Entrevista |
Diego Ávalos, vicepresidente de Netflix España: "No ha existido nada como nuestro servicio de 'streaming' en la historia del entretenimiento"
Coincidiendo con el décimo aniversario de Netflix en nuestro país, hablamos con uno de sus principales directivos, el ejecutivo que dio el visto bueno a éxitos globales como 'La casa de papel', 'Élite' o 'La sociedad de la nieve'
Netflix invertirá en los próximos cuatro años en España más de 1.000 millones de euros
10 años de Netflix en España a través de 10 series

El ejecutivo Diego Ávalos / Javier Biosca/Netflix


Juan Manuel Freire
Juan Manuel FreirePeriodista
Periodista y crítico cultural.
Nuestra historia como espectadores se divide en antes y después de Netflix. Por tanto, 2025 también podría ser llamado 10 D.N. La plataforma celebra estos días sus primeros diez años en España, una época de verdadera dinamización de la industria audiovisual local. Como vicepresidente de Contenidos de Netflix para España (y Portugal y, ahora, Turquía), el ejecutivo de origen mexicano Diego Ávalos ha tenido especial protagonismo en esta revolución y convertido la cultura española en global a través de éxitos como 'La casa de papel', 'Élite' o 'El inocente'.
¿De qué está más satisfecho de estos (primeros) diez años?
Yo estoy aquí desde 'Club de Cuervos', primera serie en lengua no inglesa que se hizo en Netflix. Y me enorgullece ver cómo, a partir de esta serie de comedia mexicana, hemos acabado produciendo en cincuenta países. Llevándolo a un campo más personal, me llena muchísimo saber que tuve algo que ver al haber plantado esa semilla.
Y a la vez, ¿qué cree que se podría haber hecho mejor? ¿Tiene algún remordimiento?
Hay cosas que podríamos haber hecho más rápido, no tanto mejor. Podríamos haber llegado a tener nuestras oficinas locales de una manera más rápida. También las cosas llegan cuando tienen que llegar, pero creo que sí, que llegamos unos dos años tarde a ese proceso y a ser realmente también una empresa local. Netflix es una empresa americana, pero creo que localmente se siente que somos españoles, o portugueses, o coreanos, etcétera.
¿Cómo ve posicionada a Netflix ahora mismo en el mercado y en el marco del imaginario colectivo?
Creo que el espectador nos ve como el servicio de 'streaming' que mejor entiende qué clase de historias le van a conmover y entretener. Y a cambiarle el momento en que decide verlas.
Pero, ¿en qué diría qué se distingue del resto de la oferta?
Nunca ha existido algo así en la historia del entretenimiento: una empresa que está ayudando a crear historias y potenciando las industrias creativas de tantos países para satisfacer las necesidades de tantas personas alrededor del mundo. Eso es algo diferencial. Existen competencias locales en cada país, pero ellos no logran distribuir esas historias a nivel global.
Eso hace que el catálogo, para bien o para mal, sea enorme. Personalmente, no me da la vida para investigar toda la diversidad de series internacionales que van estrenándose en la plataforma. Cuando David Zaslav, CEO y presidente de Warner Bros. Discovery, anunció que Max volvería a ser HBO Max, renegó de la cantidad y aseguró que "ningún cliente pide más contenido, sino mejor contenido". ¿Qué le pareció esa explicación?
Hay empresas que, en el intento de satisfacer ciertos requisitos, tienen que invertir menos. E intentan racionalizar decisiones de esa manera. Nosotros seguimos incrementando nuestras inversiones año tras año por la necesidad de entretenimiento que estamos viendo. Este último año, nuestra inversión es de 18.000 millones de dólares a nivel global. Es mayor que los últimos tres años. Y es porque vemos ese apetito, como también las ganas de diversidad. Queremos que cada vez que entres a Netflix tengas la experiencia de una premier, ya sea de un documental, un 'reality', una película o una serie. Para hacer eso debes tener una diversidad increíble. Después el público decide qué es bueno y qué no lo es. Lo hacen con un clic, el del 'play' y el de dejar de ver.
¿Y estudian esos clics para saber qué hacer y qué no en el futuro? ¿Gracias a ellos generan patrones para futuras producciones?
