Del 4 al 6 de abril

Un Cómic Barcelona superheroico vuelve a desplegar sus poderes en un sector aún precarizado: "Vivir del cómic es un pequeño milagro"

La cita con la historieta regresa a Montjuïc con estrellas como Chris Ware, en una edad de oro para el sector en cuanto a creatividad, talento, ventas y visibilidad, pero con el 64% de autores españoles aún cobrando por debajo del salario mínimo

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Anna Abella

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Barcelona
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Propuestas como ‘El laberinto del Cuco’, donde el siempre inquieto Max invita a elegir tu propio camino dentro de la historieta, pasearse entre Batman, Spiderman, Wonder Woman o el Capitán América en una galería de figuras de tamaño real de Marvel y DC Comics y descubrir las interioridades de los superhéroes dibujados por Pepe Larraz; exposiciones sobre la amenaza de la IA, sobre las versiones de los alumnos de la Escola Joso del ‘Blacksad’ de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido con motivo del 25º aniversario del mítico gato detective o sobre la carrera de la icónica Marika Vila; divertir a la chavalada con un espectáculo de las aventuras de la Pequeña Genia creada por Álvaro Ortiz... Todo esto y mucho más ofrecerá la 43ª edición del Cómic Barcelona, que desde este viernes y hasta el domingo vuelve a ser el epicentro del mundo de la viñeta en Fira Montjuïc. 

El salón que dirige Meritxell Puig, que espera revalidar los 110.000 visitantes de 2024 y tiene un presupuesto de casi un millón de euros, acogerá a autores internacionales como la estrella, Chris Ware, Jaime Hernandez, Craig Thompson, Richard McGuire, Kate Beaton, Sally Rippin, Joanna Rubin Dranger o John Howe (ilustrador del universo Tolkien), pero también a un ingente número de creadores locales.

El Cómic Barcelona reinventa de nuevo su oferta, coordinada por Borja Crespo, para seguir sumando adeptos a un noveno arte que, según autores consultados, sigue demostrando que sí, que está en una edad de oro creativa, de mucho talento y diversidad, de prestigio autoral, de buenas cifras de ventas (la facturación anual ronda los 130 millones de euros, en curva ascendente desde la pandemia), de normalización social (lo de que es cosa de niños ha pasado, al fin, a la historia) y presencia creciente en librerías generalistas, bibliotecas y museos (no en vano, Chris Ware ha inaugurado una ambiciosa exposición en el CCCB, coorganizada por el Cómic Barcelona). Y, según los últimos datos del Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España 2024, el 13,2% de los mayores de 14 años lee cómics (2,4% más que en 2023)

Pero, como cifraba el Libro Blanco del Cómic en España, publicado hace un año, solo un 21% de autores puede vivir solo del cómic, el 64% de no llega al salario mínimo solo con los ingresos de cómic, y la mitad de los algo más de 1.000 artistas españoles en activo cobra menos de 20.000 euros netos anuales. Su precariedad sigue siendo la gran asignatura pendiente y, el reto, mejorar sus condiciones profesionales en un momento de amenaza de la Inteligencia Artificial, que merece capítulo aparte. 

Preparativos en el Cómic Barcelona 2025, el día antes de su inauguración.

Preparativos en el Cómic Barcelona 2025, el día antes de su inauguración. / Zowy Voeten

Próxima convocatoria de ayudas a la creación

En el pasado festival de Angulema (Francia), el más importante de Europa, España fue país invitado de honor, con un despliegue impresionante de autores de la mano del Ministerio de Cultura. Su titular, Ernest Urtasun, junto a María José Gálvez, Directora General del Libro, del Cómic y de la Lectura, se comprometió allí a hacer realidad una de las históricas peticiones del sector, que ha cristalizado tras las conversaciones para elaborar el Libro Blanco: la pronta convocatoria de ayudas específicas a la creación de cómics, a la que se destinará un millón de euros en partidas de 25.000 euros. Da más datos Óscar Valiente, director de Norma Editorial y coordinador del Libro Blanco. "Se prevé elegir unos 40 proyectos teniendo en cuenta tanto la diversidad geográfica como generacional, para compensar tanto a autores noveles como consagrados y proyectos grandes y pequeños, y se valorará si se acompañan de un compromiso editorial. Los detalles definitivos se publicarán en el ‘BOE’ posiblemente antes de septiembre".  

