Estreno de serie

'Tierra de mafiosos', en SkyShowtime: Brosnan, Hardy y Mirren forman el más terrorífico clan criminal

Guy Ritchie dirige los primeros episodios de este efectivo 'thriller' sobre una guerra entre dos poderosas facciones de la mafia londinense

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Pierce Brosnan (Conrad), Helen Mirren (Maeve) y Tom Hardy (Harry) en una imagen promocional de 'Tierra de mafiosos'

Pierce Brosnan (Conrad), Helen Mirren (Maeve) y Tom Hardy (Harry) en una imagen promocional de 'Tierra de mafiosos' / SkyShowtime

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

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'Tierra de mafiosos' (SkyShowtime, desde el lunes, día 9) puede no ser la serie más novedosa del mundo, pero no todo puede ser innovación. A menudo, el placer está en degustar de nuevo los placeres familiares de un género. Y los responsables de esta producción británica se mueven con comodidad en el terreno del drama criminal y gansteril: Ronan Bennett (co)escribió 'Enemigos públicos', la película de Michael Mann sobre el asaltante de bancos John Herbert Dillinger, antes de crear 'Top boy'; Jez Butterworth (co)escribió 'Black mass', la película de Scott Cooper sobre el gánster James 'Whitey' Bulger, antes de revisar 'Oficina de infiltrados' con 'The Agency'. Es gente que sabe lo que hace. 

Otro placer familiar es ver a Tom Hardy imponiendo su ley sin apenas mover los labios, algo en lo aquí se recrea como Harry Da Souza, el arreglador de líos de los Harrigan, clan irlandés que domina los negocios de drogas y armas en Londres. Al frente de la familia están Conrad (Pierce Brosnan, con marcado acento de Kerry) y Maeve Harrigan (Helen Mirren), él un poco psicópata, ella la que más y mejor mueve hilos, la Lady Macbeth de todo esto. No es la primera vez que Brosnan y Mirren coinciden en un proyecto. El primero debutó en el cine en 1980 como sicario del IRA en 'El largo Viernes Santo', en la que ella tenía mucho más protagonismo como novia del gánster encarnado por Bob Hoskins. Pero no llegaron a compartir escenas, como en 'Tierra de mafiosos' o la inminente película de Chris Columbus ''El club del crimen de los jueves'. 

Nietos rebeldes

Al principio de la serie, Harry ejerce como mediador en un enfrentamiento entre dos jefes mafiosos afiliados a los Harrigan. La resolución del conflicto es, por supuesto, expeditiva. Y a partir de ahí la tensión solo crece. Seguimos a Eddie (Anson Boon), nieto rebelde de Conrad, en una noche loca en compañía de Tommy Stevenson (Felix Edwards), hijo de Richie Stevenson (Geoff Bell), jefe criminal rival de nuestros antihéroes. En un club, Eddie hace algo que no debería y sale a la fuga con Tommy. ¿Cómo arreglar el desaguisado? Por supuesto, llamando a Harry, como hacen los padres de Eddie, Kevin (Paddy Considine) y Bella (Lara Pulver), tan metida en los negocios de los Harrigan como si tuviera su sangre.

Todo se complica aún más, si cabe, cuando llegan noticias de que Tommy ha desaparecido y de que Richie sabía que su hijo estaba con Eddie. Y para añadir insulto a la injuria, los Harrigan se ponen firmes en su intento de controlar el tráfico de fentanilo, que controlan los Stevenson. En otras palabras, Harry va a tener trabajo, lo que solo podrá estropear aún más, si cabe, su relación con una esposa que le insiste infructuosamente en hacer terapia conyugal. Ojalá lo consiga: el personaje estándar de Hardy, metido en ese contexto, puede ser verdadero oro cómico. 

Sucesora de 'Ray Donovan'

En un principio, 'Tierra de mafiosos' se llamaba 'The Donovans' por haber sido concebida como 'spinoff' de 'Ray Donovan', la creación de Ann Biderman (otra guionista de 'Enemigos públicos') sobre el titular arreglador de líos de ricos y famosos al que daba vida Liev Schreiber. Pero por motivos que no han trascendido, el proyecto fue evolucionando (llamándose por un tiempo 'The associate') hasta lo que es ahora, una serie de regusto familiar pero con mitología propia. 

Con sus asesinos atribulados, sus viejos clubs de boxeo o esos chistes sobre actos violentos, la serie estaba llamada a ser dirigida por Guy Ritchie ('Snatch. Cerdos y diamantes', 'The Gentlemen: los señores de la mafia'), quien se encarga de los dos primeros episodios con suma eficacia. El ritmo es ágil sin resultar apresurado. La acción aquí es sobre todo verbal, pero no faltan peleas salvajes en clubs o una estimulante persecución con coches y moto durante un intento de secuestro o asesinato.

Tras la buena acogida, sobre todo popular, una continuación parece asegurada. Según explicó Hardy en 'The Hollywood Reporter', lo que sopesan es desarrollar las insinuaciones internacionales de la primera temporada: "En cada país europeo existen familias que buscan poder mover toda clase de mercancías, que controlan todo eso y buscan encajar su negocio en un escenario mundial". Vagas pero prometedoras declaraciones.

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