Cita de rock duro y heavy metal
Slipknot: "La mayoría de las bandas hoy utilizan bases pregrabadas; nosotros tocamos música real al 100%"
El grupo estadounidense vuelve a Barcelona, 16 años después de su última visita, como cabeza de cartel, este jueves, de la primera jornada del Rock Fest, en el parque de Can Zam de Santa Coloma de Gramenet
El Rock Fest ficha a King Diamond, cabeza de cartel del sábado, y a 15 bandas más

Los miembros de Slipknot, con sus trajes de faena / Rock Fest


Jordi Bianciotto
Jordi BianciottoPeriodista
Ya está aquí el Barcelona Rock Fest, la cumbre anual del heavy metal, el hard rock y cercanías, con una novena edición que, del jueves al domingo, despliega en el parque de Can Zam (Santa Coloma de Gramenet) un cartel con una cuarentena de bandas. Atracciones como King Diamond, Lynyrd Skynyrd, Scorpions, Judas Priest, Savatage, Stryper y, en primer término, abriendo el desfile (el jueves), Slipknot, un grupo que lleva 16 años sin actuar en Barcelona.
Slipknot impactó en la esfera internacional con sus primeros álbumes, allá en el cambio de siglo, con una propuesta de metal evolucionada y valiéndose de su imagen de película de terror, con sus máscaras tremendistas. La mezcla de acentos estilísticos metaleros constituye el ADN de la banda, estima su batería, Eloy Casagrande. "No hay límites cuando tocas en Slipknot: death metal, nu metal, thrash, y el papel de la percusión, y del 'dj', y los 'samples'… La identidad del grupo es múltiple, y eso me motiva", explica a este diario, desde Sao Paulo, este músico brasileño fichado por el grupo a comienzos de 2024.
Cambio de banda
Casagrande es un conocido de la afición, puesto que fue titular de Sepultura durante más de una década. Dejar esta formación después de tanto tiempo debió de ser delicado, podemos pensar. "No tanto, porque en aquel momento Sepultura se iba a disolver. No fui yo quien tomó esa decisión. Así que cuando me llegó la propuesta de ir a una audición con Slipknot, lo vi claro", explica. Sepultura acabó siguiendo adelante con un nuevo batería, pero Casagrande ya estaba feliz tocando con un grupo que había seguido desde su pubertad, cuando grababa sus propias versiones de temas de Slipknot en 'demos' que colgaba en internet.
De hecho, él cree que esos videos fueron cruciales para que lo ficharan para suplir a Jay Weinberg (que no es otro que el hijo de Max Weinberg, de la E Street Band), cuando este decidió apostar por Infectious Grooves. "Fliparon con el modo en que yo tocaba las canciones con la batería, con todos los pequeños detalles. Notaron el respeto que sentía por la banda", explica. "Tuve mucha suerte, porque hay muy buenos baterías y es raro elegir a un tipo de Suramérica. Nunca imaginé que sería miembro de un grupo estadounidense". Su batería "número uno" es Vinnie Colaiuta, y entre sus favoritos figuran desde un pionero de la bossa nova como Milton Banana a los héroes del rock fuerte, Bill Ward (Black Sabbath), Ian Paice (Deep Purple) y John Bonham (Led Zeppelin). En su enfoque de los 'tempos' de Slipknot dice moverse entre las consignas de "libertad total" y "el sentido de la diversión" que le transmiten sus compañeros y su devoción hacia los registros originales. "A veces cambio algunas pequeñas partes, pero siento mucho respeto por los anteriores baterías del grupo".
Un aura de misterio
Tocar con Slipknot es "una locura", dice, porque el directo es íntegramente orgánico, un detalle que hace notar ahora que se señala a algunas bandas de metal por utilizar un exceso de pistas precocinadas. "En el escenario vamos al 100%, lo tocamos todo en directo, sin bases pregrabadas, ni 'samples', ni metrónomo", subraya Casagrande. "Hoy, la mayoría de las bandas tocan con esas bases. Nosotros salimos y tocamos música real al 100%".
Hace 26 años que Slipknot publicó su primer álbum, que él descubrió poco después cuando todavía era un niño (hoy tiene 34). Tiene muy presente el efecto que tuvo sobre él y el aura intrigante que percibió en torno al grupo y que a su juicio todavía prevalece. "Recuerdo que con mis amigos nos preguntábamos quién había detrás de aquellas máscaras", recuerda. "Había un misterio detrás de la banda, y sigue habiéndolo. Ahora, estando ahí dentro, me doy cuenta del carácter de cada miembro, pero no puedo hablarte de ese misterio precisamente porque es un misterio. Hay algo loco que ocurre ahí, y a los fans les gusta que sea así".
Tocar con una máscara no es un gran problema, aunque "a veces cuesta respirar con ella". Los monos de trabajo son más antipáticos. "Yo sudo mucho y a veces es incómodo", desliza Casagrande. "Pero tocar en Slipknot es eso, una mezcla de dolor y diversión. Ahí arriba no soy yo. Es todo el misterio de la banda el que está en escena". Él disfruta sobre todo tocando la muy acelerada y abrasiva 'Spit it out', que consiste en "un único 'tempo' muy simple y poderoso". Sonará previsiblemente en el Rock Fest, donde el grupo ofrecerá "una mezcla del repertorio de 25ª aniversario, basado en el primer álbum, y de grandes éxitos".
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