Arte

La Fundació Miró se despierta a las 6 de la mañana con el Solstici Sert en la fiesta de su 50º aniversario

Hasta las 10 aproximadamente muchos barceloneses han descubierto las obras del artista y las claves del edificio que lo alberga tal y como lo concibieron sus creadores, sin cortinas y con luz natural. Después han empezado talleres y actividades diversas en una jornada festiva y abierta al público para conmemorar el medio siglo de vida de la institución artística.

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Marta Cervera

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Barcelona
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La celebración del 50 aniversario de la Fundació Miró ha empezado muy pronto este domingo con un recorrido singular por el edificio que alberga la colección a plena luz del día, permitiendo ver la transformación de los cuadros y esculturas de manera orgánica, sin cortinas ni luz artificial. El Solstici Sert ha empezado sobre las 6 de la mañana y durante las cuatro horas que ha durado ha visto desfilar a numerosos grupos de barceloneses, más de lo habitual, entusiasmados con la idea de ver la Fundació Miró tal y como fue concebida. Después, la jornada de puertas abiertas ha continuado con mil y una actividades previstas, con talleres varios, música y 'castellers'. Medio siglo no se cumple cada día.

Lo habitual es que todas las salas de la Fundació Miró, como en la mayoría de museos, tengan luz artificial por motivos de conservación de las obras. Pero hoy, excepcionalmente, el visitante ha podido entender qué querían Joan Miró y Josep Lluís Sert cuando diseñaron este espacio blanco de formas puras y funcionales. Lo pensando para poder disfrutar de las obras de manera más orgánica, con un permanente diálogo entre el arte, la arquitectura y la naturaleza. Eso es precisamente lo que han podido hacer esta mañana desde primera hora, a partir de las seis de la mañana, quienes se han acercado al fantástico edificio blanco situado en Montjuïc. "Miró quería que fuera como su estudio, también diseñado por Sert, y que entrara la luz y se pudiera ver por la naturaleza", explicaba el guía a los primeros visitantes en la Sala 2. Con las cortinas levantadas y los lucernarios abiertos a los rayos de sol, los ojos del visitante se fijaban tanto en el patio interior principal alrededor del cual se organiza todo el edificio donde luce un olivo o a las impresionantes vistas sobre Barcelona que ofrece el pati nord. También la sala dos cambiaba sin estores, permitiendo ver un pino y observar la escultura de Alexander Calder frente a la fachada con otra perspectiva.

"Es fantástico", comentaba una señora extasiada casi al final de la visita que acababa en lo alto del edificio, en la torre octagonal donde su ubica la biblioteca. De manera excepcional se podía disfrutar de su patio y subir por unas escaleras hasta su tejado donde se veía el mar de fondo iluminado por los rayos de sol entre las nubes y se escuchaba el trinar de los pájaros.

Nuevos matices

Lo más impresionante del Solstici Sert ha sido observar cómo los colores de las obras de Miró adquirían nuevas tonalidades y matices, algo imposible con luz artificial. Muchos de los visitantes que siguieron explorando por su cuenta la exposición tras la primera visita a primera hora se sorprendieron con cómo a medida que avanzaba el día, las obras se transformaban . El amarillo 'L'Or de l'azur' (1967), por ejemplo, iba cobrando mayor intensidad.

"Nuestro objetivo es, poco a poco, eliminar la luz eléctrica y solo ponerla si realmente es esencial"

Marko Daniel, director de la Fundació Miró

Por mucho que uno conozca la Fundació Miró, descubrirla con luz diurna es otra cosa, una experiencia difícil de olvidar. "Este tipo de experiencia es excepcional pero debería ser lo normal", ha declarado a El Periódico el director de la institución, Marko Daniel. Desde que llegó ha estado negociando con los especialistas en conservación para cambiar cosas en este sentido, a favor de la tendencia Daylight museum. "La concepción más ortodoxa de los museos hoy en día consiste en la reducción a un solo sentido: el de la vista. Son cajas de zapatos donde la experiencia está tan controlada que es la misma a las 10:00, que a las 15:00 o a las 22:00 porque la luz es la misma". Todo lo bueno que tiene en cuanto a conservación de las obras lo pierde en organicidad. "Hemos ido abriendo más lucernarios y ventanas, realizando pequeños cambios en la Fundación. Nuestro objetivo es, poco a poco, eliminar la luz eléctrica y solo ponerla si realmente es esencial".

Pero no solo las obras, también el edificio funcional de hormigón y cristal ha cobrado nueva vida. El 'destape' de la Fundació Miró ha permitido disfrutar como nunca de ese diálogo entre el interior y el exterior. Sert y Miró no querían un espacio abierto y transparente. "Es cierto que desde el punto de vista de la conservación la luz mata el arte pero también le da vida. Nosotros buscamos un equilibrio entre ambos", asegura el director. Por este motivo no se han descorrido todas las cortinas. Las de las Sala 6 donde están expuestas muchas obras en papel, con la serie Barcelona y otros dibujos, ha quedado bastante oscura. "Acabo de visitarla justo ahora con nuestro conservador de papel para ver qué podemos hacer en el futuro. ¿Realmente no podemos dejar que se vean con luz solo por cuatro horas excepcionalmente?".

Habrá que esperar al próximo Solstici Sert que, como el solsticio de verano ocurre solo una vez año.