Entrevista
The Tyets: "No tenemos que idolatrar todo lo que se hace en Miami o Madrid"
Tras dos años frenéticos, el dúo de Mataró formado por Oriol de Ramon y Xavier Coca ha publicado un nuevo disco, 'Cafè pels més cafeteros' (Luup Records), que rompe con 'Èpic solete', el álbum que les catapultó y les dio el título oficioso de Orquesta Nacional de Catalunya.

Xavier Coca y Oriol de Ramon, The Tyets, este 10 de abril en Barcelona. / Macarena Pérez


Ignasi Fortuny
Ignasi FortunyPeriodista. Principalmente, escribo sobre música.
¿Es una decisión premeditada que 'Cafè pels més cafeteros' rompa con su anterior trabajo, 'Èpic solete'?
Xavier Coca: Sí, no queríamos vivir del fantasma del pasado. Siempre nos ha gustado explorar nuevos sonidos, nuevos géneros. Queríamos abrirnos a producir con otra gente, aceptar que hay otros géneros y que hay gente que los domina más que nosotros.
Vienen de una etapa excitante y exitosa, ¿por qué cambiar tanto ahora?
Oriol de Ramon: Antes era todo un juego. Era un proyecto pequeñito, no teníamos responsabilidades ni presión, pero con este disco notábamos el gusanillo de hacer un álbum que nos funcionase en directo y que conectase con el público, que ya sabemos quiénes son. Nos hemos alejado del reguetón, eje central nuestro, en este disco hay sólo 20 segundos de reguetón.
¿Se han hartado del reguetón, han visto que el público apunta hacia otros lugares...?
X.C.: Responde a dos factores: uno, que ya lo habíamos hecho; dos, por la respuesta que tiene el reguetón en los directos, que hemos comprobado que funciona mucho para bailar, en las discotecas, pero es verdad que en concierto funciona más la electrónica. Y que es parte de la evolución. Este disco en directo tendrá mucho ‘punch’.

Xavier Coca y Oriol de Ramon, The Tyets, este 10 de abril en Barcelona. / Macarena Pérez
¿En este cambio hay más parte de valentía o de inconsciencia?
O.R.: Veníamos de una época que había un estilo muy quemado, que le podemos llamar reguetón o música urbana, y teníamos ganas de alejarnos de eso. Quizá sí que ha habido algo de inconsciencia… Pero, casualidades de la vida, hemos encontrado un productor catalán que domina el género electrónico. Con él hemos llegado a un sonido que solos no habríamos encontrado.
X.C.: ¡Y que quién no arriesga no gana! También hay un punto de valentía, claro, que te puede salir muy bien o muy mal, pero si quieres seguir trascendiendo tienes que salir de tus casillas.
¿La premisa era seguir haciendo, como dicen ustedes, "pop para toda la familia"?
O.R.: Es en lo que nos sentimos cómodos. En los mensajes de alegría, felicidad, cotidianidad… Hablamos de nuestro día a día, de las cosas que pasan a nuestro alrededor, y esto es el hilo conductor de los Tyets más allá de los géneros.
X.C.: Lo del "pop familiar" es la manera de definir que tenemos un público ultradiverso, y… ¡Esto es muy rico y muy difícil!
"No sería racional hacer ahora canciones que los niños digan: ‘¿Qué es esto? Ya no me representa’"
Sin embargo, su proyecto no iba originalmente por esta línea.
O. R.: Nos escucha un abanico de gente muy grande, no sería racional cerrarnos puertas y hacer ahora canciones que los niños digan: ‘¿Qué es esto? Ya no me representa’. Es muy fácil hacer música para gente de nuestra edad, pero creemos que tenemos una responsabilidad con todo el público al que le gusta nuestra música.
X.C.: No era el objetivo principal, pero es una cosa muy complicada y ahora que lo hemos logrado no renunciaremos a ella.
O.C.: Nuestro filtro siempre ha sido que nuestras madres puedan conectar con nuestra música y entender lo que estamos diciendo.

