Música

La misa pagana de Kamasi Washington cierra el Festival de Jazz de Barcelona en Razzmatazz

Kamasi Washington, el gran gurú del jazz actual: "Que tu hija viva en un mundo que avanza en una dirección tan oscura da mucho miedo"

Roger Roca

Roger Roca

Barcelona
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 Primero fue la pandemia, luego la salud. Y entre lo uno y lo otro, el saxofonista Kamasi Washington, la sensación del jazz que apareció en escena en 2015 como un tsunami, llevaba un tiempo largo sin pisar nuestros escenarios. Volvió por fin este domingo, a tiempo para poner la guinda al 56 Festival de Jazz de Barcelona en la sala Razzmatazz. Y aunque han pasado años, Kamasi probó que todo lo bueno, lo que le convirtió en una estrella de la noche a la mañana, sigue en su sitio. Lo que ha cambiado, si acaso, es la desmesura: el saxofonista de Los Ángeles ahora necesita un poco menos para contar su verdad. Menos tiempo, menos decibelios, menos de todo. En su banda siguen siendo ocho, que no son pocos, pero ahora ya solo hay una batería, cuando antes giraba con dos. Y “Fearless Movement”, el disco que le trajo de vuelta a Barcelona, no pasa de la hora y media de duración. Poca cosa, comparado con las casi tres horas de su debut, “The Epic”. Nunca un mejor nombre para un primer disco como ese.

Concierto de Kamasi Washington de clausura del Festival de jazz de Barcelona.

Concierto de Kamasi Washington de clausura del Festival de jazz de Barcelona. / Zowy Voeten / EPC

El Kamasi Washington de 2025 ha ajustado un poco la escala, pero no ha tocado para nada el fondo del asunto. Desde Los Ángeles, arropado por su potente troupe en la que también está su padre, Washington, de presencia escénica imponente -túnica, collar, mirada serena-, trajo de nuevo a la ciudad su mensaje de paz y amor universal. El suyo es un evangelio sin dios, un credo de buenas vibraciones con referencias a un mundo sin fronteras, ni físicas, dice en la alegórica “Lines in the sand”, ni estilísticas.

Su lenguaje troncal es el jazz con raíces en los años 70. Un jazz arrollador, que suena como una ola o una apisonadora, pero que en sus manos también es elástico. En el credo de Kamasi Washington caben otras músicas: el soul, el funk y ahora, más subrayado que nunca, el hip hop. “Os voy a poner un disco”, dijo a mitad de concierto, cuando ya había desatado varias tormentas emocionales. “Bueno, en realidad os lo pondrá DJ Battlecat”. Y DJ Battlecat, veterano de la escena del hip hop de la Costa Oeste, pinchó, recortó y vaciló un rato sobre un tema del último disco de Washington donde canta George Clinton, padrino del funk, para aligerar la liturgia del concierto.

Concierto de Kamasi Washington de clausura del Festival de jazz de Barcelona.

Concierto de Kamasi Washington de clausura del Festival de jazz de Barcelona. / Zowy Voeten / EPC

Porque un concierto de Kamasi Washington tiene algo de experiencia mística. Pagana, si se quiere. Pero mística sin duda. Cada vez que embocó el saxo para hilar uno de sus largos solos la comunión con el público fue total. Es fuerte ver un mar de caras de absolutamente hipnotizadas ante un saxofonista que va dando vueltas a una idea, vueltas cada vez más intensas, hasta el punto en el que la sala estalla en un grito porque todo el mundo entiende al mismo tiempo que ha ocurrido algo extraordinario, fuera de lo común. Algo que por un momento parece más que música. Y ese es el poder de Kamasi Washington, la estrella del jazz que llegó cuando nadie le esperaba. Y aquí sigue.

Concierto de Kamasi Washington de clausura del Festival de jazz de Barcelona.

Concierto de Kamasi Washington de clausura del Festival de jazz de Barcelona. / Zowy Voeten / EPC