Música y geopolítica

La empresa que controla el Sónar, el FIB y el Viña Rock asegura que el fondo KKR no cobrará dividendos de los festivales

Superstruct Entertainment hace público un comunicado en el que subraya que todos los beneficios de sus eventos musicales "se destinan al desarrollo y la realización" de los festivales

Sónar condena "el genocidio sobre el pueblo palestino" y asegura que no enviará "ni un solo euro" al fondo KKR

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Ambiente en el Sónar de día en la pasada edición del festival.

Ambiente en el Sónar de día en la pasada edición del festival. / JORDI OTIX

Rafael Tapounet

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Barcelona
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El goteo de cancelaciones y llamadas al boicot provocado por la presencia del fondo de inversiones de capital riesgo KKR, señalado por sus intereses en Israel y en los territorios palestinos ocupados, en el accionariado de la empresa Superstruct Entertainment, que controla una treintena de festivales musicales en España (incluidos el Sónar, el FIB y el Viña Rock), ha llevado a esta última compañía a hacer un movimiento bastante insólito: anunciar públicamente que los beneficios que obtengan los festivales que forman parte del entramado Superstruct no generarán dividendos para KKR ni para ningún otro de los inversores integrados en el consorcio que en octubre del pasado año compró este gigante de la industria del entretenimiento musical al fondo estadounidense Providence Equity Partners.

"Lo que está ocurriendo en Gaza e Israel ha tenido un gran impacto en nuestra comunidad; estamos horrorizados por la magnitud del sufrimiento y de la crisis actual -afirma Superstruct en un comunicado que publicó el lunes en su web-. Estos hechos han suscitado, con toda razón, preguntas urgentes y fuertes emociones también entre nuestros artistas, nuestra gente y nuestro público. Nos unimos a los llamamientos para que haya un final inmediato del conflicto y para que la ayuda humanitaria llegue sin retraso hasta aquellos que están sufriendo".

La nota continúa reconociendo que la composición de la propiedad de la empresa ha generado en las últimas semanas "un volumen significativo de debate y discusión" y subraya que, a nivel operativo, Superestruct funciona "de manera independiente" y toma sus decisiones "en función de lo que sea mejor para los intereses de nuestros fans, artistas, socios y colegas". Y, al hilo de esta última observación, añade: "Todos los ingresos y beneficios de los eventos y festivales de Superstruct permanecen íntegramente dentro de nuestro negocio y se destinan al desarrollo y la realización de nuestros festivales alrededor del mundo". En otras palabras: los inversores renuncian a cobrar dividendos.

Una treintena de cancelaciones

Esta decisión -que tampoco es tan extraordinaria, puesto que a menudo fondos como KKR pasan por alto el cobro de dividendos y rentabilizan sus inversiones revendiendo sus activos al cabo de unos años- se ha hecho pública a fin de dar una respuesta directa a quienes promueven el boicot activo a los festivales de Superstruct con el argumento de que están financiando, entre otras cosas, operaciones inmobiliarias en los territorios palestinos ocupados por Israel. El pasado jueves, fue la organización del Sónar la que difundió un comunicado en el que afirmaba que "ni un solo euro" del festival irá a parar a KKR. "Podemos asegurar que, después de sufragar todos los costes del propio festival (salarios, artistas, producción, comunicación, gastos de estructura, etc.), todos los beneficios se reinvierten íntegramente de cara a las futuras ediciones de Sónar", señalaba.

Todos estos esfuerzos comunicativos tratan de atajar una crisis que, solo en el Sónar, ha provocado ya la cancelación de una treintena de actuaciones musicales y de una docena de actividades de Sónar +D y exposiciones de Project Area. El festival barcelonés, que se celebra del 12 al 14 de junio, está trabajando para cubrir estas ausencias y poder cerrar la parrilla de horarios lo antes posible.