40 edición

La gala de los Goya regresa a Barcelona 26 años después de que Almodóvar le cantara el cumpleaños feliz al entonces príncipe Felipe

El principe de Asturias, Felipe de Borbón, felicita al director de cine Pedro Almodovar, después de que este fuera galardonado con los Goya al mejor director y mejor película, por 'Todo sobre mi madre', durante la gala de los Goya celebrada en Barcelona, en el año 2000.

El principe de Asturias, Felipe de Borbón, felicita al director de cine Pedro Almodovar, después de que este fuera galardonado con los Goya al mejor director y mejor película, por 'Todo sobre mi madre', durante la gala de los Goya celebrada en Barcelona, en el año 2000. / ANDREU DALMAU / EFE

Quim Casas

Quim Casas

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

29 de enero de 2000. Barcelona, concretamente el Auditori, era por primera vez el escenario de la gala de los premios Goya. Desde que se instauraran en 1987, los galardones más importantes del cine español nunca habían salido de Madrid. Después se ha hecho en otras sedes (Valencia, Sevilla, Málaga, Granada y Valladolid), pero Barcelona no había repetido. El segundo acercamiento de los Goya a la ciudad se produce en uno de los mejores momentos para el cine catalán, tanto en repercusión comercial (‘El 47’, ‘Casa en flames’) como artística (‘Romería’ en la competición de Cannes), y en un contexto político concreto, algo que guste o no siempre tiene incidencia. A la derecha y a la extrema derecha española no les va a hacer demasiada gracia la elección en plena reivindicación del catalán como lengua oficial en la Unión Europea y de la aprobación de los presupuestos del Estado.

La designación puede leerse en clave política. En clave económica. En clave artística. Pero ya es un hecho. Ha pasado un cuarto de siglo desde aquella ceremonia en el Auditori barcelonés, dirigida por Rosa Vergès y presentada por Antonia San Juan, en la que se coronó como mejor película ‘Todo sobre mi madre’ de Pedro Almodóvar. Hubo algo de justicia poética en aquel galardón, teniendo en cuenta la importancia de Barcelona en el filme; Almodóvar filmo muy bien el interior de un cliché cultural-turístico, La Pedrera. Y también de divertimento, cuando Almodóvar, cual Marilyn Monroe ante John F. Kennedy, recibió el Goya al mejor director de manos de su actriz, Marisa Paredes, e inició el cumpleaños feliz con el que los asistentes felicitaron y agasajaron al príncipe Felipe. La cara de circunstancias del entonces ministro de Educación, Cultura y Deporte, Mariano Rajoy, al lado del príncipe de Asturias no tiene desperdicio. Eran otros tiempos.

Dos décadas y media después, los Goya regresan a Barcelona, aunque aún no se sabe en qué espacio ni fecha exacta se celebrará la gala. Puede festejarse la decisión, aunque también encierra algunas incógnitas dada la proximidad del evento con el de la fiesta del cine catalán, los premios Gaudí. ¿Una cosa anulará a la otra? Está por ver, sobre todo si hay títulos que repiten en las dos ceremonias.

Jaume Collboni, alcalde de Barcelona, ha enmarcado el regreso de los Goya a Catalunya en el momento dulce que vive esta cinematografía, y ha aprovechado para reivindicar la “cocapitalidad compartida” de la ciudad en los ámbitos de la cultura y de la ciencia. El alcalde se ha referido a Marcel Barrena, J. A. Bayona, Carla Simón e Isabel Coixet como referentes en esta situación de aparente bonanza. La elección coincide también con la apuesta manifiesta del gobierno municipal con el sector (el Catalunya Media City en la zona de les Tres Xemeneies), una apuesta clara por el tejido económico del sector que fue importantísimo hace años y ahora se intenta recuperar. La gala barcelonesa de 2000 fue la última a la que acudieron representantes de la Casa Real.

Suscríbete para seguir leyendo