Entrevista

Mushka: "Estoy más insegura ahora que hace dos años, cuando tenía 50 euros para un videoclip"

Tiene 20 años y acaba de publicar otro trabajo excelente, 'Nova Bossa', un primer álbum con Brasil como fuente de inspiración estética y sonora, en el que abraza cuidadosamente la nostalgia y las inseguridades, y en el que confirma que el bolígrafo está a salvo cuando lo controla Mushka (Irma Farelo i Solé). Lo presentará en concierto (sold out) el próximo 21 de marzo en el Sant Jordi Club.

La artista catalana Mushka (Irma Farelo), en una imagen promocional

La artista catalana Mushka (Irma Farelo), en una imagen promocional / Natàlia Cornudella / Cedida

Ignasi Fortuny

Ignasi Fortuny

Barcelona
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La inspiración y la sonoridad de 'Nova Bossa', sorpresa, apunta hacia Brasil, ¿por qué?

El año pasado, cuando saqué el ‘SexySensible’, no paré durante muchos meses y hablé con mis productores de confianza y les dije que necesitaba ir a hacer música con calma. Y, una vez ahí, me vi en un lugar superseguro y me empecé a replantear todo, mi carrera y lo que había vivido durante estos últimos tres años. Me acompañó mucho el sentimiento de la nostalgia. Y los pilares de eso eran la familia, el fútbol, que para mí representaba estar con los amigos, la despreocupación… y la trompeta, que es el instrumento que toco desde pequeña, con ella tocaba blues pero también bossa nova. Todo me llevó a Brasil, a esas imágenes que tenía de pequeña de Neymar celebrando goles. 

Y se aisló de todo con músicos de su confianza para crear el álbum.

Sí, propuse irnos al monte a hacer un álbum con figuras de mi confianza dentro de la industria: Roots, Bexnil, y tres días antes conocí a Lluís Cabot [akaluigi ahora, antes componente de Da Souza], y le dije que necesitaba que viniese. El enfoque era: quiero que me acompañéis en el proceso de hacer música relajada. Era algo que yo estaba perdiendo.

Concierto de Mushkaa en la sala Apolo

Concierto de Mushkaa en la sala Apolo / FERRAN SENDRA

Tiene propuestas llamativas de fuera, pero se mantiene trabajando con gente cercana. ¿Cómo de importante es para usted la confianza a la hora de elegir con quién trabajar? 

El año pasado estuve en Madrid mucho tiempo currando con gente que me hacía propuestas y me costaba mucho mantener la autenticidad… Me empecé a conocer mucho. Puedes estar con el productor más ‘pegao’ pero si tú no estás dando lo que quieres... Y cuando volví de hacer tantas sesiones, de probar con tanta gente nueva, me di cuenta de lo que tenía en casa. Prefiero a mi gente, que es la que entiende cómo trabajo, desde dónde enfocamos el proyecto, que no ir probando con uno y con otro y después juntarlo. 

Es un disco que tiene una fachada muy festiva, pero al escucharlo sobresale la nostalgia, la añoranza, las inseguridades... ¿Cómo ha llegado a este punto, a echar de menos a la niña que “xulejava amb la bici”?

Sin darme cuenta. Cuando empiezas una carrera y te va bien es superpositivo todo, todo lo que te llega es superatractivo y estimulante…. Y, de golpe, cuando lo normalizas, ves que no es todo tan real como creías. Yo echaba mucho de menos estar en Vilassar con mis amigos, jugar a fútbol, salir por la tarde del cole y no preocuparme por nada. A mí me ha pasado eso de echar de menos lo que no tienes. Me han pasado muchas cosas muy buenas estos años, pero he tenido que renunciar inconscientemente a muchas otras que me gustaría recuperar. 

Y recordar esas cosas ahora, ¿es un mecanismo que utiliza como protección?

