Festival
El Cannes del cortometrajista: vestido de gala para comer en el McDonald's
Marc Camardons, seleccionado para participar en la sección La Cinef con el corto de la ESCAC 'Per bruixa i metzinera', explica su experiencia en el festival
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El equipo de 'Per bruixa i metzinera', en una de las playas de Cannes / ESCAC
El cortometraje catalán 'Per bruixa i metzinera', dirigido por Marc Camardons y producido por la ESCAC, se presentó el miércoles en la sección La Cinef del Festival de Cannes, que selecciona cada año entre 15 y 20 películas realizadas por estudiantes de cine de todo el mundo (para esta edición se eligieron 16 títulos de los 2.700 que pidieron participar). En esta crónica, Camardons y sus compañeros de equipo relatan en primera persona la "abrumadora" experiencia que supone estar viviendo desde dentro su primer Cannes.
Llegar al festival de Cannes con 'Per bruixa i metzinera' ha sido para todos nosotros la culminación bestia de un largo viaje que empezó hace tres años. Que un cortometraje rodado en catalán en el Pirineo como trabajo de final de máster se haya acabado proyectando en la Sala Buñuel del Palacio de Festivales y Congresos de Cannes para un público procedente de todo el mundo que no sabía nada de nosotros ha sido una experiencia impresionante. El pase fue espectacular, aunque lo vivimos con muchos nervios. Todo el mundo estuvo muy receptivo y sonriente y recibimos comentarios muy buenos. Los otros directores de La Cinef destacaron mucho la puesta en escena, aunque es posible que eso sea algo que mencionas cuando no sabes muy bien qué decir de una película. O quizá les gustó de verdad.
Más allá de la proyección, todos compartimos la sensación de que este festival es abrumador, te sobrepasa por todos lados. Necesitas varios días para entender un poco cómo funciona, porque es una barbaridad. Yo ando perdido la mayor parte del tiempo y solo tomo conciencia de dónde estoy cuando me toca hablar del cortometraje con periodistas, con programadores o con otros directores. Por eso es una gran suerte haber podido venir a Cannes con mis compañeros Jaume Roma [director de fotografía], Alícia Tapounet [montadora] y Caile Chiner [directora artística], además del productor Abraham Sánchez y de las actrices Karin Barbeta y Neli Lladó, que vinieron a la presentación y fue muy chulo aunque se agobiaron un poco con tanta gente.

Marc Camardons (primero por la izquierda), junto a sus actrices y su equipo en la proyección de 'Per bruixa i metzinera' en Cannes. / ESCAC
Estar en Cannes como cineasta puede hacer que te vengas muy arriba pero luego el mismo festival ya se encarga de ponerte en tu sitio. Estos días se nos ha acercado gente que, al saber que teníamos una película, quería hacerse una foto con nosotros sin tener la menor idea de quiénes éramos, solo por si ganábamos algo o por si algún día en el futuro teníamos éxito de verdad. Eso es muy loco. Claro que cuando nos hicieron posar a los directores de La Cinef en la alfombra roja la cosa fue bastante más humillante: estaban ahí todos los fotógrafos tirando fotos como locos a unas actrices que pasaron antes y, cuando salimos nosotros, bajaron todas las cámaras y nos quedamos en frente de un montón de gente incómoda que no nos quería mirar a la cara porque se sentían un poco culpables por no hacernos fotos. Bueno, había tres o cuatro que sí hacían, pero suponemos que eran del festival.

Marc Camardons, en Cannes / Violeta Gumà Jaume / ACN
Ambiente irreal
Por otro lado, el ambiente es muy irreal. Cannes es el sitio donde hemos visto más gente arreglada por metro cuadrado. Toda la ciudad parece un gran plató de rodaje, en el que se cortan las calles para que pasen coches carísimos con actrices y actores a bordo. Todo ese imaginario que para mucha gente representa el mundo del cine -las estrellas, la alfombra roja, las fiestas glamurosas- y que tanto hemos visto por la tele, está aquí al alcance de la mano. Hay una mística muy fuerte que rodea las 'premières', las proyecciones, las fiestas... Pero es como un gran espejismo, porque luego el glamur de verdad es muy inaccesible. La mayoría de los que estamos aquí acabamos comiendo en el McDonald’s, aunque, eso sí, vestidos de gala. Es un contraste muy divertido. Y por todos lados la gente va buscando famosos como si estuviera en un safari.

El director catalán Marc Camardons presenta su corto 'Per bruixa i metzinera' ('Por bruja y venenosa') en el Festival de Cannes, a través de la Cinef, en el que participan cortos de escuelas de cine. EFE/ Edgar Sapiña Manchado / Edgar Sapiña Manchado / EFE
Por la noche, desde el piso en el que estamos, humilde pero grande, se oye el ruido de las fiestas en los yates. Fiestas a las que nadie nos va a invitar. Aun así, sabemos la inmensa suerte que tenemos de estar aquí.
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