Festival de música y cultura digital
Flamenco explorador, house con pedigrí y proclamas por Palestina en la primera jornada del Sónar
La fusión de Chano Domínguez con Bronquio y los hitos de Todd Terry fueron focos de atención de un arranque del festival en el que Alizzz recorrió su segundo álbum, ‘Conducción temeraria’, y lanzó mensajes sobre “borrar a KKR” y reclamar que “el Sónar también es nuestro”

Ambiente en el primer día del Sónar.


Jordi Bianciotto
Jordi BianciottoPeriodista
Aunque siempre asociemos al Sónar a la música electrónica, son muchas sus ramas que trepan hacia otras cotas musicales, y ahí está el ascendiente flamenco que salpica el cartel de este año. A la espera de los pases del Niño de Elche con Raül Refree (este viernes) y de Yerai Cortés (sábado), el arte de Paco de Lucía resonó este jueves, jornada de apertura en Fira Montjuïc, en el homenaje brindado por Chano Domínguez y Bronquio, aproximación al duende del guitarrista con electrónica e improvisaciones heterodoxas.

Concierto de Chano Domínguez & Bronquio en el Sónar. / Otix
Se trata de ‘Calle Barcelona’, título que alude a la arteria de Algeciras en la que Paco de Lucía vivió de pequeño. Conexión emocional Andalucía-Catalunya, dado que es una producción del Taller de Músics (con el apoyo de las fundaciones de la SGAE y Paco de Lucía, y del propio Sónar) en la que intervienen músicos catalanes, como la cantaora Irene Ribas, de Sant Feliu de Llobregat, que inyectó sus precisos quejidos en piezas del repertorio del guitarrista como ‘Solo quiero caminar’. Chano Domínguez alternó el piano con un vistoso ‘keytar’ (el sintetizador que se toca colgado de una correa como una guitarra), con un virtuosismo abierto a la fusión jazz-cósmica-progresiva.
Un solo de piano
El sexteto rindió honores a la música de Paco de Lucía “dentro de otro contexto”, dejó claro Chano Domínguez, sin intenciones de despegarse del arte ‘jondo’, pero cruzándolo de un modo delicado y sentido con la electrónica de Bronquio y las pinceladas de trompeta de Pol García, con la batería de Joaquín de la Cruz como despierto sustrato. Papel también destacado para la guitarra de David Leiva, transcriptor oficial de la obra de Paco de Lucía y asesor musical del espectáculo. Hubo un ‘medley’ de ’Río ancho’ y ‘Entre dos aguas’, y una audaz traslación de ‘Monasterio de sal’, pieza inspirada en el templo construido en las minas de Zipaquirá (Colombia), que asumió Domínguez en solitario, consciente, bromeó, de que “es un poco extraño hacer un solo de piano en el Sónar”.

Concierto de Alizz en el Sónar. / Otix
Otro foco lo puso la propuesta abiertamente pop de Cristian Quirante, Alizzz, puesta en escena del álbum que lanzó el año pasado, ‘Conducción temeraria’, con su quinteto, casando la guitarra eléctrica y el sintetizador, y citas finales a cartas de éxito como ‘Antes de morirme’ (su composición compartida con C. Tangana y Rosalía) y ‘El encuentro’ (aquel dueto con Amaia). Alizzz comenzó señalando que ya había dicho en un comunicado lo que tenía que decir acerca del vínculo del Sónar con KKR y la pista israelí (los beneficios del bolo irán a parar a ACNUR para que los destine a “toda la población que está sufriendo las consecuencias brutales de este genocidio”), si bien luego lanzó la proclama de “free Palestine” y proyectó un mensaje en la pantalla: “Llibertat Palestina, aturem el genocidi. Delete KKR. La cultura és nostra”, añadiendo en su propia voz que “el Sónar també és nostre”.

Concierto de Alizz en el Sónar. / Otix
Rumbo al siglo XII
El dúo vocal Tarta Relena es otro protagonista de este año, en vivo (este viernes) y representado por sus voces en la instalación ‘Lux mundi’. En un cubículo de pequeñas dimensiones, junto al SonarHall (este jueves, las colas eran breves), la réplica de las pinturas románicas del ábside de Sant Climent de Taüll cobran forma en tres dimensiones (a partir de la labor de Alba G. Corral, Massó, Desilence y Hamill Industries), al tiempo que las armonías vocales pregrabadas de Marta Torrella y Helena Ros nos desplazan en el tiempo y construyen un aura mística asociada al siglo XII. En bucle, cada día de 15.00 a 21.00 horas.x

Ambiente festivo en el primer día del Sónar. / Otix
¿Y la electrónica? El Sónar no deja en ningún momento de ser el Sónar, y ahí estuvo un clásico, el neoyorkino Todd Terry, productor y remezclador, maestro del house, haciendo bailar al SonarVillage, la plaza del pueblo del festival, con un robusto ‘set’ en el que pasó por las armas temas de Masters at Work y David Morales, así como su ‘Keep on jumpin’’, con las voces (enlatadas) de Martha Wash y Jocelyn Brown, y el número que más podían recordar los veteranos del lugar, su ‘remix’ del noventero ‘Missing’, de Everything but the Girl.
En otro extremo sónico y anímico, el ‘ambient’ con inclinación tenebrista, muy pretencioso, del dúo italiano-neerlandés formado por Grand River (Aimée Portioli) y Abul Mogard (Guido Zen) con su espectáculo ‘In uno spazio immenso’. Escenario a oscuras, palpitación electrónica ‘in crescendo’ y grandes mareas paisajísticas indicadas para, dicen ellos, “mirar con anhelo hacia el abismo”, en aquel punto en que “el tiempo desaparece por completo”. Reflexionemos.

Ambiente en el primer día del Sónar. / Otix
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