz’ (sendas brujas en el papel de Cupido) y ‘Sale el sol’, con su poco de fanfarria. Se entendieron bien con la artillería pesada del tramo final, a base de ‘El amor después del amor’, ‘A rodar mi vida’ y ‘Mariposa tecknicolor’ (mención aparte para la psicotrópica, tanguera y salsera ‘Paranoica feirita suite’, y en otro extremo, la trágica ‘Ciudad de pobres corazones’). Clímax prolongado de un concierto con agudos relieves. Ah, pero esa ‘Novela’ se merece un concierto para ella sola.

Suscríbete para seguir leyendo