Documental

“¿Cómo un tipo de buena familia acaba en una guerra que no es la suya?” 'Mercenario', el catalán que sobrevivió a la guerra en Ucrania

‘Mercenario’ retrata en primera persona los seis meses de 2023 que el Joan Estévez pasó en el país invadido como soldado de fortuna, y asimismo lo acompaña a su regreso a casa para explorar las secuelas dejadas en él por la guerra y, en concreto, los efectos del estrés postraumático

Joan Estévez en una imagen de 'Mercenario'.

Joan Estévez en una imagen de 'Mercenario'. / Cedida a l'ACN per Movistar Plus+ i The Mediapro Studio / ACN / ACN

Nando Salvà

Nando Salvà

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“Pequeñín, papá te quiere mucho. Te he querido toda la vida, te voy a querer siempre... Papá siempre estará a tu lado”, susurra Joan Estévez a pocos centímetros de la cámara en un momento del documental dedicado a él, deslumbrante y sobrecogedor, que acaba de estrenarse en Movistar+. Cuando dedicó esas palabras a su hijo estaba oculto en una trinchera de poco más de cinco metros en el bosque de Ucrania, acorralado y ensordecido por los silbidos de las balas rusas, convencido de que no tenía escapatoria y no iba a volver a casa. No era la primera vez que se encontraba en esa situación. “Como militar, morir es una posibilidad que tienes asumida”.

Dirigida por el barcelonés Juanma Arizmendi a partir de una idea original de la fotoperiodista Anna Surinyach, amiga personal de Estévez -nombre de guerra Espinosa-, ‘Mercenario’ retrata en primera persona los seis meses de 2023 que el de la Vall d’Aran pasó en el país invadido como soldado de fortuna, y asimismo lo acompaña a su regreso a casa para explorar las secuelas dejadas en él por la guerra y, en concreto, los efectos del estrés postraumático. A propuesta de Surinyach, Estévez decidió documentar su tiempo en el frente ucraniano grabando unas tres horas de imágenes y otras ocho de audios en las que relataba su día a día tanto en la trinchera como en la segunda línea, y el material recopilado resultó ser tan impactante que se convirtió en punto de partida de un diario íntimo de casi hora y media de metraje, durante el que el soldado nos confiesa sus errores, sus contradicciones, sus miedos y sus ilusiones. 

Joan Estévez en una imagen del documental 'Mercenario'.

Joan Estévez en una imagen del documental 'Mercenario'. / Anna Surinyach / ACN

“¿Cómo es posible que un tipo de buena familia, salido de un entorno saludable, acabe arriesgando la vida y viendo a compañeros morir en una guerra que no es la suya?”, se pregunta Arizmendi para explicar el primero de sus objetivos a la hora de contar esta historia. “Lo que he comprendido haciendo la película es que quienes siguen el mismo camino que Joan lo hacen porque no ven otra opción, o porque se les han cerrado muchísimas puertas antes. Ven la guerra como una solución, no como un problema”. Como el propio Estévez explica, su trayectoria encaja plenamente en ese perfil. “Yo tenía una familia, una casa que me estaba construyendo y dos negocios, y en muy poco tiempo lo perdí todo”. La película deja claros problemas de dependencia a la cocaína y episodios de maltrato psicológico por culpa de los que se separó de su pareja y dejó de poder ver a su hijo. “Se me cayó el mundo. En este momento es cuando huyo”.

