Perfil

Jussi Adler-Olsen, la vida (y la muerte) después del Departamento Q

El escritor danés, enfermo de cáncer, cierra la serie del comisario Carl Mørck con ‘Siete metros cuadrados’ y la reabre cediendo las riendas del personaje a las escritoras Line Holm y Stine Bolther

El escritor Jussi Adler-Olsen anuncia que sufre un cáncer terminal: "Voy a morir de esta enfermedad"

El escritor Jussi Adler-Olsen, en una imagen facilitada por la editorial Maeva

El escritor Jussi Adler-Olsen, en una imagen facilitada por la editorial Maeva / EPC

David Morán

David Morán

Barcelona
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Explicaba Jussi Adler-Olsen (Copenhague, 1950), el hombre que hizo saltar la banca de la novela negra danesa con los casos del Departamento Q y el comisario Carl Mørck, que al final del camino, cuando completara las diez entregas de la saga, debería deshacer algunos entuertos. “Todavía necesitamos conocer al menos algunos de los secretos y qué sucedió realmente en el tiroteo en el que quedó paralítico Hardy Henningsen”, aseguraba en 2020, cuando ‘'La víctima 2117’, la octava novela de la serie, acababa de llegar a las librerías españolas y el Hotel Vela de Barcelona saludaba desde la portada. 

Lo que no podía imaginar el danés es que el día que se despidiera de la serie con ‘Siete metros cuadrados’, publicada en España a finales de febrero, la imagen que le devolvería el espejo sería justamente la del antiguo compañero de Mørck en la Policía de Copenhague. “Era como otro Hardy. En mi propia sala de estar. Es la ironía del destino”, reconocía en una desgarradora entrevista en ‘Politiken’. En ella, Adler-Olsen desvelaba que poco después meses después de entregar su última novela acabó hospitalizado con un diagnóstico fatal: cáncer de médula ósea. Cinco vértebras pulverizadas y una pastilla de morfina con el desayuno. Diez novelas publicadas, 30 millones de ejemplares vendidos y todos los planes de jubilación al garete. “Voy a morir de esta enfermedad. Es incurable. Por ahora, al menos”, llegó a decir. 

Aún no sabe el danés si le dará tiempo de terminar esa novela independiente en la que lleva trabajando desde hace más de tres lustros, pero lo que es casi seguro es que Mørck pervivirá. Y no solo porque Scott Frank (‘Gambito de dama’) esté a punto de estrenar en Netflix la adaptación de la serie, sino porque el propio Adler-Olsen ha ‘cedido’ a las escritoras Line Holm y Stine Bolther las riendas de la saga y la escritura del volumen número 11, ‘Las almas muertas no cantan’, que aparecerá en Dinamarca a finales de este mes. “Sabía que varios editores en el extranjero carecerían de ingresos significativos si no me iban a tener a mí. Simplemente, no podía permitirlo”, defendía el autor tras un giro de guion que renovaba votos con los rompecabezas delincuenciales y el humor, cómo no, negro.  

Hijo de un eminente psiquiatra, Adler-Olsen pasó media infancia en hospitales mentales de todo el país y aprendió pronto que el bien y el mal podían convivir en una misma persona. No tardó tampoco en fantasear con un thriller de éxito, aunque antes de ponerse manos a la obra estudió Medicina, Ciencias Sociales y Cine, abrió una tienda de cómics, compuso música para bandas sonoras, y fundó una editorial. Un larguísimo rodeo que desembocó, ya en 1997, a ‘La casa del alfabeto’, novela ambientada en la Segunda Guerra Mundial que no causó el revuelo esperado. De hecho, no generó revuelo alguno.

Durante la década siguiente, el danés probó fortuna con otras dos novelas de fogueo, superó un cáncer de intestino y resurgió del frío en 2007 con ‘La mujer que arañaba las paredes’, presentación en sociedad de Carl Mørck y su Departamento Q. El flechazo fue inmediato. Triunfó en Dinamarca, arrasó en Alemania y se compró un piso en Barcelona tras enamorarse de la ciudad en su visita a BCNegra en 2012. En su casa de Bornholm, en el sótano, guarda copias de las 1.600 ediciones de sus libros, pero, asegura, uno de los grandes logros de los últimos meses fue poder pasar doce días en su apartamento de la capital catalana. “Estuvo muy bien”, aseguró. Quizá cuando él ya no pueda viajar, le preste las llaves al malhumorado y mordaz Mørck, a quien primero Adler-Olsen y ahora Holm y Bolther han reinventado como escritor de ‘true crime’.

'Siete metros cuadrados'

Jussi Adler-Olsen

Maeva

552 páginas, 24,90 euros