Abusos

El exguitarrista de Lendakaris Muertos, absuelto de un delito de agresión sexual

La banda navarra de punk Lendakaris Muertos.

La banda navarra de punk Lendakaris Muertos. / REMITIDA / Europa Press

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El exguitarrista del grupo Lendakaris Muertos ha sido absuelto por el juzgado de lo penal número 4 de Pamplona del delito de agresión sexual del que era acusado, en concreto de haber pellizcado el pezón de una mujer en un bar de la capital navarra.

Tanto el fiscal como la acusación particular habían solicitado para el acusado una pena de 15 meses de prisión, 5 años de libertad vigilada, inhabilitación para ejercer cualquier actividad que conlleve contacto con menores de edad durante 5 años y pago de una indemnización de 600 euros.

En la sentencia, que puede ser recurrida en apelación, se relata cómo, el 6 de noviembre de 2023, la mujer entró a pedir una consumición a un bar de la calle del Carmen de Pamplona, donde el acusado estaba hablando con el camarero y donde, según la denunciante, se habría producido la agresión.

El juez señala que las partes han hecho en el juicio "dos declaraciones de los hechos absolutamente antagónicas".

Así, el acusado dijo que conoce desde hace años a la mujer. Ese día, afirmó, ella estaba fuera del local celebrando su cumpleaños y él le felicitó dándole unos toques en la gorra, algo que a ella le molestó.

Más tarde, al entrar la chica a pedir una consumición, le recriminó al acusado que tocase su gorra, a lo que él respondió que era una broma y le pellizcó la manga del jersey, tras lo cual ella se marchó. A los dos días, un amigo común de ambos le dijo que ella le había denunciado, siempre según la versión del acusado.

Además, el acusado destacó que era cantante profesional con el grupo Lendakaris Muertos y que, cuando llegó la denuncia, le expulsaron del grupo. Aseguró asimismo que ha sufrido "un daño irreparable" al salir en medios de comunicación por este motivo.

Por su parte, la denunciante relató que estaba con un amigo en la terraza del bar y el acusado, al llegar, no le saludó, sino que le empezó a dar toques en la visera y ella le pidió que no lo hiciera, al igual que el camarero.

Al entrar a pedir una consumición, indicó, él le dijo que "tocaba los pezones a los amigos", lo que hizo con ella. La mujer declaró que se quedó llorando y bloqueada hablando con el dueño del bar.

La mujer señaló en el juicio que anteriormente el acusado le había tocado el culo y ella "le había tocado el paquete como acto de defensa".

Dijo que no recibe tratamiento psicológico por estos hechos, pero sí por otros.

El juez pone de relieve el testimonio prestado por el propietario del local, quien afirmó que el acusado le había dado a la chica un pellizco en el brazo y negó que la denunciante le dijera nada tras el mismo o que "se quedara en shock y mucho menos llorando".

Un testigo que estaba en el bar también negó que la denunciante se quedara llorando tras lo ocurrido ni que tuviera ningún ataque de ansiedad.

El juez subraya en la sentencia que "había escuchado a personas que han sufrido tocamientos no consentidos reaccionar asestando una torta, arrojando bebida al agresor, gritando o, lo más lógico, denunciando el hecho, pero nunca había escuchado que la reacción de la supuesta víctima sea realizar un tocamiento en una zona todavía más sensible".

"Esa reacción es más propia de una persona que desea el contacto físico que de una persona que lo rechaza", apunta.

Respecto daño personal y profesional aducido por el acusado, recuerda que la propia denunciante ha expuesto "la existencia de padecimientos" que pueden haberle ocasionado "una percepción errónea de lo sucedido ese día".

Por ello, sin perjuicio del derecho de la parte acusada a ejercer las acciones civiles o penales que estime oportunas, decide no tomar testimonio al acusado al respecto.