Crítica de serie
'Las cuatro estaciones', lo nuevo de Tina Fey en Netflix: las cosas del querer (y el hacerse mayor)
La reina de la comedia estadounidense moderna protagoniza junto a Steve Carell esta historia agridulce inspirada en una película de Alan Alda de 1981
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Tina Fey y Steve Carell en una imagen de 'Las cuatro estaciones' / Netflix


Juan Manuel Freire
Juan Manuel FreirePeriodista
Periodista y crítico cultural.
'Las cuatro estaciones'
Creadoras: Tina Fey, Lang Fisher, Tracey Wigfield
Dirección: Shari Springer Bergman y Robert Pulcini, Oz Rodriguez
Reparto: Tina Fey, Steve Carell, Colman Domingo, Marco Calvani
País: Estados Unidos
Duración: 30 min. aprox. (8 episodios)
Año: 2025
Género: Comedia
Estreno: 1 de mayo de 2025 (Netflix)
★★★
En su primera serie desde 'Mr. Mayor', la gran cómica, actriz y guionista Tina Fey, a la que debemos desde el guion de 'Chicas malas' a la histórica 'Rockefeller Plaza', juega bastante sobre seguro. De entrada, toma como referencia una película del infalible Alan Alda de 1981: aquella historia agridulce sobre tres matrimonios de mediana edad (Alda hacía pareja con Carol Burnett) que, cada tres meses, gente con suerte, se van juntos de vacaciones a lugares diversos, al menos hasta que una noticia bomba sacude su modo de vida.
En la versión que Fey ha creado con Lang Fisher y Tracey Wigfield, ambas guionistas con 'Rockefeller Plaza' en su currículo, cambian algunos oficios y una relación hombre-mujer se convierte en pareja gay. Pero la misión es la misma: tratar de explorar con humor las dinámicas de la amistad y el matrimonio en la mediana edad, cuando es demasiado fácil dar por hecho lo muy valioso, cuando el prospecto de (volver a) encontrar el amor parece una montaña difícil de escalar.
La antigua Liz Lemon tampoco arriesga demasiado con el reparto. Su Kate tiene como marido a un profesor, el atribulado e hipocondríaco Jack, interpretado por Will Forte, con quien trabajó en 'Saturday night live' en los dosmiles. Cómico capaz de grandes honduras dramáticas, como demostró en 'Nebraska', de Alexander Payne. En otra de las parejas, la mitad masculina está interpretada por Steve Carell, otro viejo conocido suyo; su partenaire en la exitosa película 'Noche loca', por ejemplo. Carell es Nick, "rey de los fondos de cobertura" según sus amigos, (aparentemente) feliz marido de la más recatada Anne (Kerri Kenney, que coincidió con Alda en 'Sácame del paraíso'). En la pareja restante, ambas mitades son masculinas: Danny (Colman Domingo) y su exuberante novio italiano Claude (el más conocido como autor y director teatral Marco Calvani).
En primavera, las tres parejas se reúnen en la casa del lago de Nick y Anne para festejar las bodas de plata de estos últimos, pero nada es exactamente lo que parece. Como confiesa a Danny y Jack, Nick quiere dejar a su esposa y así no tener que seguir viendo cómo se pasa el día con ese videojuego de granja en el iPad. "Somos como compañeros de trabajo en una central nuclear", dice. "Nos pasamos la noche controlando pantallas distintas". Su nido ya está vacío y la casa ya está pagada; es el momento. No pasará mucho tiempo sin que, como en un efecto dominó, las otras dos parejas empiecen a tambalearse y a cuestionar su propia felicidad.
Casi como una 'The White Lotus' más amable y relajada, la serie es una buena muestra del subgénero 'vacaciones que salen mal', a veces con golpes de comedia física que pueden hacer pensar en los momentos más genialmente gruesos de la Nueva Comedia Americana. ¿Es pronto para una reivindicación de 'Matrimonio compulsivo'? El humor cohabita con una emoción sincera que ataca cuando menos te lo esperas, pero que los guionistas suelen rebajar con ligereza antes de hundir al espectador en la tristeza. En contraste con máquinas de bromas absurdas como 'Rockefeller Plaza' y 'Unbreakable Kimmy Schmidt', es una serie de relaciones bastante realista, pero que nunca coquetea seriamente con lo que hemos venido a llamar 'sadcom', o 'comedia triste', tendencia dominante en los últimos años.
Se tiene todo el tiempo la sensación de estar viendo a verdaderos viejos amigos compartir unas jornadas juntos, seguir cultivando su química. La sorpresa, la revelación, es un Colman Domingo en un papel más distendido de lo habitual en él. Sabe lanzar cada línea de diálogo del modo más certero y mirar cara a cara a cómicos curtidos en mil batallas. Lo mismo puede decirse también de la poco conocida Erika Henningsen, sorprendente en un rol que ayuda a tirar por tierra los tópicos asociados a las relaciones intergeneracionales.
Dirigen los dos primeros episodios Shari Springer Berman y Robert Pulcini, revelados con la también divertida y (aún más) dolorosa película 'American splendor', tragicómica historia real del guionista de tebeos underground Harvey Pekar, colega de Robert Crumb. Otro episodio corre a cargo de Jeff Richmond, el propio marido de Fey desde 2001: todo queda en casa, todo queda (muy apropiadamente) en el matrimonio.
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