Fenómeno en la clásica

La 'Nadinemanía', cómo Nadine Sierra ha conquistado al mundo de la ópera: "Deja al público, casi literalmente, sin respiración. Es una artista colosal"

El talento, la capacidad de comunicación y la honestidad escénica de la soprano Nadine Sierra, coronada reina del Liceu por sus últimas actuaciones, la ubican el en top 5

La soprano Nadine Sierra, en el Liceu antes de una entrevista con EL PERIÓDICO el pasado 27 de enero.

La soprano Nadine Sierra, en el Liceu antes de una entrevista con EL PERIÓDICO el pasado 27 de enero. / Manu Mitru

Pablo Meléndez-Haddad

Pablo Meléndez-Haddad

Barcelona
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Para que una cantante de ópera ascienda a la categoría de diva necesita tener una voz excepcional, unas capacidades técnicas y expresivas descomunales, virtuosismo a raudales, credibilidad escénica y ganas de darlo todo en cada actuación. Todo ello lo tiene la soprano estadounidense Nadine Sierra, en pleno idilio con el público barcelonés tras su impresionante ‘Traviata’ de comienzos de año, de su inolvidable concierto en solitario en abril y de las funciones de ‘La Sonnambula’ que está en cartelera hasta el 9 de mayo en el coliseo lírico catalán.

Nadine Sierra, esta noche en el Liceu

La soprano estadounidense Nadine Sierra, el pasado 6 de abril en el Liceu. / SERGI PANIZO

Convertida ya en una de las mejores cantantes del mundo de su cuerda, entre muchos otros compromisos, en junio y julio volverá a ser Violetta Valéry en el Teatro Real de Madrid, donde estrenó esta ‘Sonnambula’. “No tiene nada de sorprendente la consagración de Nadine Sierra tanto en el Liceu como en todos los grandes escenarios del mundo”, asegura Joan Matabosch, director artístico del coliseo madrileño. “Desde el primer momento transmite sensación de seguridad, de control, de técnica superlativa, de un registro vocal prodigioso, de belleza tímbrica, de refinamiento musical, de control del ‘fiato’ en las largas líneas melódicas bellinianas, de ‘coloratura’ infalible, de agudo insolente, de centro carnoso y ancho, de capacidad comunicativa y de empatía con el público, al que deja muchas veces –casi literalmente– sin respiración. Es, en definitiva, una artista extraordinaria, colosal. Triunfó por todo lo alto en el Teatro Real con ‘La Sonnambula’ en 2022 y ha vuelto a triunfar en el Liceu, como no puede ser de otro modo”.

El tenor Michael Fabiano, la soprano Nadine Sierra y el director musical Marc Minkowski, en el vestíbulo del Gran Teatre del Liceu.

El tenor Michael Fabiano, la soprano Nadine Sierra y el director musical Marc Minkowski, en el vestíbulo del Gran Teatre del Liceu. / Ricard Cugat

Nacida en Fort Lauderdale, Florida, en mayo cumple 37 años y ya lleva tres lustros de trayectoria, con varios certámenes de canto ganados y una formación sólida en diferentes entidades, incluyendo la Palm Beach Opera. Se enamoró del género lírico con solo 10 años al ver por primera vez en un vídeo ‘La Bohème’ grabada en el Met de Nueva York con Teresa Stratas, Renata Scotto y Josep Carreras. Desde ese momento quiso ser cantante lírica, pero también brindar credibilidad a sus personajes.

Su ‘coach’ y profesor, el pianista y director de orquesta estadounidense Kamal Khan, trabaja con ella desde que la conoció con solo 13 años. “Se presentó con su madre en mi apartamento en Nueva York y me cantó ‘O mio babbino caro’, y la calidad del sonido era evidente ya entonces, con solo 13 años. Aquel ‘legato’ magnífico que tiene hoy [poder unir frases con una misma respiración] no lo tenía controlado, pero en cuanto empezamos a vocalizar lo entendió de manera automática e intuitiva. En las primeras cuatro clases comprendió cómo la respiración y el cuerpo sostienen ese imprescindible ‘canto legato’”. Desde Sudáfrica, donde el maestro está dirigiendo la ópera ‘Aida’, recuerda el trabajo realizado para consolidar ese brillante en bruto que representaba la voz de Nadine: “Trabajamos muchísimo, especialmente en cómo crear el ‘chiaroscuro’ adecuado en ese timbre cálido y latino de su voz. Preservar esa característica siempre fue una prioridad”.

