Crítica de 'Breve historia de una familia': ¿China es el futuro?

La segunda película china que se estrena esta semana es radicalmente distinta a 'Black dog'. Aquí el entorno es muy urbano y burgués, y lo que cuenta está más o menos relacionado con esas historias en las que un personaje se introduce en la vida de otros y pone patas arriba sus esquemas, caso de 'Teorema', 'El sirviente' o 'Parásitos'. La originalidad de 'Breve historia de una familia' reside en el proceso mediante el cual, de forma consciente o no, un adolescente inadaptado y con problemas de violencia doméstica con su padre se gana la confianza de un matrimonio burgués y su hijo, compañero del protagonista en el instituto. A media película se produce un giro, no demasiado inesperado, y todas las piezas del relato se reubican de un modo distinto.

Más allá del retrato de este microcosmos cerrado, el filme del debutante Jianjie Lin depara elementos interesantes sobre la realidad china contemporánea. "China es el futuro", le dice el amigo del joven inadaptado a su padre. "Para otra gente, no para ti", le responde este. Algunos mitos del poder político y social chino quedan expuestos, de manera tímida, ciertamente, pues la censura en aquel país continúa vigente. El tema de los embarazos regulados por el Gobierno también se integra poco a poco en la trama principal.

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