Crítica de 'Amateur': intriga de bajos vuelos

Sobre el papel, esta nueva adaptación de la novela de Robert Littell 'The Amateur' (1981) aspira a señalar la cuestionable ética de la CIA y la facilidad con la que el gobierno estadounidense sacrifica a quienes le sirven para cubrirse las espaldas. En la práctica, sin embargo, se conforma con ser una relectura algo más elegante del 'thriller' 'Venganza' (2008) o una versión de 'El caso Bourne' (2002) sin combates cuerpo a cuerpo, precisamente lo más destacable de ese modelo. Para ello cuenta la historia de un criptógrafo de la CIA que se convierte en justiciero cuando su esposa es asesinada en un ataque terrorista, y que se ve involucrado en el juego del gato y el ratón. 

Retratar a un hombre aparentemente ordinario y del todo inadecuado a las exigencias del espionaje sobre el terreno que aprende a usar sus conocimientos tecnológicos para ejecutar su venganza es una premisa sin duda prometedora, pero 'Amateur' apenas presta atención a ese proceso. Prefiere limitarse a ser una intriga formularia y políticamente aséptica, dotada de momentos de acción eficientes pero olvidables y de un reparto lleno tanto de actores de calidad infrautilizados -Laurence Fishburne, Jon Bernthal, Michael Stuhlbarg- como de personajes trazados a brochazos. Una película en apariencia diseñada de acuerdo a las dimensiones de la pantalla individual de un avión pero, en todo caso, suficientemente competente. Usted decide si eso la hace recomendable.