Barcelona 27/01/2025 Barcelona. Nadine Sierra, soprano. Está triunfando en el Liceu con 'La traviata'. AUTOR: MANU MITRU

La soprano Nadine Sierra, en el Liceu en enero de este año. / Manu Mitru

Y añade: “Desde el principio noté que su control del aire era larguísimo, pero la agilidad no le era tan natural. En todo caso, Nadine es persistente y lo logró trabajando horas y horas aun estando en la secundaria y en la universidad; usaba un aria de Cleopatra de Händel que cantó durante semanas enteras para perfeccionar la coloratura. Cuando lo consiguió muchas cosas se aclararon, como la subida hacia los agudos”.

Debut como Gilda en 2012

Tras foguearse en concursos y en compañías de jóvenes intérpretes interpretando obras como la ópera de Xavier Montsalvatge ‘El gato con botas’ en Nueva York, debutó como Gilda de ‘Rigoletto’ en la Florida Grand Opera en 2012, papel con el que se presentó en Europa, en el Teatro San Carlo de Nápoles, y que también ha interpretado en La Scala de Milán, un rol, asegura Kamal Khan, “que abordamos desde la perspectiva de una lírica joven y generosa, no como un rol de coloratura”. “La facilidad en los agudos siempre la tuvo, pero es esa capacidad de autoevaluación que posee Nadine, de reconocer cuando se desvía el camino y de volver a su centro, es lo que la hace tan especial en el mundo de la ópera”. Los éxitos se han ido sucediendo con títulos como ‘Lucia di Lammermoor’, ‘Le nozze di Figaro’, ‘Falstaff’, ‘Don Pasquale’ o esta ‘Sonnambula’ que hoy embruja a los liceístas.

Nadine Sierra, esta noche en el Liceu

La soprano Nadine Sierra, en el Liceu en enero de este año. / Manu Mitru

Su compañero de reparto en el teatro de La Rambla, el tenor vasco Xabier Anduaga –una estrella tan brillante como la soprano–, afirma que “es un gusto trabajar con una persona como ella, que siendo una artista espectacular –yo creo que estamos hablando de la mejor del mundo– se comporta con todos de una manera franca, siendo en esto también la mejor del mundo. Es sencilla, divertida, cariñosa y se lleva genial con todos sus compañeros”. 

Anduaga estrenó con Sierra en Madrid esta ‘Sonnambula’ liceísta. “Nos conocemos desde hace años, somos muy amigos y nos queremos un montón”, asegura. “Todo empezó en el escenario, porque nos conocimos cantando, y la complicidad entre nosotros a nivel personal y musical nació en seguida; fue en un concierto y al hacer las cadencias todo fue rodado. La cosa ha ido progresando hasta el punto de que ahora nos miramos y ya respiramos juntos, así de claro. Creo que a nivel musical tenemos el mismo concepto de cómo cantar, dónde llevar la voz, dónde llevar el fraseo, y esto ayuda mucho. En el ensayo de ‘Sonnambula’ en el Liceu habíamos previsto unas respiraciones determinadas y, en el mismo momento, las cambiamos en el mismo sitio, sin decirnos nada. Al hablar de Nadine, y no me pasa solo a mí, todo son halagos, porque ella genera un ambiente de mucho buen rollo en los ensayos y en las funciones. En ‘La Sonnambula’, antes de salir a cantar mi aria, me cruzo con ella en bambalinas y siempre me da un abrazo que me brinda una energía alucinante”.

Habrá que esperar hasta julio para volver a escuchar en otro papel a Nadine Sierra en Barcelona (2, 5, 8 y 9 de mayo seguirá representado ‘La Sonnambula’). Regresará al Liceu para despedir la temporada interpretando ‘West Side Story’ bajo la dirección de Gustavo Dudamel.

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