Voz carismática

Katia Guerreiro: “En un concierto de fado puedes recorrer toda tu vida. Es intenso e inolvidable”

La cantante portuguesa, referente de la renovación que el género afrontó a principios de este siglo, recorrerá sus 25 años de carrera este sábado en el teatro Poliorama, dentro del Festival de Fado de Barcelona

La cantante Katia Guerreiro.

La cantante Katia Guerreiro. / Jorge Simao

Jordi Bianciotto

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Barcelona
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Katia Guerreiro representa el resurgir que el fado vivió a comienzos de este siglo, cuando el género se quitó de encima viejos estigmas y conectó con un público joven. Pero ella ya se ha convertido en un referente, con una carrera de 25 años que celebra en la gira que la trae este sábado al teatro Poliorama, dentro del Festival de Fado de Barcelona. Recital en el que augura sensaciones fuertes. “Puedes recorrer toda tu vida en un concierto de fado”, advierte. “Las emociones, los secretos, la esperanza, todo eso está ahí, y es tan intenso, que es inolvidable”. 

Tres años después de su último álbum, ‘Mistura’, no se plantea por ahora un nuevo disco sino ir lanzando canciones. “En este 25º aniversario, el plan es no tener planes”, indica. La novedad es ‘Capitães da areia’, una composición que crearon para ella Helder Moutinho y Tóli César Machado, inspirada en un clásico de 1937 del escritor brasileño Jorge Amado. “Habla de dos amantes que se sienten como capitanes, amos del mundo, dispuestos a hacer de su amor lo más grande y bello, y sin pensar en nada más”, explica. Una pieza con piano, instrumento que, contra lo que podría parecer, “tiene historia en el fado”, cuenta, ya que “es así como se tocaba antiguamente en los salones de la burguesía y la nobleza de Lisboa”.

Una historia y una jerarquía

Nacida en Suráfrica en 1976, padres huidos de Angola tras la independencia, Guerreiro creció en las Azores y estudió medicina en Lisboa, especializándose en oftalmología. Esa fue su profesión durante 12 años, compaginándola con el canto y las giras. Al principio, el fado le imponía, aunque la atracción era irresistible. “Yo no crecí yendo a las casas de fado, no pertenecía a su mundo y me daba miedo”, confiesa. “Es una música que hay que conocer: su historia, sus personajes, su jerarquía. Tardé diez años en sentirme más segura”.

Tras la muerte de Amália Rodrigues, en 1999, “todo el mundo en Portugal se puso a buscar una nueva Amália, una nueva diva”, recuerda. “Pero no hay una nueva diva del fado, sino buenísimas artistas, también hombres, que siguen difundiendo el género por todo el mundo”. Hoy en día ve que “se buscan nuevas sonoridades para conquistar nuevos oyentes”, apunta. “Tienen toda la legitimidad, pero yo sigo haciendo lo clásico porque, si no, nadie defendería la tradición”. Voces ya consagradas como Mariza, Ana Moura o Carminho “tienen su personalidad, y ya hay una nueva generación que las copia, pero la gente seguirá eligiéndolas a ellas”.

Hay un sentido de la pasión irremediable, y cierta fatalidad, que flota en torno a ‘Estranha forma de vida’, la pieza icónica del repertorio de Amália Rodrigues, con la que ella se identifica. “Es difícil de explicar”, medita, “pero tiene que ver con la dedicación y la entrega tan profunda, y con la intimidad que se crea con el público en un concierto de fado, donde el artista siente que ese lugar es su casa y que la audiencia necesita escuchar su verdad”. Palabras mayores, que Katia Guerreiro trasladará al Poliorama, donde actuará con “el acompañamiento clásico del fado”, guitarra portuguesa, guitarra clásica y bajo acústico.

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