Concierto

Teodor Currentzis ofrece un Mahler glorioso y renovado

El aclamado director llena el Auditorio en la Temporada de Ibercamera con una versión inolvidable de la 'Segunda Sinfonía, Resurrección', de Mahler

Teodor Currentzis, en una foto de archivo

Teodor Currentzis, en una foto de archivo / El Periódico

Pablo Meléndez-Haddad

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Barcelona
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Tras interpretar el domingo una sinfonía de Bruckner en el ciclo Palau 100 del Palau de la Música Catalana, el director Teodor Currentzis y su orquesta Musicaeterna se trasladó al día siguiente al Auditori para ofrecer, en la temporada de Ibercamera, una versión impresionante de la ‘Sinfonía Nº. 2, en Do menor, Resurrección’, de Gustav Mahler. Una partitura que el maestro griego ha revisado con lupa para subrayar la teatralidad y la espiritualidad que encierra esta obra que marca un punto de inflexión en la creación mahleriana al incorporar la voz como un instrumento más del lenguaje sinfónico.

La ‘Resurrección’ es como un continuo ‘crescendo’ que tiene su punto álgido en el cuarto movimiento, ‘Urlicht’, un 'Lieder' maravilloso inserto en medio de un mar de melodías y texturas que Currentzis supo desgranar por capas, ya que su visión equilibró voces y timbres para crear pura magia sonora. Y espectáculo. El maestro busca siempre un fraseo con carácter propio, y aquí lo consiguió valiéndose de un inteligente concepto de la agógica –utilizada siempre con espíritu expresivo– y cuidando las dinámicas al máximo no solo en el conjunto orquestal, sino en todos los intérpretes, incluyendo solistas y coro. Este último aprobó con nota: el Coro Ibercamera, nacido cuando la programadora celebró tres décadas de la mano de Mireia Barrera e integrando al Cor Madrigal (que lidera Pere Lluís Biosca) y a la Polifónica de Puig-reig (dirigida por Emmanuel Niubó). Para los miembros de ambas agrupaciones seguro que participar en la lectura de esta obra con un director como Currentzis era un reto fascinante, y así respondieron con una espléndida acción de conjunto y un sonido suntuoso. Porque lo que este hombre consiguió en el último movimiento fue inédito, arrebatador, glorioso, con todos dándolo todo.

Currentzis también contó con la soprano lírica Sophia Tsygankova, solista del Teatro Helikon moscovita, y con la mezzosoprano Maria Barakova; la primera asumió sin problemas sus frases, con gusto y concentración, mientras Barakova cantó con intención y adecuado dramatismo; de voz flexible y de timbre carnoso y siempre audible, su ‘Urlich’ convenció como antesala de una ‘finale’ de fábula, extrovertido, luciendo el virtuosismo de unos músicos absolutamente entregados. Una velada inolvidable.

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