Estreno en el Romea

Guillem Clua reivindica el poder transformador del teatro en 'Mort d'un comediant'

Jordi Bosch interpreta a un actor mayor que se relaciona con su joven cuidador a través de textos y personajes diversos de la literatura dramática en este montaje dirigido por Josep Maria Mestres

Jordi Bosch en 'Mort dun comediant'.

Jordi Bosch en 'Mort dun comediant'. / David Ruano

Marta Cervera

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Barcelona
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Guillem Clua, autor de aplaudidas obras como 'Smiley', 'Justícia' y 'L'oreneta', debuta en el Romea con 'Mort d'un comediant', una de las obras que más tiempo le ha llevado escribir. No es de extrañar pues narra la historia de un gran actor jubilado que se relaciona con el mundo de una peculiar manera: utiliza pasajes de grandes obras de la literatura dramática para transmitir sus emociones. Jordi Bosch encarna Llorenç, el protagonista, un rol que exige tanto de su vis cómica como dramática. Mercè Pons da vida a su sobrina Miranda que es quien contrata al joven Adri, encarnado por Francesc Marginet Sensada, para que cuide de su tío. El chico, que no había pisado un teatro en su vida, hará una inmersión total gracias este empleo que no solo requiere mano izquierda para tratar con el viejo actor sino de jugar a ser diferentes personajes para poder darle la réplica. La obra acaba de levantar el telón en el Teatre Romea donde permanecerá hasta el 1 de junio.

"En el fondo todos somos unos comediantes. Nos pasamos la vida interpretando el papel de lo que quisiéramos ser", escribe Clua en el programa de mano. Vania, Cyrano, el Tartufo y referencias también a obras como 'Muerte de un viajante' nutren la vida del protagonista. "Esta obra es una carta de amor al teatro", asegura Clua. "Muestra cómo el teatro puede transformar la vida de una persona y cómo interpretar un papel cambia la vida de quien lo interpreta. Hasta aquí puedo leer", afirma el autor. Lo más pesado ha sido tener la selección de obras y autores para explicar las diferentes situaciones o estados de ánimo del protagonista. "Hubo un trabajo importante de relectura, documentación porque tenía que referenciar. No podía inventarme nada pero tenía que hallar obras que tuvieran un vínculo con la historia entre Llorenç, Adri y Miranda".

Un momento de 'Mort d'un comediant'.

Un momento de 'Mort d'un comediant'. / David Ruano

La obra llega a Barcelona muy rodada tras estrenarse en noviembre en el festival Temporada Alta y hacer gira por Catalunya que ha contado con el aplauso del público allí donde ha ido. No es necesario ser un entendido en teatro para disfrutar de la obra pese a que incluye "pequeños trivials teatrales". Quien quiera aclarar alguna duda puede acudir al libro de Arola donde aparecen todas las referencias del texto.

Josep Maria Mestres dirige esta obra, con muchos menos personajes y duración que 'L'herència' aclamada producción vista recientemente en el Teatre Lliue. El director ha trabajado de forma regular con Clua. "Hay una relación profesional muy potente con Clua de profundo respeto, estima y admiración", reconoce Mestres. Clua añade la capacidad de Mestres "para entender qué necesita el texto y cómo elevarlo". Y añade: "Hasta que un texto no cobra vida con unos actores y un director, el autor no puede saber realmente qué ha escrito".

Ficción sanadora

"La obra pone el acento en el poder sanador y transformador del teatro. La ficción nos puede hacer crecer personalmente, nos da armas para enfrentarnos a la vida, que a veces puede ser muy aburrida o dolorosa", explica el director que califica la obra como "una bomba de relojería". Como la vida, la nueva obra de Clua tiene un poco de todo: humor, intriga, drama y melodrama.

Mestres alaba la capacidad de Clua para conectar y conmover al espectador. "Aplaudo su falta de pudor a nivel emocional para hurgar en rincones muy bestias emocionalmente que forman parte de la vida", destaca.

"El teatro es un lugar donde la humanidad se enfrenta a sí misma", dice Jordi Bosch recuperando una de las frases de la obra que es un gran homenaje al teatro. Para el veterano intérprete hablar de su profesión a través de su personaje ha sido "un regalo". Lo mismo opina Mercè Pons, encantada con el proceso de trabajo que ha permitido alumbrar esta nueva pieza. Y el actor más joven, Francesc Marginet, reconoce que "al igual que mi personaje descubre qué es el teatro, yo estoy descubriendo el teatro gracias a quienes han depositado la confianza en mí, que es lo que necesitamos la gente joven", dice encantado con el "maravilloso" equipo.

La escenografía realista de Joan Sabaté reproduce la casa del actor retirado donde transcurre la acción.