Xavier Coca y Oriol de Ramon, The Tyets, este 10 de abril en Barcelona. / Macarena Pérez
Se han abierto a trabajar por primera vez con un productor externo (Kastelo), ¿necesitaban estímulos de fuera?
X.C.: Cien por cien. Si sigues siempre dentro de las mismas cuatro paredes seguirás sonando muy parecido a cómo has venido sonando. Queríamos hacer un punto y aparte.
Han ido a Miami y han acabado trabajando con un catalán. En el disco también hay mucho orgullo de la tierra. ¿Se valora suficiente lo que tenemos aquí?
O.R.: El viaje a Miami nos ha corroborado que hay mucho nivel aquí. Conectamos con Kastelo, pero allí también hicimos otras sesiones desastrosas. No todo lo que hay allí lo tenemos que idolatrar, igual que tampoco lo que se hace en Madrid. Tienes que buscar a las personas con las que te sientas cómodo trabajando, y muchas veces las tenemos al lado de casa.
‘Maresme’ es vuestra candidatura para que os hagan un cabezudo o algo así?
O. R.: [risas] Nosotros siempre hemos sido muy del Maresme y de Mataró. Hemos colaborado siempre con la fiesta mayor, nos hemos sentido parte de la comunidad… Siempre hemos hecho elogios a nuestra tierra durante estos años, pero creíamos que nos faltaba un buen himno.
X.C.: Hace un tiempo, en una conversación con amigos, salió el tema de Lamine Yamal y que antes los grandes referentes eran de fuera, americanos, brasileños… Nunca pensabas que una persona de Mataró pudiese hacer algo trascendental. Ahora vemos que el mejor jugador del mundo es de aquí, tenemos mucha chicha en el Maresme.
O. R.: Es una canción que habla de amar tu casa.
X.C.: Y esto en una época de 'barcelonacentrismo', que parece que los niños de comarcas tengan que ir a vivir a Barcelona porque si no no harán nada con su vida. Puedes estar en tu casa y hacer cosas grandes también.

Concierto de fin de gira de The Tyets en el Sant Jordi Club / FERRAN SENDRA
En 'Si ho deixéssim tot' hacen referencia a una canción de Figa Flawas: “La pell la té morena, però no es diu Marina”. Son de una generación de artistas que ha crecido con gran sintonía, ¿hasta ahora? ¿Es el momento del ‘beef’ [el pique entre grupos], de sacar el ego?
X.C.: Es una frase anecdótica, pero dentro de esta frase hay un punto de pena, de que tu has ayudado al igual que en algún momento ellos nos han ayudado y que, un poco por ego o por lo que sea, te han dado la espalda y sabe mal. ‘La banda del pati’ fue un concepto que la prensa le dio mucho bombo. Y nos ha ayudado mucho, seguramente sin este concepto no habríamos crecido todos tanto. Pero no necesitamos el ‘beef’ para crecer.
"Tener un gran proyecto conlleva tener muchos detractores"
Estos dos últimos años han logrado una posición de privilegio, incluso como señalados ‘niños bonitos de Catalunya’. A veces esta situación también conlleva ser 'l’ase dels cops’. Y parece que les ha tocado. ¿Estaban preparados para la crítica?
O. R.: El cerebro humano está programado para que después de mil comentarios buenos y uno malo, el malo sea el que se te clave en el corazón. Y parece que te persiga un león porque a alguien no le ha gustado el disco. Realmente, somos conscientes de que tener un gran proyecto conlleva tener muchos detractores. Y "el pop apara todo el mundo", realmente, no es para todo el mundo. Nosotros también tenemos que hacer el ejercicio de relativilizarlo. Hay mucha gente que le ha gustado el disco, y aceptamos las críticas constructivas…
X.C.: Las críticas constructivas ayudan a hacer crecer el proyecto, las hechas desde el sofá con mala leche son las que te afectan. En Catalunya parece que cuando alguien pasa de los mil oyentes mensuales ya es ‘mainstream’, y el ‘mainstream’ no mola. Hay mucho amargado que necesita tirar mierda sobre el que toque en ese momento. Al final, somos la cabeza de turco de esta escena… ¡El ‘efecto Txarango’ le llaman!
"Somos la cabeza de turco de esta escena… ¡Lo que llaman el ‘efecto Txarango’"
En el cartel de muchos festivales de Catalunya aparece el nombre de The Tyets acompañado, a menudo, de los mismos artistas. ¿Qué piensan del debate de que siempre ocupen estos espacios las mismas bandas?
O.R.: Antes eran otros y nosotros también nos quejábamos de no tener este espacio. Es difícil llegar aquí. Y no todos los grupos están hechos para vender entradas.
X.C.: Nuestro proyecto tiene mucho mérito porque en una industria en la que el 95% de los carteles de grandes festivales vienen del mismo sello histórico… Que nos hayamos posicionado en estos espacios también creo que da esperanza a toda la gente que está haciendo movidas independientes. La industria está pensada para que el director del festival te contrate a ti porque venderás entradas, esto es triste pero es cierto. Mola que toda la cultura se impulsen festivales más pequeños, las salas… Al final nosotros vamos donde nos contratan.
El anterior proyecto acabó con dos conciertos en el Sant Jordi Club, ¿este lo hará en el Palau?
O.R.: No creo. Tuvimos la oportunidad, pero suerte que no lo hicimos porque nos pilló en una época con 150 conciertos y no hubiésemos podido preparar el 'show' que querríamos para el Sant Jordi. No queremos quemar etapas tan rápido.
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