Exposición

El duende de Lorca y el “poder utópico” de las imágenes se apoderan del CCCB

'En l'aire conmugut', comisariada por el filósofo Georges Didi-Huberman, explora la capacidad transfomadora de las imágenes y las emociones a través de obras de Picasso, Colita, Dalí, Man Ray, Pasolini, Goya, Miró, Tàpies, Val del Omar y Giacometti, entre muchos otros

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Una  mujer contempla una obra de Yves Klein en la exposición del CCCB

Una mujer contempla una obra de Yves Klein en la exposición del CCCB / Macarena Pérez

David Morán

David Morán

Barcelona
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“I wonder why we listen to poets when nobody gives a fuck”, cantaban Wilco desde las cenizas humeantes de ‘Yankee Hotel Foxtrot. “¿Cuál es el rol de los poetas en tiempos de malestar?”, se pregunta ahora, un cuarto de siglo después, el filósofo y pensador Georges Didi-Huberman, comisario e ideólogo en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) de ‘En l’aire conmugut’, exposición que toma impulso en los versos de ‘Romance de la luna, luna’, de Federico García Lorca, para explorar y celebrar el “poder utópico” de las imágenes y las emociones. 

Sueños de poetas e historias quizá no de amor pero sí de casi todo lo demás cortesía de una deslumbrante nómina de creadores en la que destacan Picasso, Colita, Dalí, Man Ray, Pasolini, Goya, Miró, Tàpies, Val del Omar y Giacometti, por citar unos pocos.   

Barcelona, 7 de mayo de 2025. Exposición de Didi-Huberman ‘En l’aire conmovido: Imagen, emoción, utopía' en el CCCB

Georges Didi-Huberman, fotografiado este miércoles en el CCCB / Macarena Pérez

“Producir imágenes no tiene nada que ver con la ilustración. Las imágenes siempre están en relación con la memoria y el deseo”, defiende Didi-Huberman, para quien, en tiempos de zozobra, en épocas de agitación y congoja, artistas y poetas pasan por ser la primera línea de defensa. “Un poeta no es la cereza sobre el pastel de la filosofía. Con Lorca, la poesía es el núcleo duro del pensamiento”, reflexiona el francés.

Tanto es así que ‘En l’aire conmugut’ avanza siguiendo los versos del granadino y enredándose en su concepción del duende, “contratradición no académica de la emoción estética subyacente en la cultura europea desde Diderot y Schiller hasta Nietzsche, Freud o Bataille”, para acabar reivindicando el poder transformador de las imágenes.

Ahí están, para confirmarlos, el blanco y negro rutilante de Cartier-Bresson, el desencaje bélico de Juli González y las ciudades en llamas de Toshiko Kihara. Las antropometrías de Yves Klein y los collages de Duchamp y Bertolt Brecht.  

Barcelona, 7 de mayo de 2025. Exposición de Didi-Huberman ‘En l’aire conmovido: Imagen, emoción, utopía' en el CCCB.

Manuscrito de Federico García Lorca de la conferencia ‘Juego y teoría del duende' / Macarena Pérez

Camarón en bucle

A la hora de aterrizar semejante corpus teórico, todo es mucho más fácil de lo que pueda parecer: a la exposición se entra con Camarón de la Isla y la ‘Nana del caballo grande’ de Lorca sonando en bucle y se sale, 300 piezas y un buen rato después, flotando en ese aire conmovido y saturado de estímulos visuales de altura. “Estamos en una época de imágenes comerciales y bélicas, pero la obstinación de Lorca, Goya, Picasso y Pasolini contradice esta situación binaria de anuncios e imágenes de guerra”, sostiene Didi-Huberman. 

Para el autor de ‘Cuando las imágenes toman posición’, esta muestra coproducida por el CCCB y el Reina Sofía madrileño y con ramificiones en la Filmoteca de Catalunya, donde la exposición 'En el taller del filósofo' expande un poco más su legado, se podría resumir como un ensayo poético “sobre la supervivencia del juego y la alegría”. Un asomarse a la “ética de la emoción” que se acaba convirtiendo en un viaje circular con principio y final en la infancia que atraviesa nociones como el pensamiento; el rostro en tanto que pasaporte de la identidad; la gestualidad; el sitio como “movimiento y conmoción”; y las luchas y los lutos como diferentes caras de la misma moneda política.

“¿Para qué poetas en tiempos de penuria?”, insiste desde del pasado Hölderlin mientras Didi-Huberman conecta en el presente los ‘Desastres de la guerra’ de Goya y la máscara mortuaria de Nietzsche, los estudios de cabezas gritando y llorando de Picasso y el inquietante inventario de ojos de Charles Le Brun que sirivió para ilustrar la portada de 'El odio', con fragmentos de ‘El caballo de Turín’, de Bela Tarr, y ‘La rabbia’, de Pasolini.

Barcelona, 7 de mayo de 2025. Exposición de Didi-Huberman ‘En l’aire conmovido: Imagen, emoción, utopía' en el CCCB

Una visitante contempla una obra de Picasso en el CCCB / Macarena Pérez / EPC

Con Lorca como guía y protagonista de excepción -destacan en las paredes de las salas dibujos en tinta china realizados por el poeta y los manuscritos de ‘Romance de la luna, luna’ y de la conferencia ‘Juego y teoría del duende’-, ‘En l’aire conmugut’ entrelaza la fotografía callejera de Joan Colom y las escenas eróticas de Dalí. La Carmen Amaya de Colita y las composiciones espaciales de Lucio Fontana. Los paisajes en miniatura de Víctor Hugo y los imponentes dípticos de Antoni Tàpies.

Al final, para cerrar el círculo, los dibujos de niños sirios refugiados en campos de Turquía y de un infante barcelonés durante la Guerra Civil recogen el guante lanzado en la primera sala, cuando las fotografías de exiliados de Robert Capa y los fotogramas de 'Alemania, año cero', de Roberto Rossellini, sugieren que incluso bajo las bombas los niños son capaces de soñar la utopía. Y quien dice soñar, claro, dice también imaginar.