Weimar, del triunfo de la creatividad y la libertad a la sinrazón que Hitler aprovechó

La República de Weimar, en la Alemania de entreguerras, tiene paralelismos con el momento actual. "Fue un cambio de época y de paradigma, se dejaba atrás, como lo bautizó Stefan Zweig en su libro, ‘El mundo de ayer’, el de antes de la Primera Guerra Mundial, y vino un periodo enormemente creativo, con una transformación social y cultural que es del que venimos, el que salió de la Segunda Guerra Mundial. Retratar esa época es entendernos a nosotros hoy, que estamos en un momento de cambio hacia el mundo de mañana. Aquellos años deberían ser un referente, una guía y un ejemplo para no repetir los errores", explica, con la mirada en la llegada al poder de Hitler en 1933 y la deriva nazi y bélica que desató, Pau Pedragosa. Lo cuenta junto a Txuss Martín, ambos comisarios de la exposición ‘Tiempos inciertos. Alemania entre guerras’, que la próxima semana llega a CaixaForum Barcelona, y autores del cómic ‘Weimar, tiempos inciertos’ (Norma), junto al dibujante Rafael Morata, que ha participado también en el guion. "La historia no tiene por qué repetirse, pero el momento actual es muy inquietante", recalca Martín. 

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Con un hilo conductor de ficción protagonizado por Hans Castorp, inspiración libre del personaje de ‘La montaña mágica’, de Thomas mann, el cómic puede llegar a más públicos con su "visión panorámica de aquellos años entre ambas guerras desde todas las ópticas: social, política, filosófica, científica y artística", señalan sus autores de paso por Barcelona. Uno de los retos del dibujo, apunta Morata, "era que no fuera un discurso estático, que no fueran cabezas parlantes de bocadillos y diálogos, sino que pasaran cosas".

"La República de Weimar aspiraba a un mundo nuevo basado en la razón, la democracia y la igualdad más allá de géneros, creencias o etnias", que, antes de la vuelta a la oscuridad de la guerra, "extrajo una energía creativa comparable a la de otros momentos estelares de la humanidad como la Atenas de Pericles o la Florencia de los Médici", recalcan. Floreció la vanguardia artística de la escuela de la Bauhaus, el movimiento LGTBI empezó a reivindicarse y las mujeres a emanciparse, detalla Martín, profesor en Cambridge, que añade: "Se quisieron seguir las ideas de la Ilustración, enfatizando la libertad y los derechos para todos, pero eso provocó miedo en parte de una sociedad alemana muy conservadora y militarista que aún creía en el modelo prusiano [que había dominado hasta la derrota en la Gran Guerra], igual que ocurre hoy, que mucha gente está reaccionando en contra".  

"Cuando eres libre, debes tomar decisiones por ti mismo, pero mucha gente prefiere que el político, el religioso o el periodista de turno le digan qué hacer, qué pensar y hacia dónde ir", lamenta también Pedragosa, arquitecto y doctor en Filosofía, trasladándolo a la actualidad. 

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"Weimar fue una época de tensiones entre la razón y la sinrazón, entre seguridad y libertad -continúa Martín-, igual que ahora. Eso está en los discursos de muchos políticos. El auge de la extrema derecha se basa en la inseguridad. También se repite la posverdad. Entonces fue básica la propaganda de Goebbels [ministro del Tercer Reich], que dijo que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Hoy es así. Y en 1918 hubo la pandemia de gripe española, que igual que el covid mató a mucha gente. Esperemos que hoy no acabemos en otra guerra mundial".   

El cómic, plagado de personajes reales, de Einstein a Heidegger, Bertold Brecht o Thomas Mann, recorre aquellos años, con el éxito y las posteriores tensiones que vive la Bauhaus, la influencia de la biblioteca y el instituto fundado por Aby Warburg, pero también con la inflación disparada y el paro, que llevó a muchos a culpar a la República y votar al fascismo de Hitler, y el auge de un "antisemitismo furibundo", recuerda Martín, que culpó a los judíos de la derrota en la guerra, "igual que hoy se culpa de todo a los inmigrantes en EEUU y Europa". 

Planea sobre el relato el título del cuadro de Goya ‘El sueño de la razón produce monstruos’. "La ruptura del equilibrio entre razón y sinrazón desemboca en la irracionalidad porque uno solo ve uno de los dos polos. Eso tiene otro paralelismo con la actualidad: en las redes sociales uno solo ve y lee las opiniones que están en su burbuja, en su polo. Una razón que solo ve su propia razón lleva a la barbarie. Por eso hay que incorporar en tu burbuja al otro, al extraño, al diferente", argumenta Pedragosa. Y en esa línea, Martín evoca la polarización que desató en EEUU el asalto al Capitolio y que luego dio alas a Donald Trump. También Hitler protagonizó un intento de golpe de Estado en 1923 y estuvo en prisión por ello. Sin más consecuencias.

'Weimar. Tiempos inciertos' / 'Weimar. Temps incerts'

Txuss Martín, Pau Pedragosa y Rafael Morata

Norma Editorial