Entrevista

Quimi Portet: "El catalán es una lengua maltratada que yo veo profundamente 'sexy'"

El cantante y guitarrista, que fue la mitad de El Último de la Fila, publica el libro ‘Cançons en bell llemosí (1987-2020)’, donde reúne las letras de las canciones de sus álbumes en solitario, en catalán, y ofrece una serie de textos en los que reflexiona sobre el desarrollo de su carrera discográfica. Un volumen que cuenta con un prólogo escrito por Quim Monzó y un epílogo de su largo compañero de correrías Manolo García

Quimi Portet, que publica un libro de letras de canciones y memorias.

Quimi Portet, que publica un libro de letras de canciones y memorias. / MANU MITRU / EPC

Jordi Bianciotto

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Barcelona
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Comienza el libro invocando la modestia: se presenta como un "guitarrista espabiladito", con argumentos "de pa sucat amb oli", suspira cosas como "si jo hagués sigut intel·ligent"… Pero para hacer discos, subirse a un escenario y publicar un libro como este habrá que creer un poco en uno mismo, ¿no?

Claro, hay una parte impostada, sí, pero también otra de no tomarte demasiado en serio, y más cuando tienes 67 años. Soy prudente. Ahí hay una parte humorística que va bien. La gente que se toma demasiado en serio a sí misma es un peligro. Hay que tener un punto de prevención, un margen de seguridad. Siempre insisto, y no con intención despectiva, en que la música popular es un género menor y me siento confortable ahí.

¿Suscribe la tesis posmoderna de que no hay barreras entre alta y baja cultura, Stravinsky y una rumba o un rock and roll?

Al final, todo es distracción. Soy posmoderno al revés. Pienso que es igual de pachanguero Stravinsky que, no sé, Boney M. Toda la cultura, en el fondo, es entretenimiento, también la más elevada, que no aparece hasta que la gente tiene comida y vive calentita. Es algo que no necesitamos, superfluo. 

Barcelona 12/03/2025 Icult. Entrevista con Quimi Portet, que publica un libro de letras de canciones y memorias. AUTOR: MANU MITRU

Barcelona 12/03/2025 Icult. Entrevista con Quimi Portet, que publica un libro de letras de canciones y memorias. AUTOR: MANU MITRU / MANU MITRU / EPC

Confiesa que usted se metió en esto como guitarrista y que las letras siempre le han costado un poco, y cada vez más porque ya lo ha contado todo.

Pero hacer letras es una de las cosas más divertidas de ser músico. Cualquiera de estas canciones, sin letra, no valdría para nada. La canción no existe hasta que está cantada. Las instrumentales las olvidas. Las que quedan son 'Eleanor Rigby', 'Imagine', 'Rivers of Babylon'… Las que tienen letra. 

Hace unos días, su amigo Manolo García nos hablaba en este diario de su gusto por rescatar palabras en desuso y algo de eso hay también en lo suyo, en estas 'Cançons en bell llemosí'.

El título del libro remite a la Renaixença, sublimando la lengua de una manera poética. Si le hubiera puesto 'Cançons en català' habría parecido un libro de texto. Pero, título aparte, yo no rescato palabras en desuso porque utilizo palabras que en casa he oído siempre. Vengo de una familia de Vic y hay palabras que los barceloneses quizá ven estrambóticas y que en casa se decían.

Está esa canción llamada 'Ets de por', por ejemplo. Una expresión genuina que tal vez algunos catalanohablantes de 2025 no sabrían decir qué significa. 

¡Mi madre me lo decía cada día, "ets de por"! Lo que intento es no ser frívolo con el idioma. No soy un intelectual ni un lingüista, pero el catalán es una lengua maltratada, que ha sufrido muchos problemas y que veo profundamente 'sexy'. Para mí, Pitarra era 'sexy', daba mucha risa, y Rusiñol. No hay un gusto mío por lo arcaico, sino por el idioma genuino, sin chorradas, sin tratar de hacerte el moderno ni el ciudadano del mundo.

¿Le sabe mal que los cantantes jovencitos mezclen en una misma canción catalán, castellano, inglés…?

Estoy a favor de que cada cual haga lo que quiera. No pasa nada, todo irá bien. Y tener 67 años tiene sus ventajas: yo ya estoy amortizado, y eso me da un relax en muchas cosas que siempre me habían preocupado mucho. Yo tuve un grupo llamado Kul de Mandril, y hacíamos estrofas en catalán y estribillos en castellano, así que no soy nadie para dar lecciones. 

Tenemos por primera vez una Conselleria de Política Lingüística. ¿Cómo ve el estado del catalán?

No tengo ni idea, no participo. Ni siquiera sabía eso de la Conselleria. Yo vivo un poco en una torre de marfil, con toda la humidad, no tengo una dimensión especialmente social. Pasé unos años muy divertidos con el 'procés', hasta 2017. Había unas emociones que no conocía y disfruté de ellas, pero luego ya no me ha interesado mucho. 

Publicó su primer álbum en solitario, 'Persones estranyes', en 1987, en paralelo a su andadura con El Último de la Fila. Un disco que salió casi como un accidente. 

Se hizo muy deprisa y fue como romper el hielo, porque en 1987 no se hacían discos de pop o rock en catalán. Estaban Duble Buble, N'Gai N'Gai…, y era todo muy 'underground'. Mis tres primeros discos son un poco serios. Luego, con 'La terra és plana' (2004) elimino los filtros y descubro el cachondeo total, la ida de olla sin freno. Y con 'Oh my love' (2012) empieza la tercera etapa, cuando me hago viejo, o maduro, en el mejor sentido de esas palabras. 

Quimi Portet, que publica un libro de letras de canciones y memorias.

Quimi Portet, que publica un libro de letras de canciones y memorias. / MANU MITRU / EPC

¿Pensó que se había pasado de humorístico?

No, me sentía obligado a explorar esa parte de mí. Era una época en la que comenzaron a participar en mis discos Albert Pla y Joan Miquel Oliver, y se creaba una energía humorística que no se podía quedar en el tintero. También entonces produje los tres primeros discos de Adrià Puntí, con quien tengo una simbiosis solo comparable a la que he tenido con Manolo (García). Una relación fraternal, de familia. 

Usted habla de reír como "una forma ruidosa de tristeza".

En la Europa meridional, entras en un bar a la una de la madrugada y está todo el mundo muy contento, y les ves el plumero. Hay una reacción histérica a la tragedia de la vida. Lo hacemos con toda la buena fe y tenemos una tendencia al drama, por la parte triste y por la alegre. En los países del sur, donde todo el mundo es tan alegre, si callas un poco pareces inteligente. He conocido personas que no dicen nada y que todo el mundo piensa que lo son.

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