Entrevista |

Ricardo Darín, héroe de 'El Eternauta' en Netflix: "Es difícil actuar dentro de la ciencia ficción"

El legendario actor argentino protagoniza la adaptación de la historieta de Héctor Germán Oesterheld y el dibujante Francisco Solano López, una aventura de invasión alienígena que ha dado pie a toda clase de lecturas políticas a lo largo de casi siete décadas

Charlotte Ritchie, la esposa del querido asesino de 'You': "¿Cómo cierras la historia de un personaje que ha hecho tanto daño y que, a la vez, ha hecho disfrutar a tanta gente?"

Un día en el rodaje de 'Ravalear' (Max), la serie de Rodríguez y Lacuesta sobre familia, cocina y los dilemas de la Barcelona actual: "Es necesario que la ciudad se transforme, pero ¿a qué precio?"

Ricardo Darín como Juan Salvo en 'El Eternauta'

Ricardo Darín como Juan Salvo en 'El Eternauta' / Marcos Ludevid / Netflix ©2025 / Marcos Ludevid / Netflix ©2025

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿Cómo de familiarizado estaba con la historieta de los años 50 antes de meterse en este proyecto?

Muy poco. Sabía de su existencia. Fue tras involucrarme en el proyecto que empecé a profundizar y a conocer en detalle todo lo que esa obra supuso. Cuando era niño yo leía otra clase de historietas, cosas cómicas y divertidas en lugar de apocalípticas.

¿Qué ideas y posibles metáforas le atrajeron más de la obra? En los textos originales se podían entrever referencias a los golpes de Estado sufridos en Argentina o críticas al imperialismo.

Todos esos ángulos me interesaban. El trabajo de Oesterheld era político en el más amplio sentido del término. No era partidista; era político a un nivel global. 'El Eternauta' apareció poco a poco, con unas pocas viñetas sueltas, primero, y con otro tipo de frecuencia, más tarde. Y si empezó a salir con más frecuencia fue porque la gente abrazó la idea de 'El Eternauta'. 

¿La idea de que nadie se salva solo? Esta no es la hazaña de un héroe solitario, es decir, su personaje en la serie, Juan Salvo, ese hombre común enfrentado a una situación extraordinaria.

Sí, esa es la idea que caló hondo en la gente. Era una época en la que lo recibíamos, no solo en Argentina, sino también en España, eran esos cómics americanos en los que aparecían Superman, Batman y esos superhéroes individuales. En cambio, Oesterheld hablaba de cómo la sociedad, la comunidad, el grupo o el colectivo debía protegerse a sí mismo. 

¿Diría que Oesterheld se avanzó a su época en el tratamiento de los fenómenos climáticos extremos? Esa nevada mortífera con que empieza todo, aunque de procedencia alienígena, resulta fácil de leer como metáfora de lo que pasa ahora mismo en este planeta. 

Las mentes iluminadas están avanzadas a su propia época. Por algún motivo, es gente que está pensando más allá. Sus cabezas les permiten visualizar cosas que en su momento a lo mejor parecen descabelladas, pero que después el tiempo se encarga de demostrar que no eran ninguna exageración. Sucede lo mismo con otros muchos conceptos desparramados a lo largo de la historia. 

'El Eternauta' es un proyecto muy curioso; cuesta recordar otra película o serie que combine la argentinidad más pura con la ciencia ficción más aparatosa. 

A mí me parece que es insólita. Esa primera vertiente le permite dar un punto de verosimilitud que puede ser difícil de encontrar en este campo, en este territorio. Aquí se mezclan la sensibilidad argentina con la espectacularidad y la exageración, la fantasía llevada a su máxima expresión. Ese primer elemento hace que la serie sea accesible; nos parece bastante posible que ocurran las cosas que Oesterheld describe. 

Es la primera vez que se embarca en un proyecto de ciencia ficción. ¿Fue todo un salto al vacío o pudo apoyarse, aunque resulte sorprendente, en alguna composición anterior?

No me acerqué así al trabajo. Me acerqué a él como algo individual. Trabajé codo a codo con [el guionista y creador] Bruno Stagnaro y hablamos siempre de un hombre común, amigo de sus amigos, con ideas muy firmes… Pero haciendo un poco de trampa: hay algo de su pasado que no acaba de mostrar y que no sabemos qué es, algo traumático. Esto es un añadido a la versión escrita por Stagnaro con sus guionistas. Querían traer la historia a nuestros días y construir un pasado palpable para el personaje. Teníamos tanto material analizado que no hizo falta pensar en paralelismos con algún otro personaje que yo hubiera encarado antes. 

Hablamos de una producción ambiciosa, con un buen presupuesto y esmero en cada departamento. ¿Le abrumó por momentos estar en el centro de esta máquina?

No demasiado porque estuvo ahí dentro desde los comienzos [Darín aparece acreditado entre los 'colaboradores autorales'] y tuve oportunidad de tener conversaciones y discusiones respecto a tal o cual aspecto. Eso me fue permitiendo, digamos, ir interiorizando cómo iban a ser las cosas de forma paulatina. Dicho esto, nunca había trabajado con tecnología de este nivel. Hemos trabajado con pantallas que permiten al actor un gran nivel de inmersión. Ya no te hace falta esperar a que ese fondo aparezca después en posproducción. Y esa es una gran diferencia, porque no estás perdido, no estás solo, no estás abandonado.

Oesterheld hablaba de cómo la sociedad, la comunidad, el grupo o el colectivo debía protegerse a sí mismo

¿Cuáles fueron los mayores desafíos a un nivel, digamos, práctico, físico? 

Lo físico fue importante, pero es importante destacar que es difícil actuar dentro de la ciencia ficción. El peso específico de lo que ocurre en pantalla descansa más sobre cuestiones físicas, de traslados y de acción, que sobre contenido, pensamiento o sentimiento. Es difícil ecualizar lo que vemos con los que sienten los personajes, con lo que piensan. Nosotros hemos sabido aprovechar esos pequeños paréntesis en todo el desparrame de acción. Hablo de mis colegas. Las actrices y los actores han trabajado muy bien, han estado atentos, concentrados. Hay que intentar no distraerse porque puedes perder un poco el rumbo. 

Diría que este es su primer trabajo para una plataforma. No sé cómo se lleva con la idea del 'streaming'. 

Por un lado, me entristece enormemente la caída de la pantalla grande. Todos los productos de corte audiovisual están pensados para ella. El director de fotografía, el encargado de la música [aquí un gran Federico Jusid], el planteo y el diseño de lo que son los planos… Todo está pensado para ella. Eso a sabiendas de que quizá por cuestiones prácticas actuales, a lo mejor vamos a acabar viendo una serie en el móvil. Ahí se pierde mucho, se pierde calidad, se pierde definición. Pero, al mismo tiempo, gracias al interés y el impulso de las plataformas es posible hacer ahora mismo cosas como 'El Eternauta'. No sé cuántos años más habríamos estado esperando a hacer esto de no haber aparecido Netflix. De modo que debemos sopesar ambas cosas. Por otro lado, espero que las plataformas reflexionen y piensen en la importancia de que sus películas se vean en pantalla grande. Es como si olvidáramos de dónde viene la leche. No podemos olvidar que viene de la vaca… A pesar de que ahora haya leche de soja y de almendra. 

TEMAS