Sí, para protegerme mentalmente. Todo va muy rápido, y tener una base, un colchón de lo que eras antes, te protege un poco, el saber lo que tendrás si no todo va bien. Cuando tu carrera va bien la presión es más fuerte. Yo estoy mucho más insegura ahora que hace dos años cuando tenía 50 euros para un videoclip, porque dudas de si la gente se quedará, si lo entenderá, si tú podrás dar más o no… Es una protección personal, saber que si no va todo bien tú ya existías y eras válida antes de formar esto.

Y eso que viene de una familia conocedora y con experiencia en el espectáculo... ¿Nunca se está suficientemente preparado para algo como lo que le ha pasado a usted?

Yo he tenido más facilidades que otra gente, claro. Pero una cosa son las bases, lo que he podido ver de Alba [Bad Gyal], de mi padre [el actor Eduard Farelo]… Y después hay cosas que te vas encontrando y a las que te tienes que adaptar. Nadie está preparado del todo para defender un proyecto y reiterar que es válido e importante. Debes ir esquivando lo malo, construyendo lo bueno e intentar mantenerte, que es lo más complicado. 

Mushkaa y Julieta, una fenomenal pareja de hecho en el Festival ·B

Mushkaa, en el pasado Festival ·B celebrado en el Fòrum en septiembre del 2024 / Ferran Sendra

En 'Flow Balotelli' utiliza al futbolista italiano como metáfora, como referente de un talento que irrumpe y no encaja con la norma. ¿Qué es lo que más incomodidad le genera?

En lo que pienso más, y en concreto en esta canción, es en perder el amor a lo que más me gusta. Me como mucho el coco con lo de que nunca seré tan feliz como el día en el que hice mi primer concierto con cinco personas.

¿Cómo entiende el éxito?

Lo miro en los 'shows', los números [de ‘streaming’] es lo que menos miro desde hace un año. No quiero que me intoxique mucho. Lo que me interesa, lo que me hace sentir bien, es el éxito en los 'shows' y ver que la gente de mi alrededor está contenta con lo que estoy haciendo. Son los que más me conocen y saben cómo funciono, el éxito sería que ellos lo reconozcan y lo valoren. 

En el disco ('Mimenina') se intuye una estabilidad amorosa, ¿se trabaja distinto así?

Hay temas del disco que están inspirados en relaciones pasadas, pero la estabilidad emocional ayuda mucho a poder escribir bien y a que no todo sea devastador. Sí que cuando empecé el álbum no estaba en este punto, pero luego para mí fue como aire fresco, hacía mucho tiempo que no estaba así. Y encontrar otra perspectiva, sin toxicidad, hablar de un amor real en las canciones... También para ser sincera con el público y que sepa como estás en este momento.

Desde el inicio de su proyecto ha tenido una gran aceptación por parte de generaciones anteriores a la suya, algo que ahora se concreta con la colaboración 'cumbiera' con Guillem Gisbert.

Nunca he notado lo de la aceptación de la gente más mayor. Sí que con Guillem me sorprendió. Él me comentó que quería hacerme una entrevista para una 'newsletter' del Pirmavera Sound, yo tenía mucha curiosidad por conocer la figura de Guillem Gisbert, y quedamos un día, hablamos, y nos dimos cuenta de que teníamos mucha afinidad. Me pareció una persona que es muy bueno tenerla cerca. ¡Yo aún estoy sorprendida de que él quisiese colaborar conmigo! Le dije que quería que estuviese en mi disco... Creo que fuimos al estudio un poco cagados y, al final, fueron dos sesiones intensas pero muy chulas. Los dos hemos aprendido del otro, yo, evidentemente, un poco más de él, es muy bueno. Estoy muy contenta con el resultado, creo que es muy Guillem pero también muy Mushka, no creo que nos hayamos traicionado. Aún no sé por qué Guillem me ha medio escogido. Me ha ayudado también a nivel de autoestima. 

Hay mucho meme también sobre el cruce generacional que representa.

Lo hablamos mucho en el estudio. Cuando uno decía: ‘haz esto, haz esto’. Él otro decía: ‘no, esto no lo haré’. Cada uno puso sus barreras, compusimos casi todo juntos. Nos sentamos, encontramos el vocabulario y la forma de escribir que nos representase a los dos.  

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