Entrevista
Víctor Medem: "L'Auditori debe abrir las puertas al talento joven todo el año"
El nuevo director general del mayor centro musical de Catalunya, fiel seguidor de la OBC, quiere potenciar el orgullo por la institución, la proximidad y cultivar el equilibrio entre tradición y modernidad en su mandato, que empezará oficialmente el 1 de julio
Víctor Medem, nuevo director de L'Auditori

Víctor Medem, nuevo director de l'Auditori / May Zircus


Marta Cervera
Marta CerveraPeriodista
Periodista de la sección de Cultura.
Especialista en danza, música y teatro.
¿Cuál es el cambio más grande que notará el público con Víctor Medem al frente de L'Auditori?
Espero que se empiece a reconocer más todo lo que aporta este centro a la vida musical. Hemos de sentirnos orgullosos de él. Si se han impulsado la música de cámara y los cuartetos, es en parte por la gran labor llevada a cabo por el Quartet Casals, residente en esta casa. Tener cuartetos repercute en tener mejores músicos. L'Auditori es un 'hub'. Sin él, muchas cosas que han contibuido a elevar el listón y la calidad musical no habrían pasado. En sus salas hay casi mil cosas al año, entre actividades propias, que son 550, y alquileres de espacio, 380. Y 300 actividades propias son del Servei Educatiu, que es pionero y está reconocido mundialmente. L'Auditori es un referente total, tal vez el único sitio donde muchos niños tendrán relación directa con la música durante su enseñanza. Todo esto debe repercutir más en la imagen de L'Auditori y haremos algo en este sentido.
¿Cómo puede ir a más?
Cultivando la proximidad, en todos los sentidos. Por ejemplo, con el público. Aquí viene gente abonada a la clásica, otros que solo vienen una vez al año, otros que acompañan a alguien... Pero tenemos 7.000 personas que vienen de manera recurrente y quiero hacerles más partícipes de todo. Hay gente que viene toda la vida a conciertos y que nunca ha ido al Museu de la Música. ¡Eso no puede ser! Hay que ofrecer incentivos para que vayan y para que todo lo que hay aquí adquiera una identidad propia.
¿Identidad que abrazará más a los músicos de la Esmuc, que están en el mismo edificio?
Por descontado. Recuerdo que una vez vine a un concierto de graduación y, antes de que tocara un pianista de clásica que me interesaba escuchar, salió Rosalía. La escuché cantar unos palos de flamenco, pero es que solo salir por la puerta ya veías que era especial, tenía algo. Hemos de intentar que la gente que valga realmente la pena pueda contar con nosotros. Hemos de poner L'Auditori al servicio del talento joven.
¿Potenciará el festival Emergents, centrado en músicos jóvenes?
Me gustaría que Emergents no se limitara a determinadas fechas. Si no, parece que lo hagas porque toca hacerlo. L'Auditori ha de tener las puertas abiertas al talento joven todo el año.
Y, en cuanto a público, ¿cómo espera aumentarlo?
Atendiendo al mundo que nos rodea y a su diversidad. Un 25% de los habitantes empadronados en Barcelona son extranjeros. Hemos de estar activos en este sentido y, si hay grupos argentinos o colombianos interesantes que están haciendo gira, hay que intentar traerlos aquí. Y también deberíamos acercarnos más al público estudiantil, porque tenemos varias universidades no muy lejos. Intentaremos abrir un diálogo con ellas para establecer más puentes en cuanto a contenidos y actividades.
¿Otros cambios?
Quiero potenciar una mayor interacción entre la música y otras disciplinas. Interactuar con el mundo del teatro para hacer determinados proyectos y con los museos, que podrían integrar música de la OBC en sus audioguías, relacionándola con las obras que exponen, por ejemplo, algo que ya se hace en Europa. Una de mis ideas es hacer una convocatoria abierta para músicos amateurs. Seguro que vendría un público muy diferente.
¿Cómo valora la OBC?
Estoy encantado, porque está en un momento fantástico. La conozco desde hace tiempo, porque me aboné cuando tenía 15 años. Por precio y variedad de repertorio, era lo que más me interesó. Tengo varias libretas donde apunto todos los conciertos a los que voy. Este año alcancé mi concierto 250 con la OBC. La orquesta es parte de mi identidad.
Pues estar al frente de L'Auditori debe de ser un sueño.
Supone una gran responsabilidad. Conozco bien la trayectoria de la OBC y estoy muy satisfecho, porque [Ludovic] Morlot, que está en su tercer año, es un director que está muy implicado. La grabación de la integral de Ravel es 'top'. Cuenta con Mike George, uno de los mejores productores discográficos del mundo, y con el ingeniero de sonido Stephen Rinker, y eso se nota en el resultado de los discos, que son fantásticos. El otro día, una importante crítica de Francia publicó en 'Le Monde' que el último disco de la OBC era lo mejor que se había publicado en el Año Ravel.
"A veces da rabia escuchar aquí en casa según qué comentarios sobre la OBC"
Robert Brufau, que le precedió en el cargo, lamentaba que faltara ese punto de orgullo por nuestra orquesta en casa.
No me extraña, porque atravesamos el mejor momento internacionalmente. La OBC no fue de gira durante muchos años y ahora no para. Va a muchos sitios y no en base a acuerdos institucionales, sino porque la invitan. Dentro de dos semanas viajará a Amsterdam y este año ha ido a Madrid, Bilbao, San Sebastián, Lyon, Aix-en-Provence... Y volverá a Hamburgo en noviembre, y también irá a Düsseldorf y Stuttgart. Están llegando más invitaciones y eso es un reconocimiento al trabajo realizado por la orquesta y sus músicos. Por eso a veces da rabia escuchar aquí en casa según qué comentarios sobre la orquesta.
O ver L'Auditori con demasiadas butacas vacías en sus conciertos.
Es un tema a trabajar. Esta temporada ha empezado a notarse un cambio, sobre todo en los últimos conciertos. Pero hace dos o tres años era casi inaceptable. Morlot se ha adaptado a la idea de hacer una programación un poco más accesible y ha hecho un gran trabajo en este sentido. El último concierto de la temporada estuvo dedicado a Ravel y, aunque no era un repertorio tan popular, estaba bien de gente, pero no lleno. Es una lástima. Nadie se acuerda, pero la OBC llegó a ser una de las orquestas con más abonados de Europa hace años. Ya sé que el abono va a menos aquí, pero en la Orquesta de París o la Orquesta Nacional de España, que son equiparables a la OBC, tienen prácticamente todo el público abonado. Al abonado, si lo cuidas, viene.
¿Qué cambios veremos en cuanto a programación?
Mi filosofía es no tocar aquello que funciona. Pero, mirando al futuro, en los próximos 10 o 20 años veremos un cambio en la percepción y presencia internacional de los músicos españoles y catalanes en el circuito internacional. Hay muchos haciendo carrera y muchos están en grandes orquestas europeas que están en la élite. No será tan raro que en el futuro, cuando muchos de ellos vuelvan, hagan subir el nivel de nuestras formaciones. Es algo que ya está ocurriendo en la OBC, por ejemplo.
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