Cristina Rivera Garza defiende el poder transformador de la lectura en un pregón dedicado a los migrantes

Leer, defiende Cristina Rivera Garza, contribuye al pensamiento crítico. Nos adentra en la manera de vivir de “esos otros” a los que no conocemos pero con los que nos sentimos íntimamente conectados. “El que lee dialoga, confronta, debate, rechaza”, ha recitado la mexicana, Premio Pulitzer de 2024 por ‘El invencible verano de Liliana’, durante el Pregón de la Lectura que ha descorchado oficialmente en el Saló de Cent del Ayuntamiento los actos de celebración de Sant Jordi. 

Un pregón, ha dicho, consagrado a festejar “el libro y la relación sagrada que establecen los lectores con los autores a través del lenguaje”, y que la autora de ‘Terrestre’ ha querido dedicar a los migrantes. “Siendo yo misma una emigrante, es fácil identificarme con las luchas de este desplazamiento que llamamos migración”, ha subrayado la autora, que durante más de tres décadas vivió en Estados Unidos.

Al leer, subraya ahora la escritora, “estamos en muchos lados al mismo tiempo; el cuerpo derramado sobre el globo terráqueo buscando su propio lugar”. 

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Reivindicación de los trabajadores de las bibliotecas

Entre citas a Rebecca Solnitt, ‘Pedro Páramo’ y Cervantes; a su propia hermana Liliana, asesinada por su novio cuando tenía 20 años, y Virgina Woolf, la autora de ‘Nadie me verá llorar’ también se ha querido acordar de todos los latinoamericanos “que han hecho de Barcelona su hogar”. Los mismos que, ha dicho, la hicieron sentir parte de esta “casa tan cosmopolita y diversa” mientras residió en la capital catalana gracias a la beca María Zambrano de la UB. “Pasé temporadas largas aquí y tuve la oportunidad de recorrer todas estas calles y librerías. También las bibliotecas, que me parece que son fundamentales para la vida pública y es necesario defenderlas”, ha recordado.  

A las puertas de la plaza Sant Jaume y dentro del Saló de Cent, trabajadores de Biblioteques de Barcelona han aprovechado el pregón para reclamar un año más mejoras laborales, un aumento en la inversión y el “reconocimiento del valor social” de las bibliotecas. “Un buen funcionamiento del servicio de bibliotecas requiere una inversión pública importante y de buenas condiciones laborales para las personas que lo hacen posible”, han defendido, pancartas en mano, mientras el responsable de Cultura del Ayuntamiento, Xavier Marcé, celebraba la apertura de una nueva biblioteca, la J. V. Foix de Sarrià, y pedía “más palabras y más Sant Jordi cada día”.

Antes de sentarse a dialogar con Anna Guitart, comisaria del programa de Barcelona como ciudad invitada en la Feria del Libro de Guadalajara de 2025, Rivera Garza aún ha tenido tiempo para denunciar el “capitalismo del odio”, comparar Sant Jordi con el Amazonas en tanto que "lugar para respirar”, y ha insistido una vez más en el poder transformador de la lectura. “Se dice con ligereza que la verdadera lectura nos transforma. Yo nunca volví a ver el mar de la misma manera después de leer ‘Las olas’ de Virgina Woolf”, ha ilustrado.

Porque las visiones de los otros, sus vidas imaginadas e impresas, “suelen interrumpir nuestras creencias más férreas poniéndolas en entredicho”. La vida, ha sintetizado la mexicana, “no es como la imaginábamos: el mundo puede ser algo más”.  Y eso, ha celebrado, es precisamente lo que consigue el milagro de la lectura.