La casa a cuestas
'Los Tortuga', la migración resistente y persistente
La nueva película de Belén Funes se suma a otras producciones culturales que tratan el tema de la inmigración en Barcelona en distintas épocas

'Emigrantes viniendo de la Estación de Francia', foto de Xavier Miserachs de 1962. / Xavier Miserachs


Quim Casas
Quim CasasPeriodista y crítico de cine
Profesor de Comunicación Audiovisual en Universidad Pompeu Fabra y docente en ESCAC, FX, Cátedra de Cine de Valladolid y Museu del Cinema de Girona. Autor de diversos libros sobre David Lynch, David Cronenberg, Jim Jarmusch, Fritz Lang, John Ford y Clint Eastwood. Miembro del Comité de Selección del Festival de Cine de San Sebastián.
La serie de Mariano Barroso 'El día de mañana' (2018), basada en la novela homónima de Ignacio Martínez de Pisón y protagonizada por Oriol Pla, tenía en su episodio inicial la imagen de gente que se traslada literalmente con la casa a cuestas hasta la gran ciudad en busca de una vida mejor. Justo Gil, el protagonista, llega sin dinero, oficio ni beneficio a la Barcelona de los años 60, una urbe exultante de modernidad en pleno franquismo, dispuesto a convertirse en alguien importante.
Una de las dos películas de mayor éxito del cine catalán del año pasado, 'El 47', de Marcel Barrena, tiene también como protagonistas a aquellos inmigrantes de diversas partes de España que se instalaron en Barcelona en los años 50 y 60, y, más concretamente, los que se hicieron fuertes años después en sus reivindicaciones en el barrio de Torre Baró para poder tener algo tan simple como un autobús digno que les conectara con el resto de la ciudad.
En las últimas entregas de los premios Gaudí y Goya, el triunfador Eduard Sola, guionista del otro gran éxito comercial del cine catalán de 2024, 'Casa en flames', hizo en sus discursos, sobre todo en el de los galardones de la industria catalana, una encendida reivindicación de su condición de orgulloso 'charnego'.
Relevancia y dignidad
Los 'altres catalans', como los llamó otro ilustre inmigrante, Paco Candel, en una novela emblemática de cuya publicación se cumplieron 50 años el pasado octubre, forman parte del tejido social, económico y cultural de Catalunya, por mucho que distintos sectores se hayan resistido históricamente a reconocerlo. Restaurar la importancia y la dignidad de estos 'otros catalanes' es un ejercicio que el cine, como otras manifestaciones artísticas, se ha tomado en serio.
El último ejemplo es 'Los Tortuga', el largometraje de Belén Funes que se ha estrenado esta semana en las salas. No es un filme de tesis, lo que siempre es de agradecer. Habla de los inmigrantes (y exiliados) de manera natural, un tema más dentro de un amplio conglomerado argumental en el que también destacan las relaciones entre madre e hija y entre la ciudad (Barcelona) y el campo (Jaén), la pérdida de un ser querido, la migración, la precariedad y los desahucios, muchos conflictos dramáticos bien conjuntados entre sí.
Pero su título es 'Los Tortuga'. Funes nos contaba en una entrevista publicada hace dos meses en EL PERIÓDICO que, en la tradición oral, el nombre de los Tortuga hace referencia a los migrantes andaluces que viven y trabajan en otros centros metropolitanos. La directora, que también es de origen andaluz y lleva años afincada en Barcelona, los definía de manera muy gráfica: "La idea de que me voy a llevar todo conmigo y no sé cuándo volveré".
La vida en una maleta
Es la imagen de gente con carromatos llevando todas sus pertenencias; la casa a cuestas rumbo a un lugar en apariencia mejor sin saber si algún día se volverá. Xavier Miserachs fue, con Francesc Català-Roca, uno de los mejores cronistas gráficos de aquellas migraciones en el centro de Barcelona, el Somorrostro o la Costa Brava. Funes ha utilizado algunas de sus fotografías en la película. A veces, llegaban con carromatos. En otras, como muestra la foto de Miserachs titulada 'Emigrantes viniendo de la estación de Francia', tomada en 1962, con una voluminosa maleta sobre el hombro que lo contenía todo: la escasa ropa, las fotos familiares y los pocos recuerdos de una vida que se dejaba por completo atrás.

Belén Funes dirige 'Los Tortuga'. / OBERON MEDIA / Europa Press
El paralelismo con las tortugas reales resulta claro. Estos quelonios son una especie migratoria que lleva su casa a cuestas (el caparazón protector), son resistentes, persistentes y de vida longeva. Se desplazan en busca de un lugar mejor en el que vivir y poner los huevos, como los migrantes desean encontrar un lugar en el que asentarse; el caparazón, o la casa a cuestas, define la carga y el legado emocional y material que deben asumir para intentar construir una nueva vida.
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