Lo que nos llama son las historias. Después, entre todos buscamos la mejor manera de contarlas. Por ejemplo, la primera aproximación que llega de 'La viuda negra' es una serie, una miniserie. Hablando con productores y creadores, llegamos a la conclusión de que la historia no tenía los suficientes giros para justificar la serie. Ellos mismos propusieron entonces hacer una película. Y nosotros dijimos: "Por supuesto". No se trataba de buscar una nueva 'El caso Asunta' a cualquier precio. Lo que nos guían son las historias. Tratamos de aprender de las señales que nos da el público, pero todo lo que decidimos es por arte, por experiencia y por intuición.
¿Suelen pasar muchas notas a los creadores?
Las que se necesiten para conseguir la mejor versión de la idea. Hay historias de las que se hacen muchas versiones y otras que se aprueban a la primera. Lo que no hacemos es defender nuestros puestos de trabajo dando notas. Con el montaje de 'El caso Asunta', solo dimos dos o tres notas en total. No había que contribuir nada porque [el cocreador] Ramón Campos había logrado transmitir su visión en esos cortes. Pero tampoco es algo que vaya ligado a la experiencia de un creador. También puede haber creadores noveles a quienes no tengas que dar una sola nota.
La competencia de Netflix, ahora mismo, no son solo las plataformas al uso sino también TikTok e Instagram. Estudios recientes apuntan hacia el desplome de la capacidad de atención de los jóvenes por la digitalización. ¿Cómo se compite con esas aplicaciones y con un paisaje de ocio que tiende a lo breve y fragmentado?
Si tiene delante una buena historia, la gente conecta con ella. Si encuentran una serie relevante para ellos, los adolescentes conectan con ella. La necesidad del entretenimiento, tal como lo conocemos hoy en día, va a seguir existiendo; ha existido durante mucho tiempo. Soy optimista por ese lado porque creo en los creadores y los directores y porque veo cómo el público conecta con historias dirigidas a diferentes edades. No medimos las edades porque no captamos esa información, pero sí vemos el tipo de contenido que se consume.
Hay historias de las que se hacen muchas versiones y otras que se aprueban a la primera. Lo que no hacemos es defender nuestros puestos de trabajo dando notas
En los últimos tiempos, Netflix ha experimentado un poco con las estrategias de estreno. Por ejemplo, lanzando sus series blockbuster en dos o tres partes. Cada vez parece más claro que el estreno de un episodio por semana puede facilitar que se cree conversación alrededor de una serie. ¿Podría haber un futuro en el que Netflix apostara por estrenar alguna de sus producciones propias semanalmente?
Estamos muy comprometidos con una de las partes de nuestra filosofía como empresa, que es darle el poder de decisión al público, no decidir por él. Y una y otra vez vemos que eso lleva al mayor éxito posible. Sí que hay ocasiones en que vemos oportunidad de crear eventos y momentos importantes, siempre y cuando la historia lo permita. Lo que no queremos es dejar a la gente esperando cuando no hay un arco muy claro que cierre una historia. Tenemos diferentes modelos; por ejemplo, licenciamos 'Desaparecido' de EITB y estrenamos los episodios solo dos días después de la emisión. Pero creemos fielmente que quien debe decidir es quien está en casa.
Netflix Francia acaba de llegar a un acuerdo para incorporar los canales y el catálogo de TF1. ¿Le parecería interesante que en España se llegara a un acuerdo similar con alguna cadena?
Esa es una iniciativa muy centrada en Francia, basada en sus necesidades tanto de audiencia como de asociación con la industria en general. Veremos cómo funciona y analizaremos. Ahora mismo estamos muy satisfechos con lo que trabajamos en España.
¿Qué es lo que más te entusiasma del futuro inmediato?
Soy una persona apasionada. Todo me apasiona. Por citar algo, diría que 'El refugio atómico' [nuevo título de los creadores de 'La casa de papel', previsto para el 19 de septiembre] es una de las series más ambiciosas que se hayan hecho nunca en este país. Tengo nerviosismo del bueno, del que te hace sentir mariposas en el estómago. En cuanto al cine, me gustaría destacar 'Un fantasma en la batalla', con la que por fin veremos a Agustín Díaz Yanes dirigiendo otra vez. Y acabamos de terminar el rodaje de 'El niño', de Mariano Barroso, que ha hecho algo muy especial y humano con el libro de Fernando Aramburu.
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