"Conseguir vivir solo del cómic es un pequeño milagro. Por eso este tipo de ayudas son necesarias para centrarte a trabajar en tu libro", valora Albert Monteys, de 53 años, nominado a los premios del salón por ‘¡Universo! 2’. "Para mí, un libro es un año de trabajo. La media que suelen pagar las editoriales en España es de 3.000 euros por libro y te dan un adelanto del 10%. Yo soy de los afortunados, soy una excepción, porque llevo 30 años viviendo del cómic.Tengo ‘¡Universo!’, que se vende bastante bien y sigue presente en librerías desde 2018 y además se vende en el extranjero. Pero es cierto que de cada dos libros que yo hago, uno es para EEUU, donde se paga 10 veces más que aquí". 

Exposición STOP IA, en el Cómic Barcelona, el día antes de abrir puertas.

Exposición STOP IA, en el Cómic Barcelona, el día antes de abrir puertas. / Zowy Voeten

"Dedicas muchas horas a hacer un cómic y eso no se refleja en lo que cobras. En Francia pueden pagar 30 veces más que en España por un proyecto. Aquí puede depender de si es un encargo de una editorial, con lo que tienes más margen, o es un proyecto propio. Pero lo normal es que el autor se lleve el 10% del pastel (el resto se lo reparten editores, libreros y distribuidores a partes iguales), pero si en un cómic hay guionista y dibujante… Yo suelo llevarme un 6%. Sé que soy precaria, pero me gusta lo que hago", explica Rosa Codina, de 38 años, dibujante de ‘Rompepistas’ y ‘Cómo salvar la industria del comic sin tener ni puta idea’ (con Javier Marquina), nominada a Mejor Fanzine en el Cómic Barcelona. 

El 'Laberinto del Cuco', propuesta de Max, en el Cómic Barcelona.

El 'Laberinto del Cuco', propuesta de Max, en el Cómic Barcelona. / Zowy Voeten

"Aún no se puede vivir del cómic. Solo pueden Paco Roca y unos cuantos más. El resto debemos compaginarlo con la ilustración, dando clases o con otros trabajos ‘alimenticios’. Aunque ahora a la ilustración se la está comiendo la IA…", lamenta Teresa Valero, de 55 años, que presenta en el salón ‘Contrapaso 2’. Es lo que hace también Codina, que hizo ilustración y da clases de cómic por las tardes en una escuela. "Y, aun así, no llegas a final de mes. Debes pagar el alquiler, la comida… Yo sigo con las mismas tarifas de antes de la pandemia", añade. 

Todos señalan que pueden vivir los que trabajan para el extranjero, sobre todo para el mercado francés o el de EEUU, o tienen algún título que vende bien. Vender derechos para proyectos audiovisuales ayuda. Y es "imprescindible", recalca Valiente, vender derechos fuera, como vienen haciendo editoriales como Astiberri, La Cúpula, Norma..., que aprovechan bien el escaparate que les ofrece Angulema. Algunos autores, como Pau o Joan Tretze optan por ser sus propios editores con sistemas de micromenecazgo o ‘crowdfunding’, aunque eso les implique hacer todo el trabajo de la cadena.  

Sobrepublicación

Otro problema para los autores es la gran cantidad de títulos que se publican (12 editoriales producen el 75% de lo que se edita). En 2023 se llegó a 4.800 novedades; en 2024, fueron unas 4.500, cifra la asociación Tebeosfera. "El ritmo se desaceleró por efecto de la quiebra de ECC, que tenía un ritmo de publicación muy alto -apunta Valiente-. Las editoriales hacemos un esfuerzo por no crecer… pero crecemos. Hoy hay una diversidad increíble de contenidos comparado con décadas atrás. Pero hay muchos segmentos que no se canibalizan porque tienen unos lectores más específicos: el infantil, el manga, la novela gráfica, el superheroico… Pero con tal cantidad de contenidos es muy difícil de atender bien por parte de las librerías y de la prensa. Los títulos pasan poco tiempo en librerías porque en seguida son sustituidos por otros y los autores pierden visibilidad"

Retrospectiva de Marika Vila, en el Cómic Barcelona.

Retrospectiva de Marika Vila, en el Cómic Barcelona. / Zowy Voeten

También es efecto de que "para seguir teniendo ingresos cuando acabas un cómic en seguida te pones con el siguiente", apunta Codina, que lamenta que al lanzar tantas novedades las editoriales "no puedan promocionar bien y tratar con cariño” cada libro. "A muchos autores -constata Montey-, ver que el trabajo de un año, cobrado a precio precario, al final solo está un par de semanas en librerías, les provoca ansiedad". 

Sensible a estas problemáticas, el Cómic Barcelona vuelve a ofrecer a los autores el espacio para profesionales Comic PRO, para conectar con agentes y editoriales internacionales, presentar sus porfolios y buscar oportunidades de visibilizar su trabajo.