Obituario

Muere a los 82 años Sly Stone, genio extraviado del funk progresivo

Al frente de Sly & The Family Stone, el artista revolucionó la música negra de los últimos años 60 y encapsuló el fin del optimismo social con la obra maestra 'There's a riot goin' on', de 1971, a la vez reflejo de su inmersión en las drogas

Las 12 maravillas del documental 'Summer of soul'

Sly Stone, en una imagen del documental 'Summer of soul', en 1969

Sly Stone, en una imagen del documental 'Summer of soul', en 1969 / Mass Distraction Media

Ramón Vendrell

Ramón Vendrell

Barcelona
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La discográfica especializada en reediciones Ace publicó hace unos meses 'Everybody is a star. The Sly Stone songbook', una recopilación de versiones de canciones del artista a cargo de una panoplia de intérpretes de inusual espectro estilístico: de Ike & Tina Turner a Jeff Buckley, de Magazine a Diana Ross, de Al Jarreau a The Raincoats, de Iggy Pop a Michael Jackson, de Bobby Freeman a 6ix, y así hasta 22. Certifica la nómina de participantes no solo la grandeza y el éxito del cancionero de Stone, sino también y sobre todo el impacto que tuvo en muy distintos géneros su pionero acercamiento del soul y el funk al pop, la psicodelia, el jazz y la experimentación. Podría hacerse un cofre colosal con los cientos y cientos de piezas de hip hop que le han sampleado.

Sly Stone, Sylvester Stewart (Denton, Texas, 1943) de nombre oficial, falleció el lunes en su casa en Granada Hills (Los Ángeles) a causa de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y "otros problemas de salud subyacentes", informó su familia en un comunicado. Tenía 82 años. En la categoría de los genios extraviados, pocos o ninguno como Sly Stone. El as del soul y el funk progresivos no dio pie con bola desde mediados de la década de 1970.

Giro sombrío

Sly & The Family Stone resume el giro hacia la oscuridad y la instrospección que dio el rhythm and blues a caballo de los años 60 y 70, tras el asesinato de Martin Luther King en 1968 y en paralelo al auge del más beligerante Black Power. Questlove exhumó en el documental 'Summer of soul' (2021) formidable metraje del Festival Cultural de Harlem de 1969. En la película se puede ver a la formación, mixta tanto en términos de color como de género, una rareza en la época, todavía en su etapa radiante. La bomba. Acababa de publicar el elepé 'Stand!', combativo pero esperanzado. Su siguiente álbum, 'There's a riot goin' on' (1971), tardó dos años en llegar y es un sol negro: amenaza, densidad, paranoia. Incluso el 'hit' 'Family affair' tiene una naturaleza narcótica.

La forja del góspel

Forjado en el góspel como tantos artistas afroamericanos, Stone fue un multiinstrumentista precoz. Como productor del sello de San Francisco Autum Records produjo discos de The Beau Brummels o The Mojo Men. Asimismo, fue teclista en sesiones de Dionne Warwick, The Righteous Brothers, The Ronettes o Jan & Dean. Sly & The Family Stone debutó con el elepé 'A whole new thing' (1967), al que siguieron 'Dance to the music' (1968), 'Life' (1968) y el citado 'Stand!', que catapultó al grupo a otra dimensión y sentó junto con Parliament y Funkadelic, proyectos de George Clinton, las bases del funk psicodélico. Con permiso de Jimi Hendrix. En cualquier caso, la psicodelia se extendió por la música negra: las producciones de Norman Whitfield para The Temptations y The Undisputed Truth, The Chamber Brothers, Curtis Mayfield, The Politicians y un sinfín de nombres menos conocidos. En el jazz, Miles Davis y Herbie Hancock tomaron buena nota. Sly & The Family Stone deslumbró en el festival de Woodstock de 1969, que, a diferencia del Festival Cultural de Harlem del mismo año, no quedó enterrado precisamente.

Rima demasiado perfecta

Sly Stone alquiló por 12.000 dólares al mes una mansión en Bel Air Road (Los Ángeles) en 1970. Allí fue donde se fraguó 'There's a riot goin' on'. "Era muy gansteril, peligroso -dijo Jerry Martini, saxofonista de Sly & The Family Stone-. Las vibraciones eran muy chungas en ese momento. Había una nube sobre el lugar. Había una nube sobre Sly desde que se mudó a Los Ángeles". Esa nube nunca desapareció, añadió Martini. Triunfal, alejado del área de San Francisco y en una rima demasiado perfecta con el fin del optimismo negro y del sueño jipi, Stone se entregó al consumo masivo de drogas y se distanció de los otros miembros del conjunto, que también se metían lo suyo. Justo cuando era el mesías de la nueva música negra. El negocio musical le reclamaba más exitos y el Black Panther Party, más militancia. 'There's a riot goin' on' refleja tanto el cambio de era social como la inmersión de Stone en el abismo. Obra maestra, sí, pero también el principio del fin. Aún hubo tiempo antes de que la banda (ya con bajas y altas) se separara para hacer el brillante 'Fresh' (1973) y 'Small talk' (1974).

Después, intentos de regreso, problemas con la policía debidos a las drogas, disputas por los 'royalties', colaboraciones con sus amigos George Clinton y Bobby Womack, autosabotajes en el escenario, discos y conciertos de homenaje. Un enigma de inmensa influencia. Ingresó en el Rock and Roll Hall of Fame en 1993.