Abuso de poder en la música

"Si vamos a cenar, te cambiaré la nota del examen": el caso del Conservatori del Liceu dispara el recuerdo de otros casos

El Conservatori del Liceu aparta al profesor acusado de tocamientos a una alumna

Un profesor del Conservatori del Liceu, acusado de tocamientos a una alumna: "Es muy baboso y muy tocón"

Una persona toca un piano Schimmel en Hanover.

Una persona toca un piano Schimmel en Hanover.

Marta Cervera

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Barcelona
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Andrea Castells es el nombre ficticio de una pianista profesional que ha logrado sobreponerse a los abusos de poder e intentonas de tener una historia con ella que denuncia haber sufrido por parte de un profesor cuando estudiaba en el Conservatorio. Sucedió en una ciudad de la provincia de Barcelona, en los primeros dosmiles. Eran otros tiempos, el #MeToo era algo inimaginable entonces y los profesores de música ejercían un enorme poder sobre sus discípulos.

La enseñanza musical es muy íntima. A partir de los 6 y 8 años los niños ya dan clases profesor alumno, sin ninguna otra persona en el aula. "El maestro ejerce un gran poder sobre los alumnos, y mucho más en mi época, cuando no había redes sociales y no podías ver otras versiones o maneras de tocar en Internet porque no existía", recuerda esta pianista con la que EL PERIÓDICO ha contactado a raíz de la noticia las denuncias de alumnas contra un profesor de guitarra de la Escuela Superior de Música del Liceu, que el martes y ante la presión de los estudiantes, ha sido apartado del centro.

Proposiciones indecentes

"En el Conservatorio de grado medio el profesor te escogía entre varios candidatos. Se fijaba solo en los que tenían talento. O eso pensaba yo, aunque cuando vi que se interesaba por otros aspectos de mí más allá de la música, empecé a dudar. ¿Y si yo no tenía el talento que él decía?", dice. Hoy recuerda aquellos años de formación como una etapa marcada por "los abusos de poder y la violencia verbal”.

Ella, como muchos de sus compañeros y compañeras, temían al profesor de piano. "Te podía aniquilar con sus comentarios. Cuando tú te estás formando necesitas seguridad, confianza, que te empujen y te ayuden a hacerlo mejor en lugar de sus suspiros de resignación o sus silencios cortantes", recuerda. Todos le veían como una eminencia cuya palabra iba a misa. "En el mundo de la música hay muchas parejas de profesores casados con alumnas. Era el caso de mi profesor. Estando casado y con un hijo, incomodaba a las alumnas y les hacía proposiciones indecentes".

"Ponte una falda y te pondré un 7"

Cuenta que se le cayó la venda de los ojos cuando al regresar juntos de una actuación de él, a la que había sido invitada a pasar las páginas de la partitura, el profesor la invitó a ir a su casa. Aquello no era normal. Después se enteró que a más de una le había dicho "no me importaría tener una historia contigo" o "ponte una falda el próximo día y te pondré un 7" o "si vienes conmigo a cenar, te cambiaré la nota del examen", explica. Otra de sus alumnas, a la que intentó besar, empezó a ir a casa a ponerse pantalones siempre que tenía clases con él. Estuvo a punto de denunciarle. "Al final tuvo miedo y no lo hizo pero yo y otra chica sí le denunciamos. Agradezco el apoyo que nos dio el Ayuntamiento que se presentó como acusación en el juicio porque el centro era municipal."

La directora no lo creyó, la policía sí

La pianista explica que ella y su amiga acudieron a la dirección del Conservatorio para poder cambiar de profesor. Pero al escuchar sus quejas, la directora se puso de parte del docente. Consideró que eran ellas las "frescas". Lejos de tirar la toalla, pusieron una denuncia en la policía que llegó a la concejalía de Cultura de quien dependía el Conservatorio. Se abrió un expediente para investigar lo ocurrido y salió todo a la luz. El Ayuntamiento actuó rápido: despidió a la directora y al profesor. El caso acabó en los tribunales porque el maestro denunció al centro por despido improcedente. Pero el juez dictaminó a favor del Ayuntamiento y de las denunciantes. Y lo hizo en dos ocasiones porque hubo recurso.

¿Ayudaría poner cámaras en las salas de ensayo?

"Por desgracia estas historias se repiten. Los abusos de poder y de todo tipo son un mal endémico. Deberían vigilar mucho a los profesores". ¿Ayudaría poner cámaras en las salas de ensayo? Algunos estudiantes consultados por EL PERIÓDICO creen que sí, pero no todos. "Este tipo de abusos destrozan una carrera y la música ya es suficientemente jodida para que encima alguien quiera aprovecharse de ti”.

Solo muchos años después y con ayuda de terapia recuperó la confianza y empezó a componer y tocar de nuevo. Pero su carrera hubiera sido diferente de no haberse topado con ese profesor, lamenta. "Después de tanto tiempo me sigue doliendo el vacío que sentí por parte del centro educativo y de mis compañeros", señala. "Toca una revisión de los roles de poder y de la mentalidad de los profesores porque los abusos siguen ocurriendo". Al cabo de un tiempo, el mismo profesor fue fichado en otro centro donde todavía hoy imparte clases.

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