Cuento

Tamara Silva Bernaschina, la autora uruguaya del momento: "El cuerpo es un espacio muy liminal entre lo que da asco y lo que da placer; entre lo que es peligroso y lo que no"

La joven escritora, ganadora de algunos de los premios más prestigiosos de su país con sólo 25 años, publica el libro de cuentos 'Larvas'

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Tamara Silva Bernaschina, en una imagen promocional

Tamara Silva Bernaschina, en una imagen promocional / Isabel Wagemann

David Morán

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Barcelona
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Cuando no está escribiendo o recogiendo premios como el Bartolomé Hidalgo (dos veces) o el Nacional de Literatura, Tamara Silva Bernaschina (Minas, 2000) trabaja en una librería y, de vez en cuando, cada vez más, de hecho, le toca venderse a sí misma. “Siempre recomiendo a otras autoras, nunca a mí”, suspira al tiempo que recuerda que hace sólo unos meses, cada vez que alguien entraba en la librería preguntando por ‘Desastres naturales’, su primera colección de cuentos, era un tierra trágame constante.

“El primer año pedí no salir en televisión y el libro no tenía foto, sino una ilustración, por lo que aún no era fácil identificarme. Aún así, cuando vendía un libro mío me ponía muy nerviosa pensando que me iban a preguntar si era yo. Me quedaba muda”, explica la joven autora uruguaya, recién llegada a Barcelona para participar en el festival KM América tras pasar como un huracán por la Feria del Libro de Guadalajara y sacudir la de Madrid con sus inquietantes y enigmáticos relatos.

Gótico andino, extrañeza envasada al vacío y situaciones mundanas que “muy de a poquito se van astillando”. Una combinación afilada nacida del claroscuro y el deseo, del extrañamiento permanente y el embrujo rural que, galardones y mención de honor en los premios Onetti mediante, ha convertido a Tamara Silva Bernaschina en la autora uruguaya del momento. "La incomodidad tiene que ver con poner el foco en situaciones y elementos que son cotidianos pero que empiezan a deformarse al acercar la mirada", asegura ahora a propósito de los ocho cuentos de ‘Larvas’ (Páginas de Espuma), su nuevo libro de relatos y el primero que se publica en España.

En breve, avanza, llegarán también ‘Desastres naturales’, antología publicada en Uruguay y Argentina en 2023 que Páginas de Espuma recuperará próximamente, y 'Temporada de ballenas', novela de 2024 que llegará a las librerías de la mano de Tránsito. Pero, hasta entonces, 'Larvas'. Miedo y asco, sobre todo asco, en el campo uruguayo y en la frontera múltiple de los géneros. Realismo deformado y contaminado por el horror, el relato de iniciación y descubrimiento, y el sutil aleteo de lo fantástico. "Se abre una posibilidad nueva de contar historias y de reflejar una verdad que yo no podría nombrar, pero que es mucho más profunda -reflexiona-. Hay algo ahí que se revela, que no tiene que ver con que lo fantástico sea una metáfora de algo o un símbolo, sino que hay una parte del mundo que queda como descubierta y lo fantástico se vuelve pura posibilidad. Esa potencia de encimarse a algo que no sabes muy bien qué es, me parece muy excitante a la hora de escribir y también a leer". 

GRAFCAT9357. BARCELONA, 12/06/2025.- La escritora uruguaya Tamara Silva, que la próxima semana participa en Barcelona en la cuarta edición del festival de literatura americana Km Amèrica, considera que "no es muy distinto escribir una novela de un cuento, todo sale del mismo lugar". EFE/Alejandro García

La escritora uruguaya Tamara Silva participa en Barcelona en la cuarta edición del festival de literatura americana Km Amèrica / EFE

Animales y cuerpos extraños

En ‘Larvas’, todo esto se traduce en cuentos repletos de animales y cuerpos extraños que se entretienen en hacer saltar por los aires cualquier posible acercamiento a la fábula: una escapada al río acaba en parto de renacuajos; una infestación de piojos es en realidad una promesa y el eco de una escalofriante desaparición; una perra asesina ataca únicamente a terminales y desahuciados; una yegua muerta sigue tan campante porque “lo que no se entierra sigue vivo para siempre”...  "Es un mundo que vemos a través de un vidrio y, de repente, una lasquita que se va abriendo hasta que no te das cuenta y se fractura por completo. Una fractura que deja pasar cosas, que forma como una puerta o un canal",  apunta. 

Por ahí asoman, entre guiños a Mariana Enríquez y Gabriela Cabezón Cámara  y ecos “afectivos” de Armonía Somers, Feliberto Hernández y otros clásicos uruguayos que, asegura, le descubrieron una forma de narrar muy diferente a la de Juan Carlos Onetti,  unos cuentos hermanados en lo insólito y lo carnal.

El cuerpo, en fin, como frontera entre el apetito y la náusea. “El cuerpo es un espacio muy liminal entre lo que da asco y lo que da placer, entre lo que es peligroso y lo que no. A mí me interesaba mucho pensar en las formas del asco y cómo se puede transformar también en deseo o ternura. Hablar de piojos, por ejemplo, puede ser muy asqueroso, pero el niño del cuento los ama, ama a esos piojos”, concede una autora para la que no existe demasiada diferencia entre cuento y novela. Por lo menos, apunta, en las etapas gestacionales. "Todo sale desde el mismo lugar y con las mismas ganas", asegura.

El cuento, eso sí, reverbera de una manera diferente. "Siempre me imagino el cuento como una ventana que alguien abre en un momento determinado, que es cuando comienza la narración, y tú miras por un tiempo hasta que alguien la cierra. Lo que yo me imagino es que cuando esa ventana se cierra nadie muere, la historia no se termina. No hay una conclusión tota, sino una sensación de continuidad", teoriza. Y ahí sigue, sí, una vez cerrado el libro, el escalofrío de 'La joven edad' o la angustia carnal de 'Larvas'.

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