Decidió reincorporarse a la vida militar. Formado en el ejército español, no pudo volver a él a causa de su edad y en cambio se alistó en la Legión Extranjera Francesa, desde donde meses después dio el salto hacia Ucrania. Descubrió que la guerra se le daba extraordinariamente bien; se sentía útil, disfrutaba del respeto y la camaradería de sus compañeros de armas. “La milicia no es más que una religión de hombres armados”, comenta. “Cuando eres militar lo compartes todo: compartes techo, compartes cama, compartes tu sudor, tus lágrimas y tu sangre, y le confías tu vida al de al lado. Son vínculos que van más allá de lo familiar”. Si no tiene miedo a la posibilidad de morir, tampoco teme a la de verse obligado a matar. “La primera pregunta que te hacen cuando entras en el ejército es si estás dispuesto a acabar con una vida, porque es tu trabajo. A un soldado lo están formando cada día para que, llegado el momento, sea capaz de quitar vidas en defensa de un bien mayor”. Sin embargo, el horror que experimenta en el frente -“no hay una película que lo describa... las películas se quedan cortas”- acaba quebrándolo, y al regresar a casa es una persona desorientada, atrapada en una realidad que ya no entiende; ese desconcierto es el otro gran asunto explorado por Arizmendi.

Joan Estévez en una imagen del documental 'Mercenario'.

Joan Estévez en una imagen del documental 'Mercenario'. / Cedida a l'ACN per Movistar Plus+ i The Mediapro Studio / ACN / ACN

Un prolífico subgénero

Desde ahora, ‘Mercenario’ pasa a ser título de mención obligada al hablar de ese prolífico subgénero documental compuesto por películas dedicadas a la invasión rusa de Ucrania de febrero de 2022 y el consiguiente conflicto bélico. A él pertenecen también obras tan destacadas como la oscarizada ‘20 días en Mariúpol’ (2023), demoledora mirada a los civiles asesinados, mutilados o condenados al luto en la ciudad del título durante las tres primeras semanas de la guerra; ‘La invasión’ (2024), retrato a cargo de Sergei Loznitsa de la resiliencia y el dolor a los que sus compatriotas ucranianos han tenido que acostumbrarse; ‘Desde el retrovisor’ (2023), análisis de la contienda a través del espejo de una furgoneta que traslada refugiados ucranianos hasta Polonia; ‘Russians at War’ (2024), que acompaña a un batallón ruso en territorio enemigo y descubre que sus miembros son un grupo de jóvenes desilusionados que no saben cuál es el sentido de su lucha; o ‘Intercepted’ (2024), cuya columna vertebral es una colección de fragmentos de llamadas telefónicas que los soldados rusos desplazados a Ucrania hicieron a sus seres queridos. “Les disparé a todos en la cabeza, ellos lloraban y me suplicaban que no los matara, pero lo hice igualmente”, le cuenta un joven a su pareja en su transcurso. “No me arrepiento lo más mínimo”.

El documental de Arizmendi no solo se distingue de esas y otras películas con las que comparte tema por ser la primera producida en España y protagonizada por un soldado a sueldo cuya nacionalidad no coincide con la de ninguno de los bandos directamente enfrentados. También es la única hasta la fecha que explora a fondo y con vocación muy crítica cuánto de negocio, voraz e inhumano, hay en esta guerra y en todas ellas. “Ucrania es como el ‘Barcelona Mobile’ de los mercenarios, aquí conoces a gente que te va ofreciendo futuros trabajos”, bromea Estévez en un momento del documental, y pocas escenas después lamenta cuántos de esos empleos implican “mandar a la gente a morir en misiones suicidas”.

Tal y como lo relata ‘Mercenario’, la versión de Estévez que volvió de Ucrania es un hombre asustado, seguro de que sus movimientos están siendo vigilados e instalado en un estado de alerta, y que sigue refugiándose en los excesos. “Cuando estoy aquí se me cae el mundo encima”, lamenta. Lleva tiempo trabajando como instructor de otros mercenarios; algunos también han ido a Ucrania, y algunos han perdido allí la vida. “¿A qué trabajo voy yo diciendo que soy francotirador y que le puedo disparar a un tío a mil metros? No me sirve de nada”, lamenta. “Cuando uno llega a situciones tan límite como la mía, ¿cómo vuelves atrás, a una vida normal?”. Es el mismo signo de interrogación con el que se cierra su película.

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