'Bosques de memoria', el arte frente a la dictadura

Los libros de historia establecen el principio y fin de las dictaduras con fechas, lo que no muestran es su persistencia a través de símbolos como monumentos, o en la pegajosa herencia inmaterial que impregna a quienes han vivido en una sociedad totalitaria. El arte como mecanismo para tomar conciencia, para enfrentarse a la realidad desde nuevas perspectivas y como herramienta de pensamiento sobre un pasado que determina nuestro presente brilla en la exposición 'Bosques de memoria' que acoge el Museo de San Telmo de San Sebastián. Mabel Tapia y Mira Bernabeu son las comisarias de esta muestra de arte que reflexiona sobre los mecanismos del poder totalitario y las dimensiones de control social. Y aunque habla de épocas pasadas el eco en el mundo actual está más presente que nunca ante el auge de la ultraderecha y la llegada de Trump y su autoritarismo ultraliberal.

'Bosques de memoria' indaga en el pasado de la España de Franco y su influencia en nuestros días pero también penetra en la dictaduras de Pinochet en Chile y de la de Videla, en Argentina, donde en pleno 2006 desapareció Julio López, un testigo clave en varios juicios por delitos de lesa humanidad que se hicieron tras la recuperación de la democracia.

'Bosques de memoria' cuenta con obras de una veintena de creadores, entre ellos de creadores jóvenes como María Rosa Aránega (Almería 1995) cuyo trabajo muestra un mapeado visual de violencias sistemáticas e imposiciones de roles de género desde la Guerra Civil hasta la actualidad. Y también de artistas veteranos como Pere Portabella (Figueres, 1927) con diferentes filmes, entre ellos 'Aidez l'Espagne', una creación de 1969 que combina imágenes de la Guerra Civil y grabados de Joan Miró de la serie 'Barcelona (1939-1944).

Diversidad de soportes

Algunas de las obras muestran como el pasado de la España dictatorial sigue vivo en nuestro presente a través de las fosas comunes, los desaparecidos o las cárceles y los monumentos falangistas que todavía son objeto de discusión. Imágenes, fotografías, collages, instalaciones, proyecciones y dibujos plantean cuestiones distintas.

'Do you remember Franco?' del fotógrafo Clemente Bernal (Pamplona, 1963) señala la perversa herencia y presencia de la simbología franquista centrándose en tres relevantes monumentos: el Valle de los caídos, el Arco de la victoria de Madrid y el Monumento de los caídos en Pamplona. Y Alan Carrasco (Burgos, 1986) muestra en una crono-cartografía para detallar cómo la Transición, organizada con un pacto desde arriba y secuestrando la memoria, permitió a los responsables de los años más oscuros de la historia española pasar de un lado a otro con relativa facilidad.

Piedras y plantas

'Mapa de fosas' (2023) de la valenciana María Amparo Gomar Vidal, reproduce el mapa de España con fragmentos de las losas y azulejos que los familiares de los fusilados pusieron encima para no olvidarlos. Mientras uno lo observa puede escuchar las palabras que descendientes de los ejecutados leen ante una cámara en 'Últimas palabras' (2020-en curso), una obra de la misma artista que recupera parte de la memoria y pone la piel de gallina. Hoy en día las ejecuciones sistemáticas de aquellos considerados opositores se consideran crímenes contra la humanidad.

'Manifestación vegetal / Herbario', una proyecto de 2024 de Paula Valero (Valencia, 1976), inspirado en el herbario que Rosa Luxemburgo realizó mayoritariamente en prisión, enlaza la resistencia de las hierbas que brotan en las fosas comunes de Paterna con el recuerdo de 20 mujeres fusiladas allí y de otras represaliadas en el Levante.

Más allá de España la exposición mira a Argentina y Chile. Cuenta con material procedente de diferentes archivos como el de la Fundación Benedictina Lazkao, el del Colectivo Acciones de Arte (CADA) que con sus acciones plantó cara a Pinochet en Chile y el Archivo Graciela Carnevale / Tucumán Arde, una obra colectiva de artistas argentinos para denunciar las condiciones la explotación y la pobreza en la región de Tucumán.