'El cuento de la criada' empieza a terminar, pero se acerca su secuela

'El cuento de la criada', segunda adaptación a la pantalla del clásico distópico de Margaret Atwood (antes, en 1985, estuvo la película dirigida por Volker Schlöndorff), se estrenó en la primavera de 2017, solo unos meses después de iniciarse el primer mandato de Trump. En un país donde hombres con traje empezaban a tomar decisiones sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, una invención como la República de Gilead, teocracia patriarcal que ocupa el antiguo lugar de Estados Unidos y donde las últimas mujeres fértiles son sometidas a la esclavitud y la violación ritual, no parecía algo tan lejano. 

"Esto no es Gilead", decía dos años después Elisabeth Moss (protagonista, productora y directora de la serie) en un anuncio de servicio público en contra de la ola antiaborto que se propagaba por Estados Unidos. Por entonces, su personaje en la serie, June (en Gilead llamada Defred por 'pertenecer' a Fred, el comandante de élite encarnado por Joseph Fiennes), se había convertido en un símbolo de la lucha por los derechos de las mujeres. Y las túnicas rojas y cofias blancas que visten las asfixiadas criadas, en simbólico uniforme del activismo feminista. 

Camino con altibajos

Por aquel entonces, la creación de Bruce Miller había empezado a dar ciertos signos de agotamiento. Todo lo escrito sobre Gilead (al menos hasta entonces) por Atwood se aprovechó para la primera temporada, que acababa, como la novela primigenia, sin que llegáramos a saber qué le sucedía a June/Defred tras entrar en una misteriosa furgoneta. El camino creado para la heroína se compuso de idas y venidas que a veces carecían de lógica dramática. Hubo signos de recuperación en la cuarta temporada, cuando June pudo dejar Gilead y la vimos convertirse en un personaje atrevidamente incómodo, sin compasión. O en la quinta, cuando se puso en entredicho su calidad como líder de la resistencia.

Al final de esos episodios, el plan de June de huir a Hawái con su marido Luke y su hija Nichole (la que concibió en Gilead con su amante Nick Blaine, el comandante encarnado por Max Minghella) se torcía por circunstancias chocantes. Al tren hacia Vancouver, desde donde seguirían el viaje en barco, solo subían ella y la bebé. Además de otros pasajeros, entre ellos Serena (Yvonne Strahovski), antigua esposa de Fred, vieja némesis de June. 

De nuevo el terror

La sexta y última temporada (en Max desde el martes, día 8) arranca con la continuación de ese encuentro tenso entre dos mujeres que, pese cuanto pese a June, tienen en común algo más que un pasado tumultuoso: la propia Serena acabó convertida en una especie de criada de sus supuestos benefactores, los Wheeler, en una Canadá cada vez más pro-Gilead. Serena quiere, o mejor, necesita ayudar a June para alcanzar una redención. Hay un momento en que podría parecer todo lo contrario, pero de verdad, así es. Después del suspense llega, como a menudo en la serie, el terror puro: una situación de persecución y confinamiento no tan lejos de 'Train to Busan'. 

Mientras tanto, en Gilead, Nick es liberado y recibe una charla del alto comandante Wharton (el añadido al reparto Josh Charles), suegro intimidatorio que le recuerda cuál es su único futuro: uno en el que cumpla sus obligaciones como marido de su hija Rose (Carey Cox), que conoce el pasado de Nick con June, recordemos. Además, Mark Tuello (Sam Jaeger), oficial del gobierno de Estados Unidos en el exilio, informa a Moira (Samira Wiley), mejor amiga de June, que Canadá piensa dejar de reconocer al antiguo imperio. 

Si Bruce Miller ya no es el 'showrunner' esta temporada (le sustituyeron los guionistas-productores Eric Tuchman y Yahlin Chang, involucrados en la serie desde los inicios), es porque debía concentrarse en la adaptación de 'Los testamentos', el libro de 2019 con el que Margaret Atwood dio su propia continuación a 'El cuento de la criada'. Acaba de anunciarse que este lunes, día 7, empieza su rodaje. En esta nueva serie veremos entrecruzarse las vidas de tres mujeres muy diferentes: Agnes, como se llama a Hannah en Gilead (Chase Infiniti, hija de Jake Gyllenhaal en 'Presunto inocente'); Daisy (Lucy Halliday), adolescente canadiense que descubre aspectos insólitos de su pasado, y la sin par Tía Lydia (Ann Dowd), una de las figuras más influyentes del nuevo orden.