Novela infantil
Nahir Gutiérrez publica 'El cajón de las cosas que no duelen', una lección emocional sobre gestionar y soltar
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La escritora Nahir Gutiérrez publica "El cajón de las cosas que no duelen", un cuento infantil sobre la gestión emocional / Irene Vilà Capafons


Judit Bertran
Judit BertranRedactora y portadista
Judit Bertran es redactora y portadista en la sección de Última Hora de El Periódico desde 2022. Es también especialista de la literatura 'young adult', un género que devora con entusiasmo para dar voz a autoras emergentes y analizar el impacto cultural de sus historias.
Nombrar las emociones es el primer paso para gestionarlas, tanto si eres niño como si eres adulto. Y tener un espacio adentro para categorizar esas experiencias que necesitamos soltar sin que nos atormenten es esencial para estar en paz con uno mismo. La solución para conseguirlo nos la avanza Nahir Gutiérrez en 'El cajón de las cosas que no duelen' (Planeta), un cuento infantil donde explica cómo administrar esas experiencias con un paralelismo muy simple: un armario, Robusto, que tiene en su interior varios cajones que corresponden a la alegría, la ira, la tristeza, el miedo, el asco y la sorpresa.
Sin embargo, pese a que tiene un cajón para cada emoción principal, hay experiencias que no acaban de encajar del todo en una sola categoría, momentos que duelen pero que es necesario guardar en algún lado para poderlos soltar sin que nos atormenten. Y para guiar a nuestro pequeño protagonista, Robusto incorpora el cajón de "las cosas que no duelen", un espacio para colocar aquello que, aunque importante, no debe convertirse en una carga perpetua. "Es como si fuera el disco duro de un ordenador", apunta la autora, ganadora del premio Apel·les en una entrevista con EL PERIÓDICO, y "si tienes demasiados archivos, la mente se satura y deja de funcionar bien".

La escritora Nahir Gutiérrez publica "El cajón de las cosas que no duelen", un cuento infantil sobre la gestión emocional / Irene Vilà Capafons
Más allá de un cuento infantil, nos presenta esa herramienta para gestionar la sobrecarga emocional y conseguir desprenderse del que ella nombra el 'Diógenes emocional'. Por ejemplo, "si te peleaste con tu mejor amigo, puedes guardar eso en el cajón de las cosas que no duelen y arreglarlo mañana. No significa ignorarlo, sino entender que no tienes que cargar con todo a la vez", explica. Pero el mensaje también va dirigido a los más adultos, quienes, según la autora, muchas veces se aferran a reproches innecesarios. Todo ello puede desencadenar en un 'Diógenes emocional bidireccional': "Cuando a un niño le roban la bicicleta, el padre no puede pasar meses recordándoselo con un 'te lo dije'. Debe enseñarle a aceptar la pérdida y seguir adelante".
Robusto, el 'sherpa emocional' de Simón
Volvió a escoger al ilustrador Iván Harón para dar forma y vida a sus textos, como ya hizo con su anterior publicación 'La bailarina sin corazón' (Mueve tu lengua). "Es un cuento muy sencillo y con frases cortas, por las ilustraciones encajan a la perfección y son ideales. Hemos trabajado codo a codo para conseguir este resultado final", asegura Gutiérrez.
Alguno de los retos con los que se encontró Harón a la hora de ilustrar 'El cajón de las cosas que no duelen' fue crear dos personajes con los que los niños pudiesen sentirse identificados. "Robusto como ser inanimado tenía unas limitaciones que yo como ilustrador tenía que superar para que los lectores pudiesen creer en esa capacidad de acompañar e interactuar con Simón", explica Harón a este diario. "Además, también estaba la oportunidad de crear un universo donde los armarios tuviesen cajones donde se guardan distintos sentimientos y que fuesen una puerta a explorar distintas versiones de nuestro protagonista".
Otro de los retos a los que se expuso fue el establecer figuras retóricas para las distintas emociones como la alegría, plasmada como un coche de una feria transparente, de cristal, "por aquello de la volatilidad y la fragilidad de una emoción tan explosiva". Pero el hecho de dibujar a Robusto y vincularlo a Simón "era casi como establecer un vínculo más allá de la amistad. El armario actuaba como 'sherpa emocional' del niño que tenía que lidiar con todas aquellas emociones que no era capaz de situar ni de ubicar dentro de lo que era su día a día", concluye el ilustrador.
La importancia del cuento nocturno
Entre las miles de ideas que tuvieron ambos, una fue la de añadir un glosario al final del libro para que los niños entendieran todas las palabras, pero al final no lo hicieron por un gran motivo: "Está hecho para que los padres acompañen a sus niños en la lectura, para que les expliquen precisamente las diferencias entre un enfado o una 'pataleta' y la ira, o que les expliquen qué es la melancolía", reflexiona Gutiérrez, para quien la hora del cuento nocturno debería ser una tradición inamovible. "Debería estar tipificada por ley", bromea. Y más allá de la simple lectura, destaca la importancia del momento compartido entre padres e hijos: "Los niños quieren que juegues con ellos. Tener a su madre o a su padre a su lado leyéndoles es lo que realmente disfrutan".

La escritora Nahir Gutiérrez publica "El cajón de las cosas que no duelen" / Irene Vilà Capafons / EPC
El cuento nocturno debería estar tipificado por ley"
En su caso, aprendió a leer con tan solo tres años, se sumergió desde muy joven en los libros de Tintín, en gran parte por influencia de su padre. Esta pasión la llevó a desarrollar una carrera en el mundo editorial y a escribir sobre su relación con los libros en publicaciones especializadas. Para ella, la lectura sigue siendo un regalo que ahora busca compartir con las nuevas generaciones. Su sueño ideal sería convertirse en un futuro 'Geronimo Stilton' o 'Fable Haben': "Hay cuentos que te marcan de pequeño y no los olvidas en la vida, que se quedan ahí. Es muy bonito porque nunca sabes cuál va a ser el que te haga el 'click'", explica.
"No son ciudadanos de segunda"
Nahir Gutiérrez no cree que los niños sean ciudadanos de segunda. "Si escribes para simples, tendrás adultos simples", sentencia la autora, convencida de que la literatura infantil debe desafiar, emocionar y expandir el mundo de los pequeños lectores. Esta postura se extiende a la manera en la que los adultos deben interactuar con los niños en el día a día. Gutiérrez lamenta que a menudo se les infantilice en exceso. "Cuando un niño pide su comida en un restaurante, el camarero no debería preguntarle a la madre si realmente quiere eso", dice con ironía. "Y si los acostumbramos a comer solo macarrones y nuggets, nunca educaremos su paladar". Lo mismo ocurre con la literatura: si solo se les ofrecen historias simplificadas, nunca desarrollarán el placer por la lectura.
Si acostumbramos a los niños a comer solo macarrones y nuggets, nunca educaremos su paladar. Y lo mismo pasa con la literatura"
Gutiérrez se muestra preocupada también por las amenazas de reducción de horas lectivas de humanidades en el sistema educativo. "Estamos en el mejor momento para la lectura y, sin embargo, se reduce la enseñanza de literatura. Leer está en la base de todo, al igual que con la comprensión matemática". En un mundo dominado por las pantallas y la gratificación instantánea, recalca la importancia de recuperar el placer por la lectura pausada y reflexiva.

'El cajón de las cosas que no duelen'
Editorial: Destino Infantil & Juvenil
Páginas: 48
Precio: 14,95 euros
Fecha de publicación: 12 de febrero de 2025
Más información: La autora presentará el cuento este sábado 15 de marzo a las 11 h en la Librería Fabre de Barcelona (calle Aribau, 84)
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