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Jorge Molist reivindica la huella española en la independencia de Estados Unidos: “Los españoles no nos hemos vendido bien”

Su nueva novela, 'El español', recupera la figura de Jaume Ferragut que fue el único español que luchó junto a los rebeldes norteamericanos contra la ocupación británica

El escritor Jorge Molist, en Cádiz.

El escritor Jorge Molist, en Cádiz. / Penguin Random House

Elena Hevia

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Cádiz
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Este país llamado España, con todas sus particularidades, debería "enorgullecerse" más de su historia, especialmente porque todavía son muy desconocidos algunos de sus episodios más interesantes. Eso sostiene Jorge Molist (Barcelona, 1951), plusmarquista de la novela histórica más exitosa, recién embarcado en el grupo Penguin Random House procedente de la gran nave Planeta, donde llegó a vender más de un millón de libros. Lo dice frente a la bahía de Cádiz, a donde le han llevado los vientos de la promoción de su novela marinera ‘El español’ (Grijalbo), un libro que es a la vez una travesía aventurera desde aguas turcas pasando por Menorca, Barcelona, Cádiz, La Habana y la asediada ciudad de Charleston gracias a su protagonista, el menorquín Jaume o Jaime Ferrer. El trasfondo es el siglo XVIII, cuando el imperio español alcanzó su máxima extensión territorial de la historia, con enclaves tan poco conocidos como Nutka, en Alaska, donde se instalaron por entonces tropas españolas. Tras ese canto del cisne, luego ya todo sería ir menguando.

‘El español’ -un título que no le recomendaron porque “provoca rechazo en unos y en otros, una adhesión fanática y acrítica”- tiene todo lo que necesita una novela de aventuras que se precie: un joven valiente, e incluso temerario; una venganza que cumplir; un amor complicado que no puede llegar a buen puerto. Sin olvidar giros de guion narrativo que nos llevan desde la isla de Menorca, ocupada entonces por los ingleses, hasta la guerra de Independencia de Estados Unidos. Para Molist, que estudió ingeniería industrial, trabajó en los más variopintos empleos -desde aprendiz de impresor hasta extra de cine- y llegó a tener un cargo destacado en una corporación estadounidense, donde era conocido como ‘El español’-, era ese y no otro el título que debía llevar su novela.

Pujanza hispana

Se queja el escritor en Cádiz del desconocimiento por parte de España y del histórico poco aprecio que los norteamericanos dedican al legado hispano en Estados Unidos, incluso antes de que Trump le declarase la guerra al castellano. “El empuje de lo hispano es tan poderoso que no va a poder acallarlo”, asegura.

George Farragut, en un retrato de William Swain.

George Farragut, en un retrato de William Swain. / Museo Smithsonian.

Después de vivir en Cincinnati, Molist pasó un tiempo en California, donde fue testigo directo de la impronta que los españoles dejaron en el país. Inspirado por ello ha tomado como modelo de su héroe a un personaje real: Jordi Ferragut (Ciutadella, 1755 – Pascacagoula, Estados Unidos, 1817), que luego pasó a ser Jorge y acabó siendo conocido como George Farragut, el único español que luchó en la guerra de la independencia bajo bandera norteamericana y padre del primer almirante de la armada estadounidense, David Farragut, nombrado por Abraham Lincoln tras destacarse en la guerra de Secesión. “La fama del hijo, al que Estados Unidos ha dedicado calles, edificios e incluso un pueblo con su nombre, ha oscurecido el recuerdo del padre y creo que mi novela le rinde un merecido homenaje porque su vida da para varias novelas”.

Como muestra, aunque algunas fuentes nombran a George Farragut como el salvador de George Washington en la batalla de Cowpens, lo cierto es que el padre fundador no estuvo en esa batalla, y sí su primo, William Washington, que fue el verdadero beneficiario; también luchó en su adolescencia contra los turcos en la batalla de Chesme, y fue enlace entre el rey de España, Carlos III, y los revolucionarios estadounidenses a los que proveyó de armas. "Un dato que parece haberse esfumado de muchos libros de historia". Y añade: “Los españoles no nos hemos vendido bien”.

¿Una segunda parte?

El aire habanero de las calles gaditanas lleva al autor a reflexionar sobre las diferencias entre el modelo de esclavismo español establecido en Cuba -una de las localizaciones más importantes de la novela- y el que se cultivó en Estados Unidos. “A finales del siglo XVIII, muchos blancos se quejaban en Cuba de la competencia que les hacían los negros y mestizos que habían logrado una libertad, que era relativamente fácil de alcanzar en aquellas tierras y no tanto en otros imperios”.

Las aventuras de Jaime Ferrer, fiel al rey Carlos III pero partidario a su vez de un parlamentarismo que tardaría mucho a llegar a España, podrían no acabarse con ‘El español’. “A mí lo que me interesa -asegura Molist- es reivindicar la participación de España en tierras norteamericanas y el resto la vida de Jorge Ferragut (Jaime Ferrer en la ficción) en tierras americanas deja al poder español fuera de la historia. Estoy tratando de armar una continuación con aquellos españoles que se dejaron seducir por el ideario de la revolución americana, pero todavía le estoy dando muchas vueltas”.