Entrevista a un grande del cómic

Craig Thompson: "La gente ve normal que sean los inmigrantes los que hagan el trabajo duro. Es un racismo global"

El dibujante de cómic estadounidense, que sufre una dolorosa enfermedad en las manos, regresa a la senda autobiográfica de 'Blankets' con el periodístico ‘Raíces de ginseng’

Craig Thompson y 'Habibi', nacida del dolor

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El autor de cómic Craig Thompson, que publica el autobiográfico 'Raíces de gingseng', en la librería Finestres de Barcelona.

El autor de cómic Craig Thompson, que publica el autobiográfico 'Raíces de gingseng', en la librería Finestres de Barcelona. / MANU MITRU

Anna Abella

Anna Abella

Barcelona
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Esta pieza, originalmente publicada en octubre de 2024, ha sido republicada con motivo de la visita de Craig Thompson al Saló del Còmic 2025.

Hace dos décadas, Craig Thompson (Traverse city, Michigan, 1975) entró en el Olimpo de los cómics con su monumental debut autobiográfico de 600 páginas, el ‘long seller’ ‘Blankets’, con el que triunfó en los Eisner, los Harvey y los Ignatz además de entre el público. Llega a Barcelona para presentar ‘Raíces de ginseng’ (Astiberri), su nueva obra, otras ambiciosas 450 páginas surgidas literalmente del dolor, del de sus manos de dibujante, afectadas por la fibromatosis, como revela en el libro. "Estoy mucho peor que cuando empecé el cómic. Sé que no puedo pararlo, que no hay recuperación posible. Mi preocupación es ralentizar su progresión", se resigna tras probar diversas terapias (entre ellas, pociones homeopáticas a base de veneno de Viuda Negra y mantis religiosa pulverizada y radiación de protones) y tras haberse operado ya una de las manos para lograrlo. "Sí, temo que llegue un día en que no pueda dibujar", confiesa con amarga y tímida sonrisa. El origen de su enfermedad, cree, está en los pesticidas con los que estaba en contacto mientras trabajaba de niño, con sus padres, su hermana y su hermano, en las plantaciones del preciado ginseng, en un pequeño pueblo de Wisconsin, historia puntal del libro.  

"Todos en mi familia tienen algo que puede estar conectado con aquellos productos químicos. A mi primer jefe en la granja no pude entrevistarle para el cómic porque murió de leucemia. Muchos agricultores creen que sus problemas de salud tienen ese vínculo, pero no pueden demostrarlo. Los que han denunciado siempre han firmado acuerdos económicos confidenciales con los fabricantes de pesticidas antes de llegar a los tribunales", explica Thompson en entrevista.

Viñetas de 'Raíces de ginseng'.

Viñetas de 'Raíces de ginseng'. / Craig Thompson

En ‘Blankets’, ahora reeditado por Astiberri, el autor de ‘Habibi’ y el infantil ‘Almóndigas del espacio’ desnudaba su adolescencia, el acoso sufrido en el colegio, la "severa" autoridad paterna y las fundamentalistas normas de la Iglesia evangélica rural que aplicaban sus padres. "Me criaron en un contexto religioso en el que era castigado cada semana por hacer algo supuestamente pecaminoso. Fui el primer hijo en renunciar a la fe cristiana y el más juzgado por mis padres por ello. Los tres hermanos nos mudamos lejos de casa en cuanto pudimos. Hoy la relación con ellos es más cercana", explica, tal como refleja en el también autobiográfico ‘Raíces de ginseng’, en el que entrecruza toda una investigación periodística en busca de las raíces culturales de ese bulbo con propiedades terapéuticas tan apreciado por la medicina oriental. Su cultivo enriqueció a muchos granjeros de su pueblo, Marathon, de 1.200 habitantes, durante años líder en la producción mundial y exportador a Asia. En 1982 se llegaron a pagar a 124 dólares el kilo. 

Thompson realizó un concienzudo trabajo de dibujante-reportero que recuerda a los de su amigo Joe Sacco, con viajes a China o Taiwán y entrevistas a agricultores, productores y comerciantes de varios países. El y su hermano se refugiaban en los tebeos que leían obsesivamente de pequeños, comprados con parte de lo que ganaban trabajando en los campos de gingseng desde los 10 a los 20 años, 40 horas semanales todos los veranos. "Lo que echaba de menos es el tiempo de ocio que tenían otros niños, que mientras yo trabajaba iban a nadar y divertirse. Pero éramos felices haciéndolo porque éramos pobres y era la única forma de tener algún dinero para gastos propios. Eso nos daba poder".

Hoy, reflexiona en el cómic, las granjas familiares han sido sustituidas por grandes corporaciones y quien trabaja esos campos no son estadounidenses blancos sino inmigrantes asiáticos o mexicanos. "Es un problema de racismo global y de castas, seguro que también pasa en España -considera-. La gente ve normal que el trabajo duro lo hagan ellos". Y el discurso de Trump no ayuda. "Mucha gente que le vota está enfadada y desanimada, por el precio del alquiler, el difícil acceso a la sanidad… Quieren hacer implosionar el sistema y con Trump lo ven posible".  

Viñetas de 'Raíces de ginseng'.

Viñetas de 'Raíces de ginseng'. / Craig Thompson

Síndrome del impostor

En el libro revela su "inseguridad por no tener una formación académica para ser un artista". "Vengo de clase trabajadora y pobre y entre intelectuales me siento un poco impostor", reconoce. Cada obra le deja "vacío", lidia con las crisis "ante la página en blanco" y le afectan las críticas y las amenazas en redes. Como las que recibió por ‘Habibi’. "En EEUU me acusaron de apropiación cultural, de escribir sobre culturas que no son la tuya. En aquel caso, la árabe. Y ahora con ‘Raíces de ginseng’, la china". 

"Si hubiera tenido una infancia más feliz y normal quizá hoy sería contable en vez de dibujante de cómic", sonríe mientras se plantea "si vale la pena dedicar cuatro años o más de trabajo a un libro". "Antes de venir a Europa me preguntaba si quiero continuar con mi carrera, pero esta gira, donde he recibido mucho apoyo y calor de los lectores, me ha dado ganas de seguir".