Actriz británica

Bella Ramsey revela que le diagnosticaron autismo en el rodaje de 'The Last of Us'

La joven actriz se abre sobre neurodivergencia y problemas de salud mental a pocas semanas de su regreso como Ellie en la serie de Max

La segunda temporada de 'The Last of Us' se estrenará el 14 de abril

Bella Ramsey, en la gala de los Globos de Oro

Bella Ramsey, en la gala de los Globos de Oro / Amy Sussman| AFP

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Con tan solo 21 años, Bella Ramsey ha aparecido en dos exitosas series. Se dio a conocer como Lyanna Mormont en 'Juego de Tronos', y saltó a la fama con el papel protagonista de Ellie en 'The Last of Us'. Nominada por este rol a un Emmy y un Bafta, destaca por su talento detrás de la pantalla desde bien pequeña. A menos de un mes para el estreno de la segunda temporada de 'The Last of Us', Ramsey ha revelado que durante el rodaje de la primera, fue diagnosticada de autismo. 

La actriz se ha abierto por completo en una entrevista para 'Vogue'. En ella, explica que una compañera de rodaje tenía una hija autista, y vio muchas similitudes entre su comportamiento y el de Ramsey. Los problemas sensoriales, la hipersensibilidad, así como una sensación de ser algo diferente de sus compañeros de instituto adolescentes, fueron algunos de los indicios que señalaban al diagnóstico. Todo ello llevó a que Ramsey se hiciera una evaluación psiquiatra, y acabara con un diagnóstico profesional. 

Un diagnostico liberador

"Fue liberador", explica la actriz. "Me permite caminar por el mundo siendo más amable conmigo misma, cuando no soy capaz de realizar las tareas cotidianas fáciles que todos los demás parecen ser capaces de hacer". Señala que su autismo hace que mejore su habilidad en la interpretación. "Siempre he estado observando y aprendiendo de la gente. Tener que aprender de forma más manual a socializar e interactuar con quienes me rodean me ha ayudado con la actuación". Estar en un rodaje, además, le ayuda a sentirse más tranquila, gracias a lo rutinario que tiende a ser. "Me dicen qué ponerme, cómo y dónde pararme y qué comer".

No es la primera vez que se muestra fan de las rutinas, para superar un trastorno de anorexia nerviosa que desarrolló en la adolescencia, utilizó la mecanización y repetición de hábitos para superarlos. Uno tan sencillo como comer cada noche pan con mermelada, para quitarse la culpa que sentía al comer. "Era una rutina y hacía que me sintiese bien". Antes de su diagnóstico como persona con autismo, ya sospechaba que era neurodivergente. Confiesa que revelarlo ante el público le ha quitado un peso de encima. "No veo motivos para que la gente no lo sepa".

Sin etiquetas en cuanto al género

"La etiqueta de ser autista me ha ayudado mucho, porque me ha ayudado a entenderme mejor, pero en cuanto al género y a la sexualidad, las etiquetas no me resultan cómodas", ha expresado en la entrevista. "Siento que me estoy encasillando. Me siento atrapada". A pesar de que no le importa con qué pronombres se refieran a ella, no se identifica con un género en concreto, le ocurre lo mismo con su orientación sexual. Se describe como "no 100% heterosexual".

Etiquetarse puede sentirse asfixiante, sobre todo a una edad joven y con el nivel de exposición pública que tienen los actores. "Parte del trabajo de actor es que se supone que tienes una respuesta para cada pregunta que te hacen", señala la actriz, que tenía tan solo 12 años cuando apareció en Juego de Tronos. "Pero la respuesta puede ser: 'No lo sé, no estoy preparada para hablar de eso', y eso es algo que aún estoy descubriendo".