La OBC debuta a lo grande en el Festival de Pascua de Aix-en-Provence

Ludovic Morlot y la Orquesta Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) conquistaron al público en su primera incursión en el Festival de Pascua Aix-en-Provence. Renaud Capuçon, renombrado violinista y director francés que capitanea la muestra será el solista invitado en la próxima salida de la OBC extranjero este verano en Amsterdam, Conoce bien a la formación catalana con la que que ha trabajado a menudo. Actuó por última vez con ella el pasado mes de octubre en L'Auditori.

La OBC repitió el mismo programa que la noche anterior en Lyon y obtuvo el mismo éxito o más. "Magnifique!" y "superbe!" fueron algunos de los calificativos que se escucharon entre el público que prácticamente llenó la sala.

Pese a no haber tenido mucho tiempo para descansar, los músicos se entregaron en una interpretación que sonó muy diferente a la de Lyon. La acústica de la sala de Aix es muy seca y la disposición en un escenario con paredes de madera a la italiana permitió que el sonido llegara con una claridad enorme, del que se beneficiaron especialmente la obra del catalán Hèctor Parra y de George Gershwin. 'Cuadros de una exposición' de Mussorgski orquestada por Ravel, la pieza que despidió el programa, un Ravel muy diferente abrió la velada con 'Alborada del gracioso', una obra de sabor español, permitió apreciar hasta qué punto la acústica de una sala es clave. En comparación el Auditorium de Lyon, también ambas piezas sonaron muy diferentes que la noche anterior.

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El 'Concierto en fa para piano y orquesta' de Gershwin, trasladó al público al Nueva York de los años 20, una época efervescente que se palpa en una música llena de ritmos que integra la clásica con ritmos de jazz. Destila desde esencias de Debussy y Ravel al blues y también hay ecos de Broadway. Aunque no es tan popular como 'Rhapsody in blue' se trata de una ambiciosa obra sinfónica que Morlot disfrutó con la complicidad de sus músicos, muy concentrados y atentos a cualquier indicación del maestro.

El genial y atrevido pianista Lucas Debargue, un habitual del Festival de Pascua, también brilló como ya hiciera en Lyon. Su piano diseñado por Stephen Paulello, su luthier de cabecera, sonó de nuevo magnífico, con mayor claridad aunque en determinados momentos quedara tapado por el sonido de la orquesta cuando todo el conjunto tocaba al unísono.

La OBC seduce al exigente público de Lyon

Hèctor Parra, el compositor catalán residente en París de quien se interpretó su última obra 'Dos constel.lacions de Joan Miró' la introdujo con un breve discurso. Parra traslada a la música los diseños mironianos números 18 y 19 de una serie de 23 creaciones pictóricas que Miró inició en Francia después de que Hitler invadiera el país donde el se había exiliado después de Guerra Civil española. Las dos obras de Parra son breves pero muy exigentes para los intérpretes y condensan una enorme fuerza, poesía y potencia. El compositor traslada a la música ese grito de libertad lanzado por Miró ante el auge del fascismo. Ambas llegaron al público con contundencia, intensidad y con una nitidez que no se había podido percibir en Lyon.

Al acabar el concierto, tras los aplausos y los bises, muchos de los músicos tenían ganas de ver el Barça-Madrid. Lo primero que hicieron al salir del escenario fue conectar los móviles para seguir el partido. La emoción vivida en el concierto se trasladó al terreno de juego en el móvil, primero, antes de encontrar un local donde ver la primera conquista blaugrana de la temporada. Otro quipo barcelonés que, como la OBC, esta haciendo historia.