Estreno de serie

'Soviet jeans' en Filmin: la emotiva comedia sobre el comunismo que ha puesto a Letonia en el mapa de las series  

Hablamos con Stanislavs Tokalovs y Teodora Markova, 'showrunners' de una producción doblemente premiada en el prestigioso festival Séries Mania

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Kārlis Arnolds Avots (Renars) y Aamu Milonoff (Tina) en una imagen de la serie 'Soviet jeans'

Kārlis Arnolds Avots (Renars) y Aamu Milonoff (Tina) en una imagen de la serie 'Soviet jeans' / Tasse Film

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

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Si no nos han llegado demasiadas series letonas, es porque en la antigua república soviética todavía está por crecer una industria que las produzca a alto nivel y de forma regular. "En Letonia no existe un sistema preciso de financiación para las series", nos explica Stanislavs Tokalovs, director, guionista y 'showrunner' (con la búlgara Teodora Markova) de la sorpresa letona 'Soviet jeans' (Filmin, martes, día 25; es la serie estrella de la plataforma este mes). "Hacer la nuestra como la hicimos solo fue posible gracias a los fondos de recuperación de la covid. No suelen hacerse miniseries de alto presupuesto con visión fuerte de director. En cierto modo, podemos decir que este es el principio de una industria". 

Es un excelente comienzo: una insólita comedia dramática (o quizá mejor, drama con toques de ligereza) sobre la Letonia soviética de finales de los 70, cuando el comunismo vigilaba de cerca el empuje de la cultura occidental y todos sus símbolos de libertad. Tras ser enviado a un hospital psiquiátrico por motivos políticos, un joven fan del rock, Renars (Kārlis Arnolds Avots), decide montar una fábrica clandestina de vaqueros en la sala de costura del centro. Al inundar el mercado negro con sus productos, pone en alerta a la mismísima KGB y, con ello, pone en peligro sus opciones de salir de su prisión algún día. 

"Nos hemos inspirado en historias reales", avisa Tokalovs. "Por ejemplo, la de un hombre de los países bálticos, de Estonia, para ser concretos, que se construyó él mismo un barco para huir de la Unión Soviética. Lo atraparon y lo metieron en un psiquiátrico en lugar de en la cárcel, porque… debes estar loco para querer huir del mejor país del mundo, la Unión Soviética [se aprecia tono irónico en su voz]. En el centro donde le metieron se producían artículos de manera ilegal". 

Apuesta por el absurdo

"Dado que todo sonaba absurdo, lo más natural era hacer una comedia absurda", comenta su compañera creativa Markova. "Porque es ridículo que se destinaran los recursos de una organización como la KGB a proteger a los jóvenes de la música, los libros y los vaqueros, todo ello convertido en amenaza para la estabilidad de los ideales comunistas. Decidimos centrarnos en el absurdo e insertarlo en cada situación, en cada personaje".

Según Markova, en el equipo admiraban tanto series como 'Chernobyl' y 'Spy/Master' que no creían necesario "otro drama amargo de Europa del Este sobre el comunismo". Era hora de abordarlo desde otra óptica. "No relativizar la realidad, pero a la vez, recordar que mucha gente logró aprender a reír, vivir, amar y a valorar los pequeños detalles en mitad de esas circunstancias imposibles". En consonancia con la buscada ligereza, el trabajo de cámara es libre y poético en lugar de estático, como suele suceder en tantos dramas sobre tiempos de represión. 

Historia de amor

Para acabar de atrapar a los espectadores, especialmente a los jóvenes, decidieron hacer de 'Soviet jeans' una gran historia de amor entre dos personas muy atractivas. De hecho, todo el primer episodio está dedicado al romance de Renars con Tina (Aamu Milonoff), directora teatral finlandesa –es decir, de fuera del bloque socialista– por la que se cuela rápida y profundamente. Stanislavs: "Un consultor dramático nos recomendó, no sin acierto, seguir el modelo de 'Buscando a Nemo', otra historia de una pareja que trata de reunirse a toda costa". Teodora: "Desde el principio, queríamos que los personajes centrales fuera una pareja romántica sólida. Era importante hablar del comunismo a la Generación Z. Más allá de la diversión y demás, detrás de esta serie hay una firme intención de recordar que la historia no debería repetirse. Por desgracia, ahora mismo lo está haciendo". 

El proyecto no solo funcionó localmente, sino que cruzó fronteras y pasó con éxito por el prestigioso festival francés Séries Mania, del que salió el año pasado con el premio del público y el premio al mejor actor del apartado Panorama Internacional para Kārlis Arnolds Avots; uno de los diez actores emergentes del programa Shooting Stars en la recién finalizada Berlinale. Teodora: "Esperaba que nos seleccionaran en algún sitio. Pero cuando nos cogieron para Séries Mania, me alegré mucho, sencillamente porque es lo más alto que podíamos llegar. Teniendo en cuenta la cantidad de series que se hacen alrededor del mundo, estar entre las doce seleccionadas para International Panorama superó nuestras expectativas. El premio del público, último que se da en la gala y del que nadie sabe nada, fue una gran sorpresa".

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