Un tributo de lujo a Theodorakis en Barnasants

Ante esas sensaciones tan actuales de velocidad, vértigo informativo y rotación de tendencias y referentes, un concierto de homenaje a Mikis Theodorakis es tierra firme, una sensación de solidez, de topar con algo que no se lo llevará el viento. Tal vez su centenario (será el 29 de julio) no mueva multitudes por aquí, pero Barnasants tuvo el buen criterio de brindar una hermosa ofrenda a la memoria de este gigante musical (y activista) del siglo XX, vinculado a la Barcelona olímpica, este viernes en Luz de Gas.

Noche de reconocimiento de este “hombre desmesurado”, así lo presentó Enric Calpena, altísimo, hiperproductivo como autor, ministro comunista y, pasados los años, conservador. Hubo músicos valiosos venidos de Grecia: la guitarra exquisita de Manolis Androulidakis, que recorrió el tema de ‘Zorba el griego’, y Kostas Triantafillidis, con su voz profunda, marcándose un dueto con Juan Valderrama en una bilingüe ‘Luna de miel’, la canción del filme de 1959 que aquí se conoció en la voz de Gloria Lasso (y el madrileño se creció si cabe en el lorquiano y coheniano ‘Pequeño vals vienés’). Filmaciones míticas en la pantalla, la palabra y la interpretación de Joel Joan y Tilda Espluga con vistas a Sunion, el exilio y a ‘Madame Hortense’, y notas de historia y sentimiento a cargo de Vicent Sanchis, Laura Borràs y la ibicenca Fanny Tur, leyendo a Theodorakis cada uno de ellos desde un encuadre de los Països Catalans.

Josep Tero, un cantautor de largos vínculos con Grecia, era de presencia obligada, y su ‘Ara som dos’ resonó con hondo poder vocal. Y salió Maria del Mar Bonet, la cantante a la que Theodorakis fue a ver atentamente a la plaza del Rei en aquellas noches del verano del 92 y a quien dijo que escuchándola le parecía que era griega. Las canciones del disco que ella le dedicó, ‘El·las’ (1993), renacieron con su poesía y el rigor de Dani Espasa al piano: ‘Abril’, ‘Ciutat preciosa’ y ‘La platja’. Y aquella ‘Ligna koritsia’, ‘Noies voramar’, en la que se reencontró con su cómplice en la grabación, Manolo García. Ambos volvieron a caminar por aquella escena, “d’esquena a la platja”, con su magia y las voces en apasionada sincronía. un clímax sentido, con Theodorakis abriendo los brazos como telón de fondo. Y Manolo García rematando la noche: “Visca la cultura i la justícia social”.

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