63 artistas

El Museu d'Art de Girona resigue el hilo del arte catalán del siglo XX a través de la colección Bassat

Por primera vez se expone en Girona una muestra del fondo de Carmen Orellana y Lluís Bassat, integrado por más de 4.000 obras

Se muestran setenta obras de artistas como Miró, Tàpies, Guionvart, Ràfols-Casamada o Perejaume

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Exposición 'Mestres de l'art català del segle XX. Col·lecció Bassat' en el Museu d'Art de Girona.

Exposición 'Mestres de l'art català del segle XX. Col·lecció Bassat' en el Museu d'Art de Girona. / Aniol Resclosa

Alba Carmona

Girona
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El Museu d'Arte de Girona resigue el hilo del arte catalán del siglo XX a través de la perspectiva "única" de la colección Bassat. Por primera vez, una muestra de la extensa colección de Carmen Orellana y Lluís Bassat, integrada por más de 4.000 piezas, se verá en Girona en el marco de la exposición 'Mestres de l'art català del segle XX. Colección Bassat'. En total, las salas del museo acogen unas setenta obras de 63 artistas esenciales para entender el relato del arte contemporáneo en Cataluña: de Joan Miró a Perejaume y Eulàlia Valldosera, pasando por Antoni Tàpies, Josep Guinovart o Albert Ràfols-Casamada.

Comisariada por Conxita Oliver y Joan Gil, la muestra también quiere homenajear el coleccionismo privado con "voluntad pública", según la directora del Museo de Arte, Carme Clusellas. Y es que la colección de Carmen Orellana y Lluís Bassat nació hace cuarenta años casi por casualidad, pero se ha convertido en uno de los grandes fondos privados del país, relevante tanto por el número de obras como por la calidad. Con esta, son 51 las exhibiciones que ha hecho dentro y fuera de Catalunya, sobre todo en la Nave Gaudí de Mataró, donde se expone regularmente. Bassat recuerda que hace más de una década se había "llegado a estudiar la posibilidad de abrir un museo de arte contemporáneo en Girona para acoger parte de la colección". Esta opción se descartó, pero el coleccionista celebra que finalmente se pueda presentar una parte del fondo en un museo ya existente. Por Bassat, la exposición se tiene que entender como "un menú degustación" de una colección "grande y ecléctica", con "platos todos buenos pero muy diferentes". 

Primeras y segundas vanguardias

De entre los 3.000 cuadros y el millar de esculturas de la familia Bassat, los comisarios se han decantado por una lectura generacional y estética del arte catalán contemporáneo.  Están presentes nombres destacados de las primeras vanguardias, como Miró, Clavé, Gargallo, y especialmente de las segundas vanguardias, como Antoni Tàpies, Josep Guinovart, Albert Ràfols-Casamada, Joan Ponç, Modest Cuixart, o Hernández Pijoan. También se representan artistas vinculados a la llamada 'Nova Figuració', que apostaron por un retorno a la representación iconográfica como reacción contra la abstracción del informalismo o se acercaron a los postulados del Pop Art, como Miquel Vilà, Serra de Rivera, Roturáis, Arranz-Bravo, Bartolozzi o Llimós. O aquellos que se mueven entre la abstracción geométrica y nuevos postulados, como Borrell, Chancho o el gerundense Enric Ansesa. Y todavía artistas de finales de los noventa y a los inicios del nuevo siglo XXI, que avanzan en la indagación de la contemporaneidad, como Eulàlia Valldosera, Aurèlia Muñoz, Perejaume o Muntades.

La muestra expone, como mínimo, una obra de cada uno de ellos, algunas de las cuales ya son icónicas, como 'Brotxa bandera', de Josep Guinovart, o un Tàpies "de transición", explica Gil, que permite ver como el artista pasa de trabajar la materia al objeto.  Además, se dedica un ámbito a las soluciones escultóricas, diversas y singulares, con obras variadas como un móvil de Villelia, obras de Subirachs, de Riera y Aragó, de Pladevall, o una menina de José Luís Pascual, que da la bienvenida en el patio de entrada del Museu d'Art de Girona. "En algunos casos, no está la mejor obra del artista, pero sí la que encaja más bien en el discurso, porque las piezas se enriquezcan entre ellas", remarca Oliver, que añade que también han querido que se viera el gusto de los dos coleccionistas, "dos caras de la misma monera, con un equilibrio entre la figuración y la abstracción". 

La exposición se podrá visitar hasta el 14 de septiembre.

La exposición se podrá visitar hasta el 14 de septiembre. / Aniol Resclosa

Tributo al coleccionismo privado

"Queríamos reflejar la pasión por el coleccionismo de arte, el hecho de privarse de cosas para poder tener una obra más", señalan los comisarios. En el mismo sentido se pronuncia Clusellas, convencida que los privados son también "una pieza clave del ecosistema artístico", porque ayudan a "mantener los equilibrios", sobre todo si conjugan "el aprecio por el arte con las ganas de mostrarlo". En el caso de Carmen Orellana y Lluís Bassat se iniciaron en el coleccionismo de arte muy jóvenes, acabados de casar. En 1968 adquirieron la primera obra, un óleo de Àngel Jové de 6.000 pesetas (36 euros, al cambio actual) comprado a plazos con el cual se incia la exposición de Girona.

Unos años más tarde, compraron la segunda pieza, así como un tanto por ciento de la Galería Adrià de Barcelona. Desde entonces han conformado una notable colección de arte, especialmente significativa por el número de artistas y obras de las segundas vanguardias catalanas, que se ha expuesto por todo el estado y en países como Polonia y Bulgaria. La exposición se podrá visitar hasta el 14 de septiembre. Durante los próximos meses, se han previsto una serie de actividades complementarias, como visitas comentadas y una propuesta autoguiada dirigida al público familiar.