Sant Jordi

Salvador Illa y Javier Cercas homenajean al Papa para celebrar Sant Jordi: "Será difícil deshacer el camino que ha hecho en la Iglesia"

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Javier Cercas y Salvador Illa, durante el diálogo de Sant Jordi

Javier Cercas y Salvador Illa, durante el diálogo de Sant Jordi / EPC

David Morán

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La excusa era Sant Jordi, fiesta troncal que por primera vez se materializaba en forma de diálogos culturales y literarios en el Palau de la Generalitat, pero la muerte del papa Francisco ha acabado por alterar la naturaleza del acto y convertir la charla programada entre Salvador Illa y Javier Cercas en una suerte de homenaje póstumo al pontífice. Una glosa firmada a cuatro manos y dos voces por “un político católico practicante y a un escritor ateo, anticlerical y laicista militante”, como ha recordado la presentadora del acto, la escritora y columnista de El PERIÓDICO Emma Riverola, durante el estreno de este ágora por el que desfilarán también los autores Maite Carranza y Jordi Puntí, moderados por el periodista de EL PERIÓDICO, Jordi Bianciotto, y Alicia Kopf y Monika Zgustová, dirigidas por Anna Ballbona. 

En el Palau, el president de la Generalitat y el autor de 'El loco de Dios en el fin del mundo' han entrado rápido en materia. “Será difícil deshacer el camino que ha hecho en la Iglesia”, han coincidido en el arranque de una charla en la que incluso las metáforas se han vestido de etiqueta para brincar de San Pedro a La Rambla y de Bergoglio al Día del Libro y la Rosa. “Cada año se produce un pequeño milagro, ya que es esto es una fiesta realmente popular que la gente la ha hecho suya. Algo así no se puede organizar ni desde la Casa Blanca ni desde el Vaticano”, ha subrayado Cercas, habilidoso a la hora de conectar los dos temas en liza.

De fondo, cuestiones como los tres días de luto oficial declarados por el Govern que han afectado a los actos más lúdicos de Sant Jordi o el retorno de la misa al programa oficial. “El Govern es aconfesional, pero no tenemos que negar las raíces. Y desde el máximo respeto, hay unas raíces cristianas”, ha asegurado Illa a preguntas de Riverola. 

Sant Jordi, ha subrayado el president, es “una fiesta alegre, una invitación a la paz y la convivencia” que, en su opinión, sintoniza a la perfección con el mensaje dado y dejado por el papa Francisco. “Su legado es poner a los pobres en el centro de la Iglesia”, ha recordado Illa. “¿De quién se rodeó Jesucristo? -ha abundado Cercas-. De pobres, de putas, de desgraciados. Esto es el cristianismo y no lo que hemos visto nosotros, que es la asociación al poder y al clericalismo”. 

Elogio de la locura

Entrados en el terreno de las comparaciones, la diada también tiene algo de día de locos que entronca en cierto modo con ese “elogio de la folía” que es para Cercas su último libro. “Los misioneros son los locos de Dios. Hace falta estar locos para hacer lo que ellos hacen: abandonar su país, su familia y sus ambiciones e irse al quinto pino a arrimar el hombro. Sin esa radicalidad es imposible hacer nada”, ha dicho. 

El humanismo de Bergoglio ha dado pie a Illa a ofrecer su propio diagnóstico sobre unos tiempos de prisa y egoísmo (“uno de los males de nuestro tiempo es este carácter excesivamente individualista que tenemos”, ha dicho) y a Cercas a alertar sobre la deriva populista y autoritaria de ciertas formas de gobierno. “No estamos viviendo un retorno del fascismo, sino otra cosa que es más peligrosa, porque se disfraza de democracia y su principal instrumento es la mentira -ha diagnosticado el novelista-. Ahora mismo, el símbolo del nacionalpopulsimo son Trump y Putin, y no sabemos cómo acabará”. 

“Es verdad que en el mundo hay muchos problemas, pero Sant Jordi es alegría”, ha insistido Illa, devolviendo la conversación al terreno del gozo y la celebración. “Sant Jordi se ha de reivindicar en cualquier caso, vayan bien o vayan mal las cosas”, ha coincidido Cercas, maravillado una vez más ante lo que considera “una fiesta única”. “No existe nada parecido en el mundo. Antes decía que lo mejor de Cataluña era el pan con tomate y Sant Jordi, pero el pan con tomate ya lo hacen hasta en Madrid. Sant Jordi, en cambio, es irrepetible”. “Es una de las mejores tarjetas de presentación que tiene Cataluña”, ha celebrado Illa.