Opinión | La caja de resonancia

Jordi Bianciotto
Barcelona

Público guiri: ¿irritación o motivo de orgullo?

Sin ese 65% de audiencia extranjera, el Primavera Sound no podría pagar a figuras como Charli XCX, Sabrina Carpenter o Chappell Roan, fichajes que han ido en la línea de situar eventos únicos en esa Barcelona a veces tan cascarrabias

Último día del Primavera Sound 2025

Último día del Primavera Sound 2025 / Manu Mitru

Tan solo paseando estos días por el Fòrum, a simple vista, era perceptible que el público extranjero andaba disparado, y las cifras de balance lo confirman: representó el 65%, seis puntos más que en 2024 e igualando el récord de la eufórica edición pospandémica de 2022. Comentando con otros nativos la evidencia de ese paisaje humano, y el predominio del inglés como lengua franca, aun sin hacer de ello una tragedia, se palpaba esa sensación melancólica de verte como minoría en tu ciudad, el síndrome de reserva sioux.  

Que la cuota de guiris trepe más o menos depende en buena parte del cartel. Este año, lo ha propulsado el fichaje del trío Charli XCX-Sabrina Carpenter-Chappell Roan, único en el mapa de festivales europeo. Y eso ha generado cierta asincronía en los flujos del público. El extranjero, muy joven y bastante femenino, se ha concentrado en las tres vedetes, y en otras figuras muy famosas en ciertos países y desconocidas por aquí (muchos irlandeses con CMAT, franceses con Zaho de Sagazan). Y en el fondo ‘indie’ del programa ha habido una presencia más visible de la clientela autóctona habitual, más madura y masculina: pases como los de Stereolab o The Hard Quartet (el grupo de Stephen Malkmus, de Pavement). 

Ambas esferas de público han convivido sin fricción alguna, pero tendiendo a ignorarse mutuamente, como si cada una viviera en su propia burbuja festivalera. Que convivan en paz es un logro, hay que decir. Cuesta imaginar que, por ejemplo, en la edición de 2015, entre The Strokes, Interpol y Ride, el festival hubiera tenido a bien programar a Kylie Minogue (un equivalente ‘mainstream’ a lo que hoy podría representar Sabrina). Es verdad que todo se ha hecho más líquido y menos conflictivo.

Hubo un tiempo en que el imaginario del Primavera se veía anquilosado y corrían bromas sobre un cartel de 2040 con Pixies como gran reclamo en su enésima gira de reunión. El festival reaccionó y aquí está el resultado. ¿Qué esperábamos si no? Podemos irritarnos ante la invasión guiri y suspirar por tiempos más puros, más nuestros, pero lo que ocurre es fruto del éxito, de la marca y de la ciudad, y debería ser motivo de orgullo, en esa Barcelona a veces tan cascarrabias, hacer cosas únicas que atraen visitantes (con la cultura como ‘leitmotiv’). Sin ese 65% de público extranjero, el Primavera no habría podido pagar por Charli XCX, Sabrina Carpenter y Chappell Roan. Podrá pensarse: “¿y qué?”. Pero las ciudades son como las bicicletas, que si dejas de pedalear te pegas un tortazo.

Suscríbete para seguir leyendo