DISCO DE LA SEMANA

Arcade Fire, auto-flagelación y espasmos de vitalidad en 'Pink elephant'

El grupo canadiense introduce atmósferas sombrías y cavilaciones expiatorias en un álbum marcado por cierta dispersión estilística, con producción de Daniel Lanois

Los nuevos elepés de Mark Pritchard & Thom Yorke, Mei Semones y Men I Trust, también reseñados

Arcade Fire, en una imagen promocional de su nuevo disco, 'Pink elephant'.

Arcade Fire, en una imagen promocional de su nuevo disco, 'Pink elephant'. / Danny Clinch

Patricio Ortiz

Barcelona
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Arcade Fire

‘Pink elephant’

Arcade Fire Music-Sony Music

Pop

★★★

La naturaleza sónica arrolladora que Arcade Fire estableció en sus discos clásicos (los tres primeros, 2004-10) fue revisitada en su última obra, ‘WE’, con ese triunfante ‘nosotros’ en mayúsculas, como si nos lo estuvieran gritando, y ahora se muestra en suspenso en ‘Pink elephant’. Un álbum más titubeante y tocado por atmósferas enrarecidas, en las que juega un papel su estrenado productor, Daniel Lanois, que aplica aquí algunos de sus ‘soundscapes’ reconocidos en su labor con U2. 

El título se refiere a ese efecto, al parecer, contemplado por la psicología según el cual, si te piden que no pienses en un elefante rosa, automáticamente esa imagen penetrará en tu cabeza. La supuesta moraleja es que tratar de evitar ideas que no te apetecen tenderá a empeorar tu estado mental, y que conviene afrontar las situaciones. Arcade Fire fue noticia hace casi tres años por las acusaciones de acoso sexual vertidas a Win Butler (colíder junto a su esposa, Régine Chassagne), con vetos radiofónicos y sombras de cancelación, y ahora es fácil buscar claves en distintos puntos del álbum, como en la canción titular: “La sensación de que mi vida por fin había encontrado un sentido / No pienso en ti / Bueno, ¿qué puedo hacer? / Ahora todo es irrelevante / No pienses en el elefante rosa, no”, canta Butler con voz lastimera y sobre una cadencia decaída. 

Volver a casa

La pieza emerge de la penumbra sugerida por ‘Open your heart or die trying’, la instrumental de arranque (hay otras dos), y conduce a ‘Year of the snake’, canción sobre transformaciones positivas, notable en su envolvente ciclo melódico (y con esa telaraña de guitarras muy The Edge). El temario va a más con ‘Circle of trust’, aunque los cambios de registro estilístico sean bruscos: aquí estamos ante una sonámbula trama synth-disco, con el luminoso eco vocal de Chassagne y un texto que invoca un “círculo de confianza”, habla de “volver a casa” y promete entrega eterna: “Escribiré tu nombre en fuego en el cielo por tu amor”. 

El álbum se sostiene a la hora de la cavilación minimalista de ‘Ride or die’ y de la nueva invitación a la pista de baile en ‘I love her shadow’, si bien el toque industrial de ‘Alien nation’ suena forzado. Los pasajes instrumentales deslizan el atmosférico sello de Lanois, y el último de ellos, ‘She cries diamond rain’, hincha un tramo final que cierra ‘Stuck in my head’, tema de duración exagerada, más de siete minutos, que busca un clímax emocional y se queda en un aspaviento histérico. Instalado en la expiación, Butler se presenta “atascado” en sus reflexiones y dice dormir en el suelo “para estar cerca de Dios”. Culminación que nos habla de un grupo en un estado catatónico, perdido en algún lugar entre el auto-fustigamiento y aquel abrazo curativo al mundo que siempre estuvo dispuesto a ofrecer.

OTROS DISCOS DE LA SEMANA

Mark Pritchard & Thom Yorke

‘Tall Tales’

Electrónica

Warp

★★★★

El músico electrónico y el cantante de Radiohead y The Smile consuman sus largas complicidades en un cancionero que juega con el roce de la humanidad y la máquina, con un aplicado factor melódico en clínica alianza con sonidos digitales, planos fantasmales, el aliento del robot. Piezas que generan intriga con su aura entre distópica y acogedora, en la que Yorke combina el falsete, el susurro y el sermón, toque humano en esta enredadera de inquietantes ‘cuentos fantásticos’. Jordi Bianciotto

'Animaru'

Mei Semones

(Bayonet Records)

pop

★★★

Norteamericana de raíces japonesas, la jovencísima Mei Semones se estrena con un disco que es como darle a un carrusel de fotos de Instagram. 'Animaru', como sonaría “animals” pronunciado a la japonesa, es reconfortante y amable pero está lleno de pequeños giros que buscan mantener la atención. Y lo consiguen. 'Animaru' es pop de dormitorio, delicado y “cute”, que en el estribillo se encabrita hasta el indie rock de radiofórmula. Es bossa nova de segunda mano con ramalazos de jazz. Es canción de guitarra acústica, tazón de café caliente en la mano y mirada perdida que de repente se hace pop orquestal. Intuición melódica, gracia y una caligrafía muy chula. Roger Roca

'Equus Caballus'

Men I Trust

Autoeditado

Bedroom pop / Sophisti-pop

★★★★

El tono lúgubre y pesado del primer disco de la bilogía (Equus Asinus) queda atrás en un Equus Caballus que, sin abandonar la melancolía, ofrece un sonido ligero y juguetón. A base de ajuste fino y destilación de cada tono de guitarra, bajo y sintetizador, siempre capitaneados por la ensoñadora voz de Emmanuele Proulx, los canadienses recuperan definitivamente su propio canon del pop de dormitorio y lo mejoran. Lo hacen armándose con algunos de los mejores temas de su trayectoria, como Billie Toppy o Husk. Sin embargo, lejos queda la imprevisible aventura por territorio folk de su predecesor hace escasos meses, lo que nos hace dudar de si la coherencia estética de ambos álbumes está justificada. A pesar de vivir en la era 'playlist', la solemnidad del álbum no debería ser algo negociable. Menos aún cuando su contenido es tan bueno. O tal vez esto es simplemente cuestión de que aún no han decidido qué rumbo tomar. Patricio Ortiz