La caja de resonancia
¿Es posible (y deseable) predecir el número de entradas que venderá un artista?
Los festivales se fijan cada vez más en las cifras de un artista en sus plataformas y redes sociales antes de ficharlo, pero sus decisiones no son más que el espejo de nuestras elecciones

Una imagen del festival Primavera Sound del año pasado / FERRAN SENDRA


Jordi Bianciotto
Jordi BianciottoPeriodista
Corre la percepción de que los festivales fichan cada vez más a los artistas por su número de seguidores en redes como TikTok o Instagram. Sensación de que está todo cada vez más pautado, de que se estrecha el margen para el descubrimiento espontáneo, la rareza y la disidencia estética, de que el culto a la celebridad arrasa con todo.
Ahí estamos, si bien la tendencia no la determina un maléfico ente abstracto que tenga como propósito pervertir la humanidad, sino que es un reflejo de aquello que cada uno de nosotros hace cada día en su relación con la música. Preferimos el 'streaming' (gratis o baratísimo) a comprar discos, y luego nos ponemos las manos en la cabeza con las cosas que se hacen con los datos que inconscientemente les suministramos. Como estudiar nuestro comportamiento y reducir una expresión de arte, la música, a coordenadas únicamente monetizables, haciendo del principio de dar más de lo mismo una implacable pauta industrial.
Saber desentrañar la relación entre los números de la música grabada y los del directo es uno de los retos de la industria musical. Prever a cuántos asistentes podrá convocar un artista en cada ciudad y calcular qué efecto tendrá su gira en la venta de música grabada: un estudio de Luminate y 'Billboard' dice que los 'streamings' aumentan un 42% allá por donde pasa un 'tour'. Es, desde luego, una media, y muy influida por las grandes cifras del 'star system'. El 'efecto Taylor Swift': modificar brutalmente al alza la imagen de todo un sector, como si ella fuera una unidad de medida razonable.
Otros datos, y el sentido común, nos dicen que cada artista, y cada género musical, es un mundo. El informe estima que una venerable formación de blues-rock como es la Tedeschi Trucks Band puede esperar vender 2.824 entradas por cada millón de 'streams', mientras que las expectativas de la estrella art-pop Caroline Polachek (con cuatro veces más de oyentes en Spotify) se limitan, en cambio, a 673 localidades.
Sí, hay fenómenos virales que no se traducen en conciertos multitudinarios, y artistas que en el estudio son solo interesantes y que en directo se crecen y fidelizan audiencias. Pero no debería horrorizarnos esa imagen nuestra en el espejo que son los estudios de mercado, ni las decisiones que se toman en consecuencia. Afinar la puntería es la aspiración natural de todo ámbito comercial. Y, bien, si todo esto te irrita, vuelve al álbum físico, acude al club, sal de TikTok y al menos no contribuyas a que todo aquello que odias siga creciendo.
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