Estreno en Disney+

¿Huérfana indefensa o adulta manipuladora?: el caso Natalia Grace, ahora una serie poliédrica con Ellen Pompeo

Hablamos con la creadora de 'Una buena familia americana', nuevo 'true crime' ficcionalizado que aborda una historia comparada con la película 'La huérfana'

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Imogen Faith Reid (Natalia Grace) y Ellen Pompeo (Kristine Barnett) en 'Una buena familia americana'

Imogen Faith Reid (Natalia Grace) y Ellen Pompeo (Kristine Barnett) en 'Una buena familia americana' / Disney+

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

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La verdad suele ser la suma de muchas verdades relativas; el resultado de estudiar un poliedro desde todos los ángulos. Este último es el ejercicio que anima a hacer 'Una buena familia americana' (Disney+, miércoles, día 9), versión ficcionalizada del extraño caso de Natalia Grace, que durante un tiempo no se acabó de saber si era una pobre niña indefensa o un equivalente real de la villana de 'La huérfana'.

Entre los adeptos de la segunda teoría estaban Kristine (Ellen Pompeo, en su primer proyecto importante al margen de 'Anatomía de Grey') y Michael Barnett (Mark Duplass), pareja del Medio Oeste que quiso sumar a sus tres hijos biológicos a Natalia Grace Mans (Imogen Faith Reid), una niña ucraniana de siete años con un tipo de enanismo raro. Unos años después, la habían aparcado en un apartamento y huido a Canadá. Si nos creemos su versión de la historia, Natalia había empezado a actuar de formas siniestras, a buscar en exceso el apego de Michael y blandir cuchillos, a ser misteriosamente adulta. Básicamente, estaban viviendo 'La huérfana' en sus propias carnes. O eso quisieron contar. 

Hacerse preguntas

Cuando Hulu se acercó a la guionista Katie Robbins (creadora de 'Sunny') con la idea de contar esta historia, el nombre de Natalia todavía no había ocupado tantos titulares de prensa, ni sido objeto de tantos pódcasts o la serie documental (disponible en Max) 'El curioso caso de Natalia Grace'. "Todo empezó hace cinco años, en mitad de esos días complicados", recuerda Robbins, 'showrunner' de 'Una buena familia americana' con Sarah Sutherland. "Por entonces, el caso no era todavía tan ubicuo y tuve que hacer mis propias lecturas del mismo. Una de las cosas que me sorprendieron fue lo mucho que cambiaba la trama según quien la contara, ya fuera en un artículo o una entrevista de televisión. Tu comprensión podía cambiar por completo según la procedencia del relato. Eso es cierto, de acuerdo, con cualquier clase de historia, pero se acentuaba especialmente en este caso. Era esencial tener en cuenta quién hablaba cuando valorabas la información".  

En un tiempo en que todos nos lanzamos a hacer juicios rápidos sin mucho fundamento, 'Una buena familia americana' recuerda la importancia de la pluralidad de fuentes. "Ahora ya no nos hacemos todas las preguntas posibles ni buscamos los matices de las cosas", comenta Robbins. "Quería estructurar la historia de manera que los espectadores pudieran luchar contra sus propios prejuicios. Empezando en una perspectiva y yendo poco a poco hacia otra". Robbins y Sutherland se conocieron trabajando en 'The affair', intriga romántica que también se apropiaba del concepto multiángulo de 'Rashomon': "Estar juntas en esa serie fue, desde luego, el mejor entrenamiento para algo como esto". 

Incluso dentro de una sola perspectiva, 'Una buena familia americana' juega a conciencia con el cruce de tonos, con el choque entre sátira y sinceridad. "Creo que la propia vida es una mezcla de géneros", dice Robbins. "Los momentos más luminosos de tu vida pueden verse socavados por algo trágico. Y en mitad de la tragedia puede pasar algo absurdo o cómico. Me parece que esa es la realidad de la vida. Además, el humor consigue que personajes que nos parecían lejanos nos resulten más accesibles a nivel emocional. Si alguien nos hace reír, tendemos a acercarnos a esa persona y querer comprenderla mejor. Me parecía esencial para hacer todas las historias más humanas". 

Cuestión de resiliencia

Tras la marcha de los Barnett y su odisea sola en casa, Natalia Grace fue acogida por Cynthia Mans, quien quedó conmovida, en teoría, por la indefensión de la niña. (Que lo era: por aquel entonces tenía 8 años, como demostró el análisis de metilación del ADN al que se sometió para la docuserie de Warner Bros. Discovery). El personaje está aquí encarnado por la eternamente reivindicable Christina Hendricks (la jefa de secretarias Joan de 'Mad men', entre otras muchas cosas), quien se sintió atraída por las tierras movedizas morales y narrativas en que se movía la propuesta: "Crees que estás entendiendo la historia y, de golpe, a mitad de camino, todo tu mundo se viene abajo y llega una versión completamente distinta", nos apunta.

Lo que más afectó a Dulé Hill ('Suits', 'Psych'), que interpreta al detective Brandon Drysdale ("o la mirada del espectador en todo esto", nos dice), fue la capacidad de Natalia para superar su pasado y afrontar todo lo que podía venir. "Su resiliencia es inspiradora. De veras, me cuesta entender cómo puede una persona pasar por tanto y no perder la capacidad de perseverar".  

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