Novela negra
César Pérez Gellida regresa del Nadal con su 'thriller' más cruento: “Quiero seguir matando todo lo que me permita la ley”
El autor de 'Bajo tierra seca', premio Nadal de 2024, cierra con 'Nada bueno germina' un díptico criminal ambientado en la España de principios del siglo XX
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Pérez Gellida, fotografiado en las calles de Valladolid / Pablo James


David Morán
David MoránPeriodista
Periodista de la sección de cultura.
Última página de ‘Nada bueno germina’ (Destino), novela con la que César Pérez Gellida (Valladolid, 1974) cierra su díptico sobre la sangre y la tierra en la España de principios del siglo XX, y a los sepultureros de pega, los que limpian la escena del crimen después de que el escritor se de un festín negrocriminal, se les acumula el trabajo. 525 páginas y 44 cadáveres desperdigados en calles y cafeterías de Madrid y Valladolid; en sucursales bancarias de Jaén y ferrocarriles en tránsito entre Sevilla y Madrid.
44 cadáveres y, subraya Pérez Gellida, ningún finado anónimo. Alguno, es más, especialmente doloroso para los lectores de la serie. “Te podría recitar los nombres de todos”, reta el autor, embarcado en su ‘thriller’ “más cruento” después de ganar el premio Nadal de 2024 con ‘Bajo tierra seca’, primera entrega de una historia, la de la letal Antonia Monterroso y su compinche Sebastián Costa, que llega aquí a su encarnizado final. “Malas tierras” a la vallisoletana y Bonnie & Clyde campando a sus anchas por la meseta.
"Mientras trabajaba, me daba la sensación de que el teclado olía un poco a óxido, y eso era por la sangre”, suelta de pronto Pérez Gellida, gorra calada y la biblioteca del Círculo de Recreo de Valladolid como púlpito y confesionario. Atrás queda, asegura, la supuesta prevención con la que acometió la escritura de ‘Bajo tierra seca’, western febril que, a pesar de todo, no se quedaba precisamente corto en cuanto a violencia y brutalidad. “Ya tenía previsto presentarlo al Premio Nadal, y a lo mejor, de forma inconsciente, escribí con el freno de mano puesto por si acaso me encontraba con algún jurado que rechaza este tipo de cosas”, explica. “Ahora no tenía ninguna atadura, quizá por eso me ha salido tan divertida”, añade.

César Pérez Gellida posa junto a un actor que intepreta a Sebastián Costa durante la presentación de 'Nada bueno germina' / Pablo James
Pareja a la fuga
Con ‘Nada bueno germina’, Pérez Gellida cambia la asfixia rural por el thriller a la carrera para seguir el accidentado rastro de Antonia Monterroso y Sebastián Costa, la pareja más buscada en una España atenazada por el hambre y la violencia. Los (no tan) felices años 20 a la vuelta de la esquina y una pandemia complicando aún más las cosas. “Es una época que en nuestra historiografía está un poco tapada ya que, con la pérdida de las colonias de ultramar, se entra en una fase de vergüenza y caímos en una depresión económica y en una gran grieta social de dos Españas enfrentadas. Además, se produce la mal llamada gripe española, que genera mucha hostilidad, y yo necesitaba una atmósfera muy hostil que justificase de algún modo el comportamiento de los personajes”, resume el novelista.
Ya tenía previsto presentar 'Bajo tierra seca' al Premio Nadal, y a lo mejor, de forma inconsciente, escribí con el freno de mano puesto por si acaso me encontraba con algún jurado que rechaza este tipo de cosas”
De esa tensión se alimentan Costa, veterano de guerra con pocos escrúpulos, y Monterroso, mujer fatal inspirada en la asesina en serie noruega Belle Gunness. Un dúo letal al que intentan dar caza el teniente de la Guardia Civil Martín Gallardo, viejo conocido de 'Bajo tierra seca', y el comisario jefe Ramón Fernández-Luna, personaje real al que se llegó a conocer como 'el Sherlock Holmes español' (entre otros hitos, fue el responsable de la detención de Fantomas) y que Pérez Gellida convierte en memorable investigador de ficción. "Me gustaba que hubiera muchos vacíos en su historia vital", asegura.
De carne y hueso
Junto a Fernández-Luna, otros dos secundarios de carne y hueso -la aviadora y agente doble Marthe Richard y el conserje del Grand Hôtel de París, el turbio Constantine-, acortan distancias entre realidad y ficción y arropan el trabajo documental de una novela en la que, asegura el escritor, lo importante es que todo el trabajo previo quede entre bambalinas. “Los autores a veces cometemos el riesgo de hacer alarde de la fase de documentación. Una vez que la tienes hecha, has de dosificar esa información. Y yo lo hago a través de los detalles. Te podría dar las características técnicas de la locomotora Mastodonte, pero prefiero explicarte cómo sonaba”, dice.

César Pérez Gellida, en una imagen promocional / Pablo James
Conocido por sus nada convencionales hábitos novelescos y por necesitar un secador de pelo encendido permanentemente para concentrarse mientras trabaja, Pérez Gellida defiende la escritura casi a ciegas -“una escena me lleva a otra y los personajes, que viven conmigo, me susurran cosas”, cuenta- y cree firmemente en que los escritores tienen la obligación de “incomodar” al lector. Se entienden así los muertos, la sangre y los personajes de moral más que cuestionable con los que invita a empatizar. “Es una manera de ver sus motivaciones desde dentro”, asegura. Y de ahí, avanza, no se mueve. "Yo quiero seguir matando todo lo que me permita la ley”, asegura un autor que, puestos a estirar el símil, reconoce que se liquida mejor cerca de casa. “Los depredadores, por ejemplo, no salen de su zona de caza porque conocen bien el terreno. En mi caso, venir aquí no ha sido casual. ¿Cómo voy a recorrer España y no terminar en Valladolid?”, ilustra.
En Pucela, además, se desarrolla también la adaptación televisiva de ‘Memento mori’, de la que Amazon Prime Video acaba de estrenar la segunda temporada y que podría allanar el camino a un posible trasvase audiovisual del díptico 'Bajo tierra seca' y 'Nada bueno germina'. Las conversaciones, avanza el novelista, van por buen camino, aunque la pregunta sobre posibles candidatos para interpretar a Antonia Monterroso y Sebastián Costa deja una revelación sorprendente. "Soy malísimo en el casting. Fíjate que ojo tengo que al único actor que yo impugné en 'Memento Mori' fue a Yon González", desvela, refieriéndose al actor que protagoniza